Los otros traslados a cuatro ruedas de Vírgenes de Sevilla
Procesiones extraordinarias
Además de la Virgen de Valme, existen fotos de cuando la Pastora de Triana y la de Capuchinos fueron llevadas en vehículos por distintos motivos
La Virgen de Valme será trasladada en descapotable a Sevilla para la procesión con San Fernando
Será, sin duda, una de las estampas cofradieras de este 2023 en Sevilla. El viernes 24 de noviembre la Virgen de Valme será trasladada desde Dos Hermanas a la Catedral hispalense para presidir el sábado siguiente una procesión con motivo de los 775 años de la Reconquista de San Fernando. Lo más llamativo de este culto previo es que la sagrada imagen será llevada en un coche descapotable. Se repetirá, así, una estampa que ya se contempló en 1948, cuando la Protectora nazarena participó en una procesión junto con otras imágenes marianas. Se conmemoraban entonces los siete siglos de la vuelta del culto cristiano a Sevilla.
Este tipo de formato, aunque a muchos pueda resultar extraño, responde a la naturalidad con la que antaño se celebraban los actos en las hermandades, alejadas de la sofisticación que impera en la actualidad. No en vano, hoy serían impensables (y provocaría más de un rasgamiento de vestiduras) algunas fotos que aún se conservan de sagradas imágenes siendo trasladadas –de forma privada o pública– en vehículos. Pero ahí están los archivos (y las publicaciones en internet) que lo demuestran.
Además de Valme, llegando a la Catedral de Sevilla en 1948 a bordo de un descapotable, se conserva una foto de la Divina Pastora de Capuchinos dentro de un coche y escoltada por dos frailes. Javier Soriano, anterior hermano mayor de la corporación, detalla el origen de esa foto, fechada en la década de los 50 del siglo pasado.
El traslado en vehículo obedece a la restauración que acometió en el icono mariano Sebastián Santos. “Los frailes tenían un taxista de confianza, que era quien los llevaba a los distintos conventos capuchinos que había en Andalucía”, explica Soriano. Este conductor fue al que se llamó para que prestara un servicio tan especial con la Divina Pastora, advocación netamente sevillana y que se debe a otro capuchino, fray Isidoro.
De aquel traslado se conserva una foto en la que aparece la sagrada imagen con dos frailes a cada lado. “A la derecha del icono mariano se encuentra fray Santiago de Sevilla, que era el vestidor de la imagen hasta principios de los 80, cuando por motivos de salud fue trasladado a Granada”, comenta Soriano. El fraile de la izquierda es Juan Bautista de Ardales, “promotor de la coronación de la Divina Pastora de Capuchinos en 1921”.
Ardales era amigo y confesor personal de Sebastián Santos, con el que participa en proyectos para distintas hermandades. “Diseñó el paso de la Divina Pastora y, entre otros, el antiguo de la Virgen de las Angustias, de los Gitanos”, recuerda Joaquín Soriano, quien añade que este fraile se convirtió en “el gran propagador de la devoción pastoreña hasta su muerte, en los años 60”.
Y en Triana
Otra Divina Pastora, la de Triana, protagoniza una foto a cuatro ruedas. Se trata de la que recibe culto en la parroquia de Santa Ana y que preside una de las procesiones más concurridas del ciclo de glorias. La sagrada imagen fue entronizada en jeep militar para ser trasladada desde el referido templo al nuevo estadio deportivo de Chapina, ya desaparecido. Fue en el otoño de 1971. Su presencia en dicho acto obedece, según explica la corporación trianera en su página web, al patronazgo que esta imagen ejerce sobre el deporte nacional.
En la foto que se conserva, realizada en la puerta principal de Santa Ana, aparecen varios militares. Delante de la Virgen se han colocado algunos centros de flores blancas, el único adorno de este vehículo militar que tuvo este sagrado uso aquella jornada.
Estos son tres de los ejemplos gráficos que se conservan de traslados de sagradas imágenes en coche, ya fueran públicos o privados. Se sabe que la Pastora de Santa Marina también empleó el mismo formato para presidir unos juegos deportivos. Sin olvidar las numerosas reseñas de los titulares de diversas hermandades que en los primeros días de la guerra civil fueron sacados en vehículos de los templos donde residían para buscarles refugio en la casa de algún devoto. O en la actualidad cuando son llevados en transportes adoptados a los talleres de restauración.
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