La huella cofradiera de Judea
la priostía
En las representaciones de cada escena de la Pasión hay detalles que beben de la tradición hebrea
La Semana Santa bebe en gran medida de las costumbres judías en el sentido de que se conmemora la Pasión recordando las costumbres semíticas del tiempo en que vivió Jesús. Son varios los detalles en los pasos y figuras que salen en procesión en Sevilla que, en ocasiones fieles a la realidad, y en otras con la recreación propia de una puesta en escena, presentan guiños a tradiciones hebreas.
Hasta la fecha de la Semana Santa viene marcada por estas costumbres. Cada año varía puesto que depende de cuándo sea la primera luna llena después del equinoccio de primavera, coincidiendo la Pascua Judía. Jesús había resucitado en la época de Pascua, al comienzo de la primavera, justo cuando los judíos conmemoran la salida de Egipto. Y lo hacían en luna llena porque fue gracias a la luna que sus antepasados habían escapado del faraón, sin encender las antorchas.
Es cierto que al comienzo, cuando el cristianismo parecía una secta del judaísmo, la muerte de Cristo se celebraba el mismo día de la Pascua Judía y para que no se confundieran las tradiciones, se discutió un cambio de fechas en el Concilio de Nicea del año 325. Ahí se decidió que el Domingo de Resurrección se festejara el domingo siguiente de la primera luna llena, después de la llegada de la primavera.
Incluso en uno de los primeros libros, en el Levítico, hay un precedente de las palmas del Domingo de Ramos, antes de que los evangelistas narren la Entrada en Jerusalén. (Lev. 23: 40-43). " Y tomaréis el primer día ramas con fruto de árbol hermoso, ramas de palmeras, ramas de árboles frondosos y sauces de los arroyos, y os regocijaréis delante de Jehová vuestro Dios por siete días. Y le haréis fiesta a Jehová por siete días cada año; será estatuto perpetuo por vuestras generaciones; en el mes séptimo la haréis".
Lo hebreo está presente también en las hermandades de vísperas. La guardia judía que acompaña en La Milagrosa al misterio del Puente Cedrón,de la iglesia de la Milagrosa en Ciudad Jardín, lleva una vestimenta que se ha realizado de forma artesanal y que los integrantes de la guardia son los que se encargan de mantener en perfectas condiciones.
La idea de esta guardia salió de una conversación de José Antonio Navarro Arteaga, autor del misterio, y varios responsables de la entonces Agrupación Parroquial de la Milagrosa. Después de un estudio realizado por el escultor se pudo recrear la vestimenta de la guardia del sanedrín. Este curioso batallón compuesto por 42 hombres desfila el Sábado de Pasión por las calles de la zona de Ciudad Jardín y Nervión. Para formar parte de ella, los aspirantes deben pasar una entrevista con el capitán y el teniente de la guardia, que tras valorar al candidato, le facilitan el horario de ensayos. Sobre todo, los integrantes de la guardia hebrea aprenden a desfilar y hacer la guardia y custodia.
Pero si hay una que haya quedado en el imaginario colectivo hasta con su propio nombre es la calculadora del Caifás que está en el paso de misterio de San Gonzalo. El pectoral del Sumo Sacerdote es uno de los enseres más antiguos de la hermandad, tanto que permanece inalterable casi desde su fundación. El particular collar sigue, de un modo más o menos similar, las indicaciones del Éxodo 28, 15-30 sobre el pectoral que el Sumo Sacerdote debe llevar durante los juicios: "Harás asimismo el pectoral del juicio de obra primorosa, lo harás conforme a la obra del efod, de oro, azul, púrpura, carmesí y lino torcido. Será cuadrado y doble, de un palmo de largo y un palmo de ancho; y lo llenarás de pedrería en cuatro hileras de piedras; una hilera de una piedra sárdica, un topacio y un carbunclo; la segunda hilera, una esmeralda, un zafiro y un diamante; la tercera hilera, un jacinto, un ágata y una amatista; la cuarta hilera, un berilo, un ónice y un jaspe. Todas estarán montadas en engastes de oro.Y las piedras serán según los nombres de los hijos de Israel, doce según sus nombres; como grabaduras de sello cada una con su nombre, serán según las doce tribus. (...) Y llevará Aarón los nombres de los hijos de Israel en el pectoral del juicio sobre su corazón, cuando entre en el santuario, por memorial delante de Jehová continuamente".
Aunque Caifás también está en el paso de Jesús Cautivo y Rescatado de la Hermandad del Polígono de San Pablo, esta joya no aparece sobre su pecho.
Menos fiel a la realidad histórica es la inclusión de romanos enmuchos de los pasos que salen en las procesiones, cuando hasta que Cristo no llegó a la Torre Antonia por segunda vez para ser torturado y cargado con la cruz, éstos no intervinieron en nada. Algo similar ocurre con las representaciones del sanedrín, el consejo supremo nacional y religioso de los judíos desde el siglo III a. C. hasta el siglo I d. C. Eran los únicos que podrían juzgar al rey, ampliar los límites del Templo y de Jerusalén, y eran los que resolvían toda pregunta relacionada con la interpretación de la ley. Ahora bien, no podía condenar a nadie a muerte. Los interrogatorios a los que Jesús es sometido tanto por el Sanedrín (el tribunal judío que se reúne en las casas del sumo sacerdote -Caifás- y su suegro y anterior sumo sacerdote -Anás-) como por el gobernador romano Poncio Pilatos (en el Pretorio de Jerusalén -posiblemente en la torre Antonia-), Herodes Antipas (tetrarca de Galilea) y finalmente de nuevo por Pilatos, se plantean para incriminar al reo en delitos religiosos y políticos (principalmente, para hacerle confesar que se consideraba rey de los judíos).
Según Schoenbauer: "En este tiempo aún reconocían los romanos la instalación judía del Sumo Sacerdote". En el año 6, Roma quitó al Sanedrín el derecho de ejecutar las sentencias de muerte. De allí que en el Evangelio de San Juan se diga: "A nosotros no nos está permitido dar muerte a nadie" (Jn 18,31). Por otro lado, la lectura en voz alta de la Sentencia de Cristo no se menciona en ningún texto canónico. Según algunos estudios, el misterio de la Macarena, por tanto, nace directamente de un manuscrito apócrifo como es la Sentencia de Pilato. De hecho, entre la vestimenta antigua del paso de la Sentencia estaba el corro frigio, uno de los estrenos de la Semana Santa de 2015. Esta prenda se colocó por última vez en la década de los 80 del siglo XX. Está confeccionado con tela de soutache negro y piedras de azabache incrustadas, inspirándose en los gorros frigios de tradición sumeria.
Mención aparte merecen las figuras de los sayones. Según la RAE en la Edad Media recibían este nombre los oficiales de justicia que hacían las citaciones y ejecutaban los embargos, por lo que se puede deducir que no gozaban de muchas simpatías. También recibían este nombre los verdugos que ejecutaban las penas a las que eran condenados los reos.
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