MUSAE restaurará el Cristo del Buen Fin de Aznalcázar, obra de Lastrucci
La intervención durará en torno a cuatro meses y buscará retirar la suciedad y devolver, entre otras actuaciones, la policromía original
La imagen presenta inestabilidad de materiales y algunas grietas
Agenda cofradiera del tercer fin de semana de octubre en Sevilla
Una de las imágenes más destacadas de Castillo Lastrucci que recuperará su estado óptimo y primigenio. La hermandad de Santiago, de la localidad de Aznalcázar, ha anunciado que la empresa sevillana MUSAE practicará un señalado proceso de restauración a su imagen cristífera titular, el Santísimo Cristo del Buen Fin. El pasado viernes 11 de octubre la talla fue trasladada al taller integrado por por las conservadoras-restauradoras de bienes culturales Esther Soler Oliver y Ana Cordero Martín. El crucificado será restaurado tras haber obtenido la aprobación por parte de la Hermandad y la Delegación de Patrimonio del Arzobispado de Sevilla, cuya intervención fue aprobada por cabildo general de hermanos el pasado mes de septiembre.
El crucificado, tallado a tamaño natural en madera y policromado, fue realizado en 1948 por Antonio Castillo Lastrucci, quien realizó a su vez las demás imágenes titulares de la corporación. La imagen ya cuenta con una intervención realizada en 2002 por Juan Manuel Miñarro. Sin embargo, comienza a presentar inestabilidad de materiales y una evolución desfavorable del deterioro de algunas grietas localizadas principalmente en algunos ensambles de piezas, distribuidas tanto en las extremidades como en el torso. Estas grietas están fracturando la policromía causando pérdidas puntuales de la misma. Sin embargo, el deterioro más destacado la tonalidad parduzca que se observa en general, causada por la oxidación de la capa superficial de protección. Dicho deterioro del barniz impide la correcta lectura de la obra que originalmente creó el imaginero.
Durante los cuatro meses estimados de duración para llevar a cabo la restauración en los talleres de Musae, participará un equipo multidisciplinar de especialistas de diferentes campos, entre los cuales destacamos a las conservadoras-restauradoras Ana Cordero y Esther Soler, que aunarán esfuerzos para llevar a cabo el proyecto de restauración de la Imagen, el historiador del arte Ramsés Torres, y técnicos en estudios radiológicos.
En primer lugar, se realizarán estudios de rayos X para conocer el estado estructural y en profundidad del Crucificado, se completarán con otros estudios de fluorescencia visible de luz ultravioleta y luz rasante. Éstos permitirán, además, un conocimiento más detallado de los daños externos que presenta la obra. Con respecto a los procesos de conservación y restauración que se desarrollarán, se retirará toda la suciedad acumulada y barnices oxidados, dejando visible la policromía original con las pátinas que aún conserva, que seguidamente se consolidará. Además, se sanearán las grietas y aberturas que presenta en el soporte de madera a lo largo de la talla, especialmente en los ensambles de las piezas. Este daño estructural, a pesar de ser más común en las Imágenes de Crucificados cuyas uniones de extremidades superiores con el torso sufren importantes tensiones, se genera a su vez por los movimientos naturales de la madera, provocados por los cambios de temperatura y humedad relativas.
Asimismo, se reintegrarán las pérdidas de policromía original con técnicas al agua, estableciendo criterios de diferenciación con el original conforme a las leyes y Cartas del Restauro en las que se apoyan los profesionales de la conservación y restauración del Patrimonio. La restauración de la Imagen del Santísimo Cristo del Buen Fin supondría la recuperación de parte del Patrimonio de la Hermandad, recobrando su calidad técnica y sacando a la luz las tonalidades originales de la policromía.
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