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Las imágenes de la Procesión Magna de Sevilla 2024: La Esperanza Macarena

La imagen cerrará la procesión magna y volverá a su barrio bien entrada la madrugada

La Esperanza de Triana

La Esperanza Macarena cierra la procesión magna / Víctor Rodríguez

En su solo nombre va implícita una parte fundamental e incalculable de la religiosidad de toda una ciudad, hasta convertirse en su devoción mariana. Decir Macarena es decir Sevilla: referencia, icono, vanguardia, identidad, pueblo, patrimonio, historia... La Virgen de la Esperanza, la de San Gil, ha trascendido todo tipo de frontera y de límite hasta consolidarse como una devoción universal, con devotos distribuidos por todo el globo y una identidad propia y definida. El misterio de su rostro, la belleza humana de sus rasgos y la infinitud de favores concedidos la han confirmado, a lo largo de los siglos, como una referencia imparangonable. A todo ello se le suma los incontables textos poéticos que se le han dedicado y otras manifestaciones artísticas que se han acercado a su advocación. 

La Macarena cerrará la procesión magna del 8 de diciembre en Sevilla. La imagen, distinguida con la Rosa de Oro por el papa Francisco -la más alta concesión pontificia, la única dolorosa del país en poseerla-, pondrá el broche de oro a un cortejo inolvidable. Saldrá de la Catedral pasadas las seis y media de la tarde y abandonará el itinerario oficial sobre las nueve y media, momento en que pondrá rumbo a su barrio acompañada por cientos de personas y por calles inéditas como Reyes Católicos o la Magdalena. La Esperanza volverá a protagonizar una salida extraordinaria diez años después de los memorables fastos del cincuentenario de su coronación canónica. 

La Virgen de la Esperanza es una obra anónima del siglo XVII, atribuida por numerosos expertos a diversos autores, entre ellos, el círculo de Pedro Roldán, siendo la teoría más extendida, pero sin soporte documental. Sea como fuere, llegó a la cofradía años después de erigirse. La fundación de la misma se produjo en el derruido convento de San Basilio, que se ubicaba en el entorno de la calle Relator. Se aprobaron sus primeras reglas el 24 de noviembre de 1595, bajo el nombre de “Cofradía de Nuestra Señora de la Esperanza”. La primera estación la realiza por primera vez en 1624, aunque con anterioridad lo hacía acompañando a la de la Sagrada Cena. En estos primeros años, la Hermandad procesionaba la imagen de un crucificado, obra del escultor Pedro Nieto, y la imagen enlutada de la Virgen de la Esperanza.

En el año 1653, se traslada a la Parroquia de San Gil, remodelando entonces su nombre y pasando a denominarse “Hermandad de la Sentencia de Muerte que dieron a Christo Nuestro Redemptor y Nuestra Señora de la Esperanza”. Este nuevo título obligaba a la Hermandad a construir un paso procesional alusivo a este pasaje evangélico, permitiendo a aquellos hermanos que quisieran disciplinarse, acompañar como flagelantes a este nuevo misterio de la Semana Santa sevillana. El 31 de enero de 1793, el Consejo de Castilla aprueba la fusión de la Hermandad de penitencia y sangre del Cristo de la Sentencia y Virgen de la Esperanza con la del Santo Rosario, un hito fundamental para su supervivencia en un contexto de efervescencia devocional hacia el misterio del rosario. En los nuevos estatutos se incluye dualidad de mayordomías y secretarías, que llevarán por separado la contabilidad y el despacho de documentación.

En 1936 su sede canónica, la iglesia de San Gil, fue incendiada, salvándose las imágenes por haber sido trasladadas con anterioridad en secreto por un grupo de hermanos a distintos lugares. Hasta 1942 permaneció en la Capilla de la antigua Universidad, volviendo ese año a la parroquia del barrio. El 18 de marzo de 1949 el Cardenal Segura bendijo el nuevo templo, la Basílica de María Santísima de la Esperanza Macarena, levantado con donaciones procedentes de todo el mundo; el día siguiente, festividad de San José, se trasladaron las sagradas imágenes. Sale en procesión cada Madrugada de Viernes Santo acompañada por más de tres mil personas en su cortejo y su popular Centuria Romana, uno de sus distintivos estéticos más esperados. 

Irá acompañada musicalmente por la banda del Carmen de Salteras, y transitará por las calles más emblemáticas de su barrio bien entrada la madrugada; entre ellas, Parras, que se engalanará para la ocasión y la recibirá en un ambiente de fiesta y regocijo. Como reza el himno que compusiera Caro Romero: razón de felicidad. Y que la Macarena esté en la calle siempre será razón y motivo de felicidad para todos nosotros como sevillanos y como cristianos. 

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