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El pueblo de Sevilla aislado por una carretera con 365 curvas y cada vez más peligrosa

El mejor broche al Año de la Fe

Las Cigarreras celebró en la Catedral el 450 aniversario fundacional con el paso de palio de la Virgen de la Victoria El regreso a Los Remedios fue triunfal

La Virgen de la Victoria enfila Placentines tras abandonar Argote de Molina.
Juan Parejo

06 de octubre 2013 - 05:03

Llegó a rozarla el sol de la mañana, apenas había comenzado a amanecer cuando el paso de palio entraba en la Catedral, y recibió la luz plena de la tarde en un día, que más que un sábado de septiembre, parecía un Domingo de Ramos de esos de hace 15 o 20 años cuando las Semanas Santas era completas y radiantes (en todos los sentidos). El día (y la madrugada) de ayer no se les olvidará en mucho tiempo a los hermanos de las Cigarreras, que lo de la Sagrada Columna y Azotes será el nombre oficial pero aquí popularmente -más que vulgarmente como dijo el arzobispo en la homilía del pontifical- la hermandad de la Virgen de la Victoria siempre será la de las Cigarreras, aunque de la fábrica de tabacos sólo quede el recuerdo de un edificio tristemente cerrado y en desuso.

La noche fue recogida y preciosa, sorpresivamente bulliciosa, con momentos para el recuerdo como el discurrir por los Jardines del Cristina. La tarde fue desbordante. Una catarata de emociones. El centro estaba abarrotado en una jornada de paseo, café y cofradías con una temperatura veraniega. Bien pudo ser la procesión extraordinaria de la Virgen de la Victoria por el 450 aniversario fundacional de la hermandad el mejor broche de oro al Año de la Fe en Sevilla. Se programó un vía crucis extraordinario con 14 pasos que la lluvia, como no podía ser de otra manera, terminó por fastidiar. Y se celebró un rosario de la aurora, junto a las hermandades de gloria, con la Virgen de los Reyes que a la mayoría no acabó de gustar. Ayer muchos cofrades se desquitaron de esa laxa celebración del Año de la Fe. Y sólo había un paso de palio en la calle. Pero que paso y que Virgen. Verdaderamente extraordinario.

Vídeo: Alberto Costas

El Jueves Santo, día de grandes tesoros, no se puede disfrutar de la Virgen de la Victoria en todo su esplendor. Sin la inminencia de la Madrugada y sin tener que repartir el tiempo con otras hermandades, el disfrute fue pudo ser máximo. La hermandad demostró que no hay que perder la elegancia, la clase, o las señas de identidad sólo porque la procesión lleve el adjetivo de extraordinaria, como ha ocurrido en otras ocasiones. El paseo vespertino de la Dolorosa por calles como Argote de Molina, Placentines o Francos, por donde no pasaba desde hace muchos años, fue sencillamente sublime. Con un repertorio musical cuidado al máximo. Una de las señas de identidad de la casa.

El arzobispo, monseñor Asenjo, presidió el pontifical al que acudieron el alcalde, Juan Ignacio Zoido, junto a otros concejales. Durante su homilía, el prelado ensalzó la figura de la Virgen de María: "Ninguna compañía mejor que aquella que es la puerta por la que Dios se nos presenta. Es el camino más corto para llegar a él. María en el corazón podría ser un buen lema para esta conmemoración". El prelado pidió también a los miembros de la cofradía que aprovechen la celebración para acercarse más al Señor: "Os deseo que sea sobre todo y ante todo un acontecimiento de gracia y salvación. Tenéis que vivirla con hondura religiosa para no quedaros en la superficie. Que sea una verdadera pascua del Señor a nuestro lado y un camino de conversión a la vida cristiana".

Uno de los momentos más destacados fue la visita al Ayuntamiento. Allí llegó la Virgen a los Sones de Coronación de la Macarena, que también fue interpretada por el maestro Ayarra en el pontifical. El alcalde realizó la tradicional ofrenda floral antes de que el paso diera la vuelta y se encaminara hacia el postigo camino de su barrio de Los Remedios. Allí se vivieron otras momentos muy destacados como la visita a la parroquia. El palio de la Victoria, o algunas de sus piezas, volverá el próximo mes al Ayuntamiento para la exposición que explicará cómo se inspiró Pedro Domínguez en las fachadas platerescas para diseñar los bordados e introducir el regionalismo en las artes de la Semana Santa.

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