La Merced de San Gregorio, en la clausura del convento temporalmente

Una estampa circunstancial que nos revela la intimidad y los secretos de nuestra ciudad. La Virgen de la Merced permanece, desde primeros de mes, en la clausura del convento de San Gregorio, lugar donde recibe culto diariamente. La imagen venerada por la Fraternidad Seglar de esta comunidad ha sido trasladada a este espacio de acceso privado con motivo de unas actuaciones que se están acometiendo en el templo de la calle Alfonso XII.

Así lo ha informado la propia Fraternidad, que indica que durante todo el mes de agosto su sede canónica permanecerá cerrada con motivo de una serie de trabajos "de rehabilitación menores", por lo que durante este tiempo la efigie será venerada por los Padres Mercedarios en un sencillo altar dispuesto en el interior de la clausura. Vestida con ropajes blancos y el escapulario mercedario rematado con motivos florales, así como con un encaje cayendo desde la corona, se muestra con su habitual ráfaga y enmarcada en dos columnas que rematan sendas jarras.

La Virgen de la Merced, que procesiona por las naves del templo en fechas cercanas a su festividad (finales de septiembre), fue donada por una familia según referencias documentales de la década de los cuarenta del siglo pasado y su devoción se está revitalizando por parte de un grupo de devotos que ha regularizado recientemente su situación canónica adaptando sus Reglas a las necesidades y normativas actuales. La imagen se encontraba en el convento de San Agustín de Marchena (Sevilla), donde parece ser según la tradición oral que llegó tras la desamortización de Mendizábal del antiguo convento Casa-Grande de la Merced Calzada de Sevilla, actual Museo de Bellas Artes. Nos encontramos con una escultura de candelero (155 cm) de la primera mitad del siglo XVIII, realizada en madera de pino tallada y policromada siguiendo los cánones de la escuela barroca sevillana.