La memoria del movimiento en el cartel de la Semana Santa de Sevilla 2023
El cartel de Franca nos evoca esa Semana Santa de la nostalgia y los primeros recuerdos
Un paso de palio y la luz de la candelería nos son suficientes para regresar a la Arcadia personal
La Estrella protagoniza el cartel de Daniel Franca para la Semana Santa de Sevilla 2023
Quienes hemos conocido y tratado a Daniel Franca -como artista y como persona- sabemos de su profundísima inclinación por los más puros instintos. Más allá de la internacionalización de su obra, su prestigio extranjero y su predicamento en nuestra tierra, al fin y al cabo en lo más primitivo de nuestro ser afloran siempre esos puntales que nos marcan, nos definen y nos proyectan de por vida.
El pasado sábado, escuchando a Dani la explicación del cartel, se me desmoronó toda la ficticia literatura que, en recurrentes y melosas ocasiones, le atribuimos a la Semana Santa. Para describirla no es necesaria -quien esté libre de pecado que tire la primera piedra- tanta parafernalia ripiosa, tanto aderezo vacuo o superficie floreada. Es tan sencillo como acudir a lo básico, a la raíz del hombre, a su impulso primario. "Un cartel para el niño que fui", dice Franca.
Porque el cartel de la Semana Santa 2023 bien podría ser, perfectamente, el de todos y cada uno de nosotros. El artista ha querido plasmar y rescatar esa primera impresión, el primer instante vital conocido para con la semana mayor de la ciudad. "No recuerdo muy bien cómo era pero sí cómo me hizo sentir". ¿Quién tiene un recuerdo claro y nítido de algún momento de su Semana Santa? ¿Quién revive con máxima clarividencia por dónde caminó, con quién estaba, qué hora era, en qué calle se despidió? ¡Nadie! Si acaso, un segundo, una fugacidad en la que se nos regresa un rostro, una marcha, una levantá. Precisamente esta última le sirve a Dani como asidero para encontrar algo en el "soberao" de su memoria, como diría un buen amigo mío: una levantá, sin más, y todo el terremoto que aquella levantá originó.
Y eso es lo que se representa en el cartel. Esas luces vagas y mareantes -como un recuerdo-, esa Virgen que se intuye pero no se aclara, un paso de palio cuyo diseño seríamos incapaces de trazar en un papel en blanco, esa candelería irregular y deforme que, en su conjunto, nos asalta con su luz y su chispazo, ese movimiento (la clave) desacompasado que nuestra nostalgia persigue recomponer. Sinceridad: "Ese fue el instante y esa es la certeza de mi eternidad: el palio de la Estrella levantándose y descomponiéndose en mi memoria".
Y, cómo no, en aquella levantá, su padre, esa persona que por primera vez una noche de Domingo de Ramos le descubrió un mundo volátil, infinito e irrepetible, como a muchos de ustedes, nuestros lectores. Lo decía nuestro Núñez de Herrera: "La Semana Santa no ha existido hasta ahora mismo". Esto es el cartel de Dani: el asombro, la sorpresa y la duda de saber si, ciertamente o no, hemos vivido otra Semana Santa, si de manera tangible se nos ha mostrado o tan solo es fruto de la imaginación, la memoria o la felicidad que siempre deseamos alcanzar. Y en esas se nos va la vida: esperando la Semana Santa que queremos recuperar para siempre en una levantá del palio de la Virgen de la Estrella.
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