Una joya de procesión para minorías
La comitiva de la Archicofradía Sacramental del Sagrario recorre las calles del centro cada domingo posterior al de Resurrección para llevar la comunión a los enfermos de la feligresía
Sevilla/Segundo domingo de Pascua. Dominica in albis. Procesión de impedidos de la Archicofradía Sacramental del Sagrario. Estampas de niños carráncanos, chaqués, trajes oscuros, cera roja, estandartes de las hermandades de la feligresía, Marcha Real, sones de Corpus Christi, faroles de escolta, monaguillos y el Santísimo Sacramento bajo palio. La Archicofradía organizó con todo esplendor la procesión de impedidos tras la misa de diez de la mañana. De la Parroquia del Sagrario a la Plaza Nueva, pasando por la Plaza de Molviedro y Sánchez Bedoya.
La comitiva es una joya para minorías, un bocado exquisito, una reserva de buen gusto dentro de un calendario de procesiones saturado y a veces hasta estridente. Mantiene sus formas, permite la participación de niños y mayores, el recorrido es tan bello como corto. Incluye algunos años hasta el fondo del monumento a San Fernando. Muchos fieles siguen haciendo la doble genuflexión al paso de Su Divina Majestad en unas horas de domingo marcadas por el sosiego, la despoblación, turistas que abandonan las habitaciones de los hoteles y apartamentos del Arenal con las maletas en mano y, este año, los primeros votantes en dirección a los colegios electorales. Varios apoderados del colegio de electoral de la calle Castelar salieron a ver pasar el cortejo.Los monaguillos hacen sonar las campanillas para anunciar la presencia de Su Divina Majestad. Portan también el hisopo con el acetre, el almohadón de respeto y las cestas de flores. Van dejando pétalos al paso de Jesús Sacramentado. La procesión pasa veloz, prácticamente no hay pausas. Es fugaz como todo lo bello.
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