Así ha quedado el manto burdeos de la Esperanza de Triana con los bordados de las Hermanas Rama
Patrimonio
Se ha enriquecido la zona trasera según un diseño de Antonio Castro
Nuevo manto de camarín para la Esperanza de Triana
El taller de las Hermanas Rama, en Brenes, ha culminado el enriquecimiento del manto burdeos de la Esperanza de Triana, cuyas dos vistas frontales fueron realizadas en 2012 por el taller de Artesanía Santa Bárbara, siguiendo el dibujo de Francisco Javier Sánchez de los Reyes. El diseño de los nuevos bordados que cubren todo el resto de la superficie trasera de la obra se encargó hace unos meses a Antonio Castro.
El proceso de culminación al que ha sido sometido el manto rojo obedece a la necesidad de enriquecer la vista trasera, tanto para el nuevo camarín (que será visitable) como para los traslados.
De esta forma, se partía de las vistas frontales, que estilísticamente se corresponden a un estilo cercano al de Juan Manuel Rodríguez Ojeda, que trabajó para la corporación trianera a finales del siglo XIX y principios del XX. Por tal motivo, se optó por dar continuidad a este diseño, que toma de inspiración las prendas juanmanuelinas que atesora la hermandad: la túnica del Santísimo Cristo de las Tres Caídas y la saya negra de Nuestra Señora de la Esperanza.
Ambas prendas cuentan con un denominador común: una composición marcada por la asimetría. Por tal motivo, el centro del manto esté dominado por unos motivos asimétricos que parten de la zona de la cola de forma ascendente, ramificándose hacia los laterales. Esta zona lateral se despeja ligeramente para una óptima transición entre la cola -más rica- y las vistas. Destacan en la composición la gran palma central, que protagoniza la parte trasera del conjunto. También son muy notables las piezas de gran formato que se han dispuesto en esta zona, bordadas con técnicas de gran dificultad y volumen.
El nuevo bordado ha sido cuidadosamente interpretado por el taller de las Hermanas Rama, empleando las puntadas propias de la obra de Rodríguez Ojeda. Especial relieve adquieren los puntos de mosqueta, puntita y topos. El resultado que se ha conseguido materializar es el de un manto rico, pero al mismo tiempo equilibrado, además de creíble estilísticamente, al inspirarse en piezas del propio ajuar histórico de la Santísima Virgen.
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