La música, gloria de Sevilla

contrapunto

lHoy es el día de los niños músicos y de sus padres, que tantos sacrificios realizan

Hoy, Domingo de Ramos de 2017, serán muchos los niños que sientan una emoción muy difícil de explicar. Son niños que para ser músicos le han robado cientos de horas de sueño a las noches para ensayar con sus bandas, cientos de horas de juegos a las tardes para ir al conservatorio, cientos de horas de esparcimiento a los fines de semanas para poder estudiar las tareas de la música y del colegio.

Hoy es el día de esos niños. Con cada uno de esos niños va mi espíritu. También yo sigo siendo el mismo niño que en 1980 debutó en Sevilla con la Banda de Guillena tras el paso de la Virgen de Gracia y Esperanza de la Hermandad de San Roque. Nosotros, los niños músicos, sabemos qué emoción tan grande es la que se siente siendo tan pequeños. Los niños músicos sabemos que somos casi nada, pero somos los que ponemos vestidos al silencio para acompasar el paso de Dios y de su Madre.

Hoy también es el día de compositores famosos y de jóvenes que se labran la fama

También será difícil explicar qué sentirán sus padres. Aquellos que se han privado de comidas con amigos para ahorrar el dinero que les costaron los instrumentos de los niños. Aquellos que no compran un coche nuevo para poder pagar las matrículas de los conservatorios, viajes a clases, clases particulares, uniformes, etcétera. Aquellos que en largas tardes de invierno gastan las maderas de los bancos de las escuelas de música, de la capital y de los pueblos, sentados esperando a sus hijos.

Hoy es el día de esos padres. Con cada uno de esos padres va mi espíritu. También yo soy un padre que se estira hacia el cielo para, entre el gentío, poder ver cómo van sus niños. ¿Estarán cansados?, ¿tendrán sed?... ¡Cuántas horas! También yo le pregunto a mi mujer: "Mami, ¿dónde podremos verlos mejor?".

Hoy serán muchos los hombres y mujeres que sientan una emoción muy difícil de explicar. Son esos músicos adultos que desaparecen del mundo en noches durante la semana para así poder aparecer en los ensayos de las bandas, que les quitan horas a sus familias para estudiar música. Esos que se privan de otros gustos para poder comprar un nuevo instrumento, uniforme, cañas, baquetas o boquillas. También yo soy uno de esos músicos adultos que siendo tan poca cosa damos algo tan grande: damos nuestra alma.

Hoy muchos músicos de pueblo vienen a entregarse a Sevilla. Hoy de Dos Hermanas viene la Banda de Santa Ana y la de Presentación al Pueblo, de Moguer viene la del Liceo, de Arahal viene Santa María Magdalena, de Salteras vienen el Carmen y la Oliva, de Coria la del Gran Poder, de Olivares las Nieves, de Alcalá de Guadaíra la Banda de Música Nuestra Señora del Águila. Yo, músico de Guillena, sé lo que sentimos los músicos de pueblo: nosotros también somos Sevilla.

Hoy es el día de cientos de músicos de muchos barrios sevillanos que sueñan todo el año con este momento. De Sevilla tocarán la Banda del Sol, la de Tejera, Tres Caídas, las Cigarreras, Centuria Macarena, Columna y Azotes, Nuestra Señora de los Reyes, Cautivo, Amor de Cristo, Encarnación. Yo, músico de la Banda Sinfónica Municipal de Sevilla, sé qué sienten los músicos sevillanos.

Hoy es el día en que los descendientes y familiares de compositores como José de la Vega, López Farfán, Álvarez-Beigbeder, Gámez Laserna, Castillo, Ramos o los Font de Anta, se emocionan al oír algunas marchas. Son composiciones que como ellos mismos nacieron de seres maravillosos que seguro estarán viéndonos desde los palcos de la Semana Santa de los cielos. Hoy sonará la música de sus padres o de sus abuelos.

Hoy es el día en que compositores famosos como Abel Moreno, Sánchez Ruzafa, Morales, Puntas o Marvizón reciben el premio del aplauso a toda una carrera como compositores. Hoy sus familiares y amigos les llamarán desde cualquier punto de España informándoles dónde se interpreta su música.

Hoy es el día en que jóvenes talentos como Moreno Pozo, Marcelo Durán, los hermanos Hurtado, López Gándara, Carlos Guillén, Cutiño o Albarrán, ven cómo las composiciones que nacieron de sus desvelos toman vida propia y el pueblo las hace suyas. Con sus triunfos se asegura el futuro. Nuevas generaciones que bebieron de tesoros del pasado para crear la savia del porvenir. Algunos afortunados disfrutaran al poder decir esa marcha es de mi sobrino, de mi primo, de mi hermano.

Los músicos, sus hijos, sus padres y hasta sus abuelos, sabemos que somos muy poca cosa. Pero uniendo el alma de todos nosotros hemos conseguido algo importante. Hoy, nosotros dibujaremos el aire con sonidos para los andares de Dios. Hoy la Música será gloria de Sevilla.

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