Un milagro en San Lorenzo: el origen fundacional de la Pastora de San Antonio

Un apasionante trabajo de investigación que por fin ve los frutos y arroja luz acerca de una advocación capital en el marco de nuestra religiosidad. La hermandad de la Pastora de San Antonio se originó a raíz de un milagro en la parroquia de San Lorenzo en torno a 1721. Así lo ha informado la propia corporación gracias al estudio exhaustivo de Víctor Daniel Regalado, Doctor en Historia Moderna, que en diciembre publicará un artículo más profundo sobre el asunto.

En el último boletín informativo de esta corporación pastoreña, el autor señala la horquilla temporal de 1721 y 1724 como un periodo clave. Es en este tiempo cuando nace la devoción a la Pastora en San Lorenzo y se encarga la talla de la imagen, reforzándose aún más la atribución a Montes de Oca y no a Hita del Castillo, si bien este último sí realizó los corderos. También se indica que la hermandad adquirió la titularidad de su capilla en 1726 mediante un contrato notarial que también ha sido localizado. Pero quizás de lo más atractivo y sugerente es el pleito que mantuvieron las cofradías pastoreñas de Santa Marina y San Antonio ya que esta última se fundó en la "clandestinidad".

Todo comienza, como decimos, con un milagro. "Miguel de Herrera fue un joven aprendiz de barbero que residía en la plaza de San Lorenzo junto a su maestro. Procedía de la collación de Santa Marina y era un devoto pastoreño. A finales de 1720 o principios de 1721 en el desarrollo de sus responsabilidades sufrió unaheri da en un muslo derivando en una gravísima infección por haber sucedido con un instrumento de plomo. La situación lo llevó al borde de la muerte y en esos momentos se encomendó a la Divina Pastora sanándose entonces milagrosamente. En agradecimiento por la sanación organizó a sus expensas en San Lorenzo una acción de gracias con dos predicaciones el 24 de febrero de 1721, siendo el segundo predicador fray Isidoro de Sevilla. También encargó un cuadrito que representaba la talla de Santa Marina y que se colocó en una capilla de San Lorenzo", señala el artículo publicado en el boletín. Sin embargo, en aquella predicación, fray Isidoro sugirió a los fieles que no fundaran ni organizaran ningun corporación nueva, pero Vicente de la Guardia, clérigo de menores y capellán de San Lorenzo nacido en 1699, aglutinó como mayordomo en la clandestinidad a los fieles de la collación.

A finales de 1721, y gracias a las limosnas recibidas, se encargó la talla de la Virgen, y en enero de 1722 la cofradía de Santa Marina demandó ante el provisor esta circunstancia. Como curiosidad, "el jueves 30 de abril de 1722, entre las nueve y diez de la noche, se organizó una procesión con unas doscientas personas, entre las cuales se encontraba el clero de la parroquia de San Lorenzo y representantes de las hermandades del Santísimo Sacramento y Ánimas Benditas, del Gran Poder, de la Cruz y la de Rocamador. Posiblemente la procesión se debió iniciar en el taller del autor de la talla y llegó al templo parroquial de San Lorenzo en la citada hora. La talla según la fe notarial iba colocada en un trono muy decente lleno de luces y la imagen se revestía con ropaje y aderezo muy vistoso. La Virgen se colocó en el altar de su capilla, donde antes estuvo el cuadrito encargado por el muchacho del milagro, y se celebraron inmediatamente tres días de fiesta en la parroquia moviendo la imagen al Altar Mayor sobre un risco decorado con corderitos", apunta. Toda una revelación que recoge la efervescencia pastoreña que en aquel tiempo se palpaba en la ciudad y que verá la luz en profundidad próxiomamente.