El plan de seguridad de Semana Santa probará su eficacia este año tras las lluvias del pasado
El Ayuntamiento aún no ha definido qué hará con los bares en la Madrugada
El dispositivo es prácticamente idéntico al de 2024, con drones, cámaras e inteligencia artificial para contar personas

El dispositivo de seguridad de la Semana Santa de Sevilla es prácticamente el mismo del año pasado. Tiene ligeras variaciones, como la sustitución de las vallas por líneas rojas pintadas en el suelo en algunas calles, pero se mantendrán los aforamientos en las zonas en las que se prevé más aglomeración de público. Se repetirá una vez más la vigilancia aérea mediante drones. Los de la Policía Local se estrenaron en el año 2022, la primera Semana Santa con pasos en la calle tras la pandemia del covid-19. El sistema de cámaras en tiempo real, anterior a la pandemia y que dio muy buenos resultados tras los incidentes de 2017, también estará en marcha un año más.
El modelo es casi idéntico al del año pasado, el primero en el que se estrenaron en sus respectivos cargos el alcalde, José Luis Sanz, y el subdelegado del Gobierno, Francisco Toscano. Pero es que a su vez dicho dispositivo era prácticamente calcado al de 2023. La edición de 2024 estuvo marcada por las lluvias prácticamente en todos los días de la semana, por lo que no puede hacerse un balance serio de la misma. Más de la mitad de las cofradías se quedaron sin salir y, evidentemente, el tiempo restó mucho público. Tampoco vale demasiado el ejemplo de la Magna del pasado mes de diciembre, en la que el público también fue inferior al que se esperaba.
Buena parte de culpa de ello la tuvieron los mensajes que lanzó el gobierno local en los días previos, apuntando que el público no podría moverse con libertad, que no se podrían utilizar sillitas en ningún momento, que se despejarían los cruces de las calles y que además quienes acudieran al centro se encontraría con la gran mayoría de los bares cerrados. Todo ello, unido al intenso frío que hizo aquella tarde del 8 de diciembre, restó un buen número de asistentes. El propio José Luis Sanz admitió su error de cálculo a posteriori. "Si hubiera conocido las cifras reales de asistentes a la Magna, no hubiera tomado estas medidas con la hostelería", dijo el regidor.
Esta es precisamente una de las incógnitas del plan municipal. El Ayuntamiento guarda silencio todavía sobre sus intenciones con los bares en jornadas como la Madrugada, probablemente para no enfadar a los hosteleros, que ya se quejaron amargamente de las restricciones que sufrieron durante la Magna. El año pasado, el Consistorio repitió la fórmula de la ley seca, heredada del gobierno anterior, si bien la flexibilizó un poco. Permitió a los bares que decidieran abrir esa noche tener media hora más para ampliar su horario, pudiendo abrir a las dos de la mañana y cerrar a las seis. También fueron más las calles en las que podían estar abiertos establecimientos durante toda la noche para servir desayunos y atender al público.
En el plan de seguridad municipal participará toda la plantilla de la Policía Local, 961 agentes, que harán 8.900 servicios, como anunció el propio alcalde la semana pasada en un pleno. Por parte de la Policía Nacional aún no se han dado cifras, pero el año pasado había 1.800 agentes de este cuerpo. Será la Policía Nacional la que imponga su criterio sobre las zonas valladas, como ya ocurrió en la edición anterior. La principal novedad del año pasado fue un estudio previo sobre el terreno de 40 puntos críticos en los distintos itinerarios, que la Policía y las hermandades llevaron a cabo de manera conjunta para intercambiar información e impresiones. Así, las cofradías sabían quiénes eran los responsables del dispositivo policial de cada día y podrían tener un diálogo directo en caso de que se genere alguna incidencia. "Era algo que se había hecho años atrás pero no con tanto nivel de anticipación e intensidad", explicó el comisario provincial, explicó el pasado lunes el jefe provincial de la Policía Nacional, el comisario Ernesto López Ganfornina.
Los drones sobrevolarán las zonas con más aglomeración de personas para realizar un conteo estimado de las mismas, con la ayuda de la Inteligencia Artificial para calcular el número de personas que hay en cada una de las imágenes que graben. Además, las grabaciones y fotografías captadas por estas aeronaves estarán disponibles para los miembros del dispositivo de seguridad en sus teléfonos móviles en tiempo real, de forma que podrán tomarse decisiones sobre la marcha en el Cecop.
Este funcionamiento es similar al de las cámaras en las principales calles del centro de la ciudad, que lleva funcionando con éxito desde al menos 2018. Todos los responsables operativos de la Policía pueden consultar las imágenes en tiempo real en sus dispositivos móviles, lo que les da una información muy rápida sobre lo que está ocurriendo en cada calle. Esto se implantó tras los disturbios de la Madrugada de 2017, en la que una pelea en el Arenal desencadenó estampidas por todo el centro, provocando numerosos heridos y dejando unas imágenes que recordaban a las del año 2000.
El alcalde, José Luis Sanz, ya dijo la semana pasada "que no se esperan grandes cambios" y abogó por poner en marcha métodos aplicados en la Magna, como "pueden ser menos vallas y más drones e Inteligencia Artificial para controlar las aglomeraciones de público". También apuntó que se potenciará el número de aparcamientos de motos en el perímetro de la zona regulada y se habilitarán nuevas plazas de aparcamiento reservadas para personas con movilidad reducida. El Centro de Gestión de Movilidad pondrá a disposición de todos los usuarios la información en tiempo real del grado de ocupación de los aparcamientos, "como se ha hecho en otras ocasiones".
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