La aldaba
Carlos Navarro Antolín
La lluvia que conduce a la primavera morena en Sevilla
Sevilla vivió el 8 de diciembre de 2024 una jornada que quedará grabada en la memoria colectiva con la procesión de clausura del II Congreso Internacional de Hermandades y Piedad Popular. Ocho imágenes devocionales, provenientes de la ciudad y su provincia, recorrieron las calles del centro en un itinerario inédito que mostró al mundo por qué Sevilla es la capital de la fe y la religiosidad popular. Cada hermandad vivió momentos únicos, con especial ilusión para las tres corporaciones de la provincia, que disfrutaron del privilegio de desfilar por el corazón de la ciudad.
La Centuria Macarena, que acompaña al Cristo del Sentencia, tocó un popurri de marchas dedicadas a la Virgen de la Esperanza durante su recorrido de regreso, desde la calle Amor de Dios a la Alameda ante la presencia de un público multitudinario.
Uno de los momentos más esperados fue el saludo del Cristo de la Expiración, El Cachorro, a la Hermandad de la Estrella. Las andas, dirigidas por Ismael Vargas, llegaron hasta la capilla de San Jacinto, aún adornada por el 25 aniversario de la coronación de la Virgen de la Estrella. El emotivo encuentro fue acompañado por la banda de música, que interpretó la excepcional marcha Triana en sus Penas, dejando una estampa imborrable e inédita.
La Esperanza de Triana vivió un momento único en la calle Alfarería, cuando los Cantores de Hispalis sorprendieron al paso con sevillanas dedicadas a la Virgen. Fue pasada la medianoche del lunes.
La Virgen de Valme protagonizó un instante especial al entrar con su paso en la capilla del Baratillo, en la calle Adriano. Acompañada por la Banda de Música de Santa Ana, que interpretó Nanas del Baratillo, se vivió un encuentro lleno de solemnidad y fraternidad, en un lugar que ya había recibido a la Esperanza de Triana y al Cachorro el día anterior.
La Virgen de Consolación de Utrera dejó una muestra de auténtica piedad popular en su paso por la calle Santa Ángela de la Cruz. La devoción fue palpable con plegarias cantadas, una lluvia de pétalos y fuegos artificiales que emocionaron a todos los presentes. Fue un momento de fe pura que destacó por su intensidad y fervor.
La Virgen de Setefilla protagonizó uno de los momentos más virales de la procesión. Los cofrades de Lora del Río vivieron una mezcla de tensión y devoción al disputar el honor de portar el paso de su patrona cerca del Puente de Triana. Con frases como "Más si mi amor te olvidaré, tú no te olvides de mí", demostraron una pasión que dejó huella en Sevilla. La ciudad fue testigo de la incondicional fe de los loreños por su Virgen, que demostraron otra forma de entender la religiosidad con pasión.
Otro de los momentos más memorables de la jornada fue el encuentro entre el Gran Poder y la Virgen de los Reyes, patrona de la Archidiócesis de Sevilla, en el Paseo Colón. La Virgen presidió la procesión desde un altar, mientras el Señor de Sevilla se detuvo a saludarla, en una imagen que simbolizó la unión de dos de las devociones más importantes de la ciudad.
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