Madonna se viste como una Dolorosa para 'Vanity Fair'

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La cantante internacional concede una entrevista con motivo de su nueva gira mundial y sus 40 años en la música

Aparece con manto, encaje, diadema y corazón con los siete puñales

El 'papel' más polémico de Uma

Madonna, vestida de Dolorosa, en la nueva portada de la revista 'Vanity Fair'.
Madonna, vestida de Dolorosa, en la nueva portada de la revista 'Vanity Fair'. / Vanity Fair

Madonna siempre ha sentido predilección por el mundo religioso a la hora de promocionar su música. Ya lo hizo, entre otras ocasiones, en 2006, cuando generó una gran polémica en una puesta en escena en Roma, en la que aparecía crucificada. Ahora también recurre a la estética devocional católica para dar a conocer su nueva gira mundial y sus 40 años como artista.

La cantante estadounidense protagoniza la portada que publicará Vanity Fair en febrero. En ella aparece como una Dolorosa de vestir. Con todos los atributos propios. Una mantilla negra -a modo de manto- con bordados en oro, un encaje de aplicación de Brujas que cubre sus sienes y cae a modo de chorrera por los hombros, una diadema dorada y un enorme corazón atravesado por los siete puñales. La iconografía propia de esta advocación mariana y que tanto se repite entre las titulares de las hermandades sevillanas. No le faltan ni las lágrimas surcando su rostro, bastante pálido (gracias a una buena base de maquillaje).

La fotografía es obra de Luigi & Iango, que llevan años trabajando con Madonna y con la citada revista. Para esta ocasión también han hecho uso de uno de los recursos propios en la pintura barroca, por lo que han incluido un rompimiento de gloria, en el que aparece enmarcado el rostro de la cantante.

En defensa de la inclusión

En la entrevista que concede en Vanity Fair a Simone Marchetti, habla sobre el significado de esta puesta en escena, en la que la cantante explica que con ella ha intentado expresar el dolor, el sentimiento de maternindad y el sufrimiento por la falta de tolerancia hacia la diversidad. En una de sus respuestas recuerda sus inicios y el apoyo que tuvo en esos momentos de la comunidad Lgtbi, a los que intenta agradecer con esta sesión fotográfica.

La portada de la revista 'Vanity Fair', al completo.
La portada de la revista 'Vanity Fair', al completo. / Vanity Fair

También aprovecha para hacer memoria de los "ataques" que ha sufrido por parte de la Iglesia católica durante su trayectoria profesional: "Fui educada en la religión católica y me di cuenta de que si la Iglesia no era capaz de percibir mi trabajo como artista como algo positivo, entonces ése era su problema. El problema lo tenían ellos, porque no comprendían que mi labor como artista unía a la gente, le daba libertad de expresión, unidad. Era un espejo de las enseñanzas de Jesús y del cristianismo, así que los que me atacaron eran unos hipócritas".

La última cena, en versión femenina

En las páginas interiores de la publicación también hace uso de otra escena religiosa: la última cena de Jesús, en la que Madonna encarna al Señor, en versión femenina, y rodeada de discípulas. Aunque, eso sí, con un abundante bodegón donde no falta el vino derramado que empapa el mantel.

Al margen de Madonna, no es la primera vez que artistas internacionales se visten con ropajes propios de la iconografía mariana. Así ocurrió en 2015 con la actriz Uma Thurman, quien en una visita a Sevilla acudió al bar Garlochí, situado en las inmediaciones de la Alfalfa y famoso por una sobreabundante decoración barroca que roza lo kitsch. En aquella ocasión se generó una gran polémica, ya que la musa de Tarantino se vistió con manto, corona, encajes y joyas propias de una Dolorosa sevillana. Desde las altas instancias de la curia eclesiástica se calilficó tal hecho como "una falta de respeto".

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