La mascarilla hecha "hábito"
Combatir el coronavirus en cuaresma se hace más llevadero con unos tapabocas inspirados en el atuendo nazareno
Sevilla se prepara para vivir otra Semana Santa sin procesiones. La suspensión de fiestas de la primavera ha hundido la economía de numerosos comercios especializados, que miran al horizonte con cierto pesimismo. Reinventarse o morir, es lo que debió pensar la diseñadora Raquel Terán, que tras más de veinticinco años realizando trajes de flamenca, ve como sus volantes aguardan tiempos mejores en las perchas de su tienda.
Desde que en 1995 abriese su primera tienda en la calle Águilas no se ha movido del casco antiguo, mudándose a la calle Francos y finalmente al pasaje 11 de la calle Sierpes, donde se encuentra en la actualidad. Lo suyo son los lunares, "pero ahora están dormidos". El año pasado, unas flamencas vestidas de negro se pasearon por el centro de la ciudad, reclamando ayudas para el sector de la moda flamenca, a través del movimiento #LunarOff. "Fuimos hasta a las puertas del Ayuntamiento, pero hemos recibido nada", lamenta Raquel.
Mientras tanto, y a modo de distracción, ha tenido la original idea de confeccionar unas distinguidas mascarillas personalizadas para cada cofradía. En nuestra visita al taller, Raquel nos muestra algunos encargos: San Roque, la Esperanza de Triana, el Amor, la Carretería, la Macarena o el Cachorro, entre otros. "No llevan los escudos, sino detalles representativos de cada cofradía".
Como las hacen in situ, la personalización de estas prendas es ilimitada. "Algunos clientes se las llevan con su nombre bordado", nos explica. Para niños, mujeres y hombres, los tallajes se ajustan a cada "nazareno", como si de un antifaz se tratase.
Lo más llamativo de estas mascarillas es el material en el que están elaboradas, sin dejar atrás el meticuloso acabado en primeras calidades. Están hechas con los tejidos propios de los hábitos de nazareno, como por ejemplo el ruan francés, la tela de sarga o el elegante terciopelo. Así mismo, algunas llevan las botonaduras propias de la túnica, o el bordado del antifaz. "Imagínate que en Semana Santa todos salimos con la nuestra", dice Raquel mientras nos enseña las emotivas publicaciones con las que en sus redes sociales comparte sus encargos. Todo made in Sevilla.
Si alguien piensa que estas mascarillas no son válidas para combatir el coronavirus, nada más lejos de la realidad. Al margen del coqueto diseño exterior, en su parte no visible presentan un filtro a base de tela no tejida (TNT), homologada según la normativa europea actual. Las medidas higiénicas del proceso son importantes. "Cada mascarilla se entrega en su sobre plastificado y de forma individual".
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