Se enumeran las patologías encontradas en la imagen del Señor, así como el tratamiento efectuado por nuestros técnicos en cada caso:
- Se procede en primer término a la limpieza y retirada del tosco repintado que le hacía parecer una especie de gurú emisor de mensajes de autoayuda, con escasas consecuencias para el compromiso con el prójimo o la lucha por la justicia.
- Se reparan laceraciones por todo el cuerpo y las manos, con probable origen en alambradas y concertinas, levantadas por personas de orden para cortar el paso a los más desesperados.
- Presenta orificio en el costado, causado por un objeto punzante, probablemente una lanza o puñal de los utilizados para dirimir ciertas luchas de poder. Se cose con puntos de sutura, y apenas queda cicatriz, aunque le dolerá cuando se acerque algún cabildo de elecciones especialmente disputado.
- Lleva mucho tiempo reparar las incisiones en la cabeza, causadas por coronas de espinas y etiquetas del tipo “ten cuidado, que será uno de esos raritos que el papa se empeña en bendecir” o “muy pesado está con lo de los derechos de las Marías”.
- En cuanto a sus lágrimas, varios intentos por retirarlas se demuestran inútiles, pues reaparecen con cada nueva noticia de guerra o hambruna en el telediario.