La Piedad, de Sevilla a Triana

Así fue el recorrido de vuelta de la Piedad del Baratillo tras su coronación

Eran las cinco de la tarde cuando la Virgen de la Piedad en su paso, ya coronada con la diadema hecha de devoción y solidaridad, emprendía el camino por las calles de Sevilla. El calor se hacía notar en la Plaza Nueva. Allí la sombra se cotizaba al alza y el público se arremolinaba bajo las palmeras. Allí le esperaba el alcalde con los concejales. En el suelo, una alfombra de sal como las que Sanlúcar de Barrameda prepara cada 15 de agosto para que la pise su Caridad. La otra devoción baratillera, la que une a través del río Gaudalquivir a Sevilla con Cádiz, estaba ahí, frente a la Casa Grande de los sevillanos.

Nanas del Baratillo para una Virgen que parece acunar a su Hijo muerto con los sones de Margot como fondo musical para recorrer la Plaza Nueva y emprender el camino a su barrio.

El paso sobre la alfombra de sal
El paso sobre la alfombra de sal / José Luis Montero

Son momentos para recordar. No hay tiempo. O mejor, se para si hace falta porque la coronación canónica de la Virgen con cara de niña del Arenal es un sueño cumplido por un barrio que ha vuelto a ser por unos días el barrio de centro que siempre fue. Muchos recuerdos han pasado por la cabeza de quienes hace años tuvieron que buscar otras zonas de Sevilla, de quienes saben que, por muy lejos que estén, la Piedad, la Misericordia y la Caridad viven en una pequeña capilla vecina a la plaza de toros.

La Piedad camino del Arenal / José Luis Montero

Estas son horas para vivirlas, disfrutarlas. Por eso, si a las nueve de la noche estaba previsto que la Piedad fuera camino de la capilla de los Marineros, ya cruzado el puente, y aún se enseñorea por el Paseo de Colón, no pasa nada. Porque limitar la fe y el cariño es prácticamente imposible y arrebatar a un barrio la vista de su vecina más querida, extremadamente difícil. Atrás han quedado momentos llenos de sentimientos como la visita a la capilla de la Carreteria o el saludo a la Real Maestranza.

Triana estaba completamente engalanada. Allí la esperaban, porque la capilla del Baratillo es paso y saludo obligado para todas las hermandades que hay pasando el puente. Por eso, hay que devolver la visita en la casa de la devoción más querida del arrabal alfarero, la Esperanza. Son los protocolos de la Sevilla de siempre. Los que se conocen sin estudiar porque salen de forma casi natural. La entrada, en principio estaba prevista para las 2:30. Sea cual sea el momento que marque el reloj, será ya 15 de septiembre, festividad de los Dolores de Nuestra Señora. Una fecha que siempre suena a vísperas de Semana Santa cuando se une al viernes.

Aún quedan actos para celebrar la coronación, como si los hermanos baratilleros quisieran impregnar más de Piedad cada rincón de la ciudad. A finales del mes de septiembre, los cultos de la coronación se cerrarán con un nuevo besamanos extraordinario, en esta ocasión en la Capilla de la Piedad. Será el día 21, con horario de 10:00 a 14:00 y de 17:00 a 20:00 . El domingo 22, el Cristo de la Misericordia y la Virgen de la Piedad serán trasladados en rosario de la aurora, a las 9:00, a la Capilla de Ntra. Sra. del Rosario de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Allí se celebrará, a partir de las 10:30, una misa de acción de gracias presidida y predicada por el director espiritual Andres Ybarra Satrústegui.

El itinerario será el siguiente: Adriano, Otto Moeckel, Gracia Fernádez Palacios, Antonia Díaz, Paseo Colón y Capilla de Ntra. Sra. del Rosario.

Tras la celebración de la Santa Misa, se procederá al traslado de regreso a la Capilla de la Piedad por el siguiente recorrido: Paseo de Colón, Antonia Díaz, Adriano y capilla Capilla de la Piedad.

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