La O retira del culto a la dolorosa para acometer labores de conservación

El regreso a la rutina cofradiera nos regala una estampa en absoluto indiferente por el barrio de Triana y que nos evoca épocas pasadas. Desde este mismo lunes, la imagen gloriosa de Santa María de Nuestra Señora de la O preside el camarín del retablo mayor de la parroquia, puesto que la dolorosa ha sido retirada del culto. Este pasado domingo la imagen fue trasladada al taller de Juan Manuel Miñarro, con motivo de las labores de conservación que ya se anunciaron en el Cabildo General de Hermanos del pasado 20 de octubre de 2023, y "donde la Junta de Gobierno recibió la autorización expresa del máximo órgano de gobierno de la Archicofradía para actuar en este sentido", apunta la corporación.

El traslado de la imagen dolorosa "ha sido efectuado con todas las garantías de seguridad y conservación por una empresa especializada", indica la Archicofradía en sus redes sociales. La intervención está previsto que se desarrolle durante tres semanas, según el proyecto presentado por Miñarro y cuenta con el preceptivo visto bueno del Delegado Diocesano de Patrimonio Cultural y la autorización del señor obispo auxiliar de Sevilla, Monseñor Teodoro León. Por su parte, en el retablo de la Virgen de Gloria recibirá culto estos días la imagen del Sagrado Corazón de Jesús.

Desde la fundación

La imagen gloriosa de Nuestra Señora de La O presidió la iglesia desde ese primer momento fundacional y que sucesivamente fue entronizada en los consiguientes retablos mayores, incluido el actual, hasta 1961. La imagen de la Virgen de La O gloriosa responde formalmente a los rasgos propios de la escultura sevillana. Es imposible precisar si se trata de la primitiva imagen del siglo XVI o se trata de una obra posterior. De ser la primitiva, habría llegado a nosotros intensamente transformada en sucesivas ocasiones, sin que sea posible determinar cuál de ellas fue más importante, en qué modo afectó a la escultura ni cuando se produjo.

Por otra parte, podría tratarse de una escultura realizada ex novo en un momento por ahora igualmente indeterminado que también habría sido intervenida sucesivamente. Tampoco se conocen ni el nombre del autor original ni los autores de estas transformaciones. Por lo que respecta a la realidad actual, se trata de una imagen de candelero para vestir teniendo encarnados únicamente el busto y las mano