Así se confeccionan en Sevilla los capirotes de los nazarenos para la Semana Santa

El capirote era usado en la Edad Media y tenía un significado muy bochornoso para la persona que lo portaba

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Así se confeccionan en Sevilla los capirotes de los nazarenos para la Semana Santa / Rafa Del Barrio

María del Pilar Cumplido es la cuarta generación presente en Artesanía Rodríguez, elaborando para buena parte de Andalucía y el sur de España capirotes de nazarenos y pelucas para las imágenes.

El capirote es uno de los elementos más característicos de los nazarenos en Semana Santa, además claro está de la túnica y los zapatos.

En esta tienda llevan desde 1816 dedicados a la fabricación de capirotes para los nazarenos con un proceso artesanal que ha variado muy poco desde su origen.

La mayoría de los capirotes son de cartón, aunque en los últimos años la tendencia a elegir los de rejilla va en aumento entre los nazarenos.

El proceso de elaboración parte de la toma de medidas tanto de la cabeza del cliente como de su antifaz, que es el que determina la altura del capirote. Cumplido explica que no es lo mismo un capirote para una hermandad como la de Los Gitanos o la Macarena, o uno para las hermandades de ruán como El Silencio, Pasión o El Gran Poder.

A continuación se cosen y pegan para que no se deshagan y si el cliente lo solicita se les añade una banda para mayor comodidad en la frente al llevarlo.

¿Cuál es el origen de los capirotes que se usan en la Semana Santa?

Esta pieza fundamental en los atuendos de los nazarenos que acompañan a las imágenes de los Cristos y Vírgenes que procesionan por las calles españolas tiene su origen en la Edad Media. El capirote era un accesorio que servía para identificar a los reos que iban a ser ejecutados por haber cometido algunos pecados y durante el paseo que les conducía a su ajusticiamiento llevaban este cono en la cabeza, era una manera de humillar a la persona y además en él se hacían referencias a los pecados por los que iba a ser juzgado por la Iglesia Católica.

Este cono que normalmente era de un color amarillo señalaba de manera muy directa a la persona que lo portaba y además de llevar este capirote en la cabeza, lucía un sambenito. Una prenda utilizada originalmente por los penitentes católicos para mostrar público arrepentimiento por sus pecados, y más adelante por la Inquisición española para señalar a los condenados por el tribunal, por lo que se convirtió en símbolo de la infamia.

Durante siglos estas dos prendas eran símbolo de vergüenza y la procesión de reos traía consigo un gran reguero de sangre, por esta razón, el rey Carlos III prohibió este tipo de castigos porque los consideraba demasiados violentos.

El capirote en la Semana Santa actual

Tuvieron que pasar varios siglos hasta que las cofradías y hermandades de Sevilla decidieran hacer un nuevo uso de este elemento. Fue en el siglo XVII cuando se incorpora el capirote como elemento esencial de la vestimenta de los hermanos que hacen la estación de penitencia con cada cofradía. Decidieron que sería un accesorio clave ya que tiene un significado de penitencia y además se cree que hace estar al nazareno mucho más cerca del cielo, ya que eleva su altura.

Tras la implementación del capirote en Sevilla, el resto de España toma ejemplo y decide que también lo incluye en su indumentaria para Semana Santa. De esta popularidad nacen las diferentes acepciones para denominar al capirote, pudiendo conocerse como cucurucho, capuchón o capuz, dependiendo de la región de España.

Como símbolo de la estación de penitencia, el capirote suele estar vinculado con la conmemoración de la Pasión de Cristo por la remisión de los pecados de los hombres, y su posterior resurrección. Por esta razón suelen ser de color rojo, evocando la sangre de Cristo; negro, en señal de luto; blanco, representando la gloria de Dios; o verde, por la esperanza de la resurrección, entre otros colores.

Actualmente, sobre el capirote va una tela que cada hermandad elige el color y el tejido que en Sevilla es conocido como el antifaz. Esta prenda permite cubrir el rostro y el pecho de la persona que lo porta para que así no se pueda identificar quién es el que está haciendo la estación de penitencia. El largo del capirote dependerá de la hermandad de cada participante, puesto que establecen unas medidas para la altura que debe alcanzar este, como es el caso de la hermandad sevillana del gran Poder, que cuenta con una longitud de 1,15 metros. En algunas cofradías hay personas que realizan la estación de penitencia sin el capirote y son los llamado penitentes.

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