La 'nueva' Primitiva de la Mortaja

"Entre las muchas (sagradas imágenes) que fueron halladas despues de la conquista de esta ciudad se enumera una efigie pequeña de la Santísima Virgen, con su Divino Hijo difunto en brazos, descubiera en la torre de la iglesia de Santa Marina". Así contaba José Bermejo en Glorias religiosas de Sevilla (1882) el inicio de una leyenda que dio la lugar a una devoción popular a esa efigie a partir de finales del siglo XV.

Esta leyenda dio lugar, años más tarde, a la creación de una hermandad en torno a esa imagen de barro cocido. Esa hermandad es la Sagrada Mortaja, que en su boletín de noviembre detalla el comienzo de esta historia y la profunda restauración de esa imagen que aún conservan por parte del escultor Juan Manuel Miñarro, que también es hermano de la corporación del Viernes Santo.

La imagen, atribuida a los discípulos de Pedro Millán, ha estado en el taller de Miñarro desde junio. Allí, como relata el propio restaurador y Reyes Pro, colaboradora del boletín, se ha procedido a limpiarla y fijar la policromía, consolidando fisuras y partes de la imagen casi desprendidas. También se le ha realizado un estudio en 3D, así como eliminado elementos de escayola que no le correspondían originalmente.

El modelo 3D ha servido para, por ejemplo, sustituir la pierna derecha del Cristo, que no correspondía anatómicamente al resto de la imagen. Esta técnica ha permitido reproducir con exactitud esta parte y hará que en el futuro sean más sencillas las reposiciones de elementos deficientes. Por otro lado, la peana que tenía la imagen, de escayola y que abarcaba toda la figura, también ha sido sustituida por otra más pequeña que hace que los pies del Cristo queden al aire.

Esta restauración, además de para recuperar el esplendor de esta histórica y valiosa imagen, servirá para que muchos hermanos y devotos la conozcan, ya que estaba ubicada en una de las dependencias de la casa de hermandad. La junta de gobierno de la Mortaja quiere que tenga un lugar preferencial en la iglesia del ex convento de la Paz, donde la hermandad ahora reside. Y, con ello, dejar patente la relación iconográfica que existe entre el origen de la corporación y los titulares actuales.