"Es la hora de la piedad popular y las hermandades, muro ante la secularización"

José Ángel Saiz

El arzobispo de Sevilla, monseñor José Ángel Saiz, ha ofrecido un resumen y las primeras conclusiones del II Congreso Internacional de Hermandades y Piedad Popular

Una jornada para la historia

El arzobispo ofrece las conclusiones del Congreso.
El arzobispo ofrece las conclusiones del Congreso. / M. G.

Apenas han pasado unos minutos del encuentro entre el Señor del Gran Poder, la Esperanza Macarena, la Esperanza de Triana y el Cristo del Cachorro, y la frenética programación continua en un día de la Inmaculada en la que estas devociones junto a ka Virgen de los Reyes, Consolación, Valme y Setefilla recorrerán las calles de Sevilla. Será el gran colofón al II Congreso Internacional de Hermandades y Piedad Popular, cuyas principales conclusiones, o al menos un somero avance a la espera de digerir con tranquilidad el inmenso corpus doctrinal emanado de ponencias y mesas redondas, ha ofrecido esta mañana el arzobispo de Sevilla, monseñor Saiz Meneses. De sus palabras destaca una frase que aún retumba con fuerza en las naves de la Catedral: "Es la hora de la piedad popular, de las hermandades y cofradías, muro ante la secularización".

Monseñor Saiz Meneses ha repasado las cuatro líneas maestras, "de fuerza" en las que se ha sustentado la programación del Congreso: encuentro, reflexión, contemplación y compromiso". En cuanto a la primera, el arzobispo ha manifestado que “el congreso ha sido un espacio de encuentro” en el que se ha procurado “el acercamiento a Dios en la Iglesia”. Y ha aludido al discurso inaugural del legado pontificio, monseñor Edgar Peña, que nos recordaba que “la primera actitud que permite reflejar la imagen de Cristo en el seno de las hermandades y cofradías es la fraternidad, antídoto frente al aislamiento contemporáneo, que permite superar además toda forma de soledad”.

“La pertenencia a una cofradía o a una hermandad no es algo aleatorio, sino un hecho que está íntimamente ligado a la pertenencia familiar, primer ámbito de anuncio de la fe para los hijos”, ha afirmado el arzobispo. “Por ello, las cofradías no son simples sociedades de ayuda mutua o asociaciones filantrópicas”, ha añadido.

Monseñor Saiz durante su intervención.
Monseñor Saiz durante su intervención. / M. G.

La segunda línea es la reflexión. Monseñor Saiz Meneses ha afirmado que “este ejercicio intelectual ha aportado luces para el presente, pero será ante todo una hoja de ruta para el futuro”. En este punto, el prelado hispalense ha destacado que las ponencias se han basado, por un lado, en los tres pilares que recogen las reglas de las hermandades: Culto, Caridad y Formación. A los que hay que sumar cuatro perspectivas a considerar: la antropológica, la histórica, la teológica y la eclesiológica. Y, por último, dos ejes fundamentales de reflexión: la evangelización y la identidad de las hermandades. 

El tercer eje del congreso es la contemplación, algo que se entiende urgente “en una sociedad acelerada que a menudo deja poco lugar para el silencio y la meditación”. Saiz Meneses ha centrado su atención en “la mirada”: “a través de las imágenes, atravesando de parte a parte el impacto de su sensibilidad, alcanza su plenitud cuando se abre a un fenómeno que la desborda, pero en el que paradójicamente reconoce su identidad y su propia meta”.

La misión es el cuarto eje de las conclusiones de un congreso que ha recordado que “que la piedad popular debe traducirse en obras concretas de amor y servicio con las que anunciar la Buena Noticia”. En este apartado ha subrayado que las hermandades, “arraigadas en sus comunidades de fe, tienen una responsabilidad clave en la evangelización y en la dimensión caritativa y social de la Iglesia”. Esta cuarta línea de fuerza ha puesto de relieve la misión y el compromiso social de las hermandades.

Siete conclusiones prácticas

El arzobispo Saiz se dirige a los congresistas y autoridades.
El arzobispo Saiz se dirige a los congresistas y autoridades. / M. G.

A la espera de estudiar y leer profundamente todas las ideas y reflexiones puestas sobre la mesa en los últimos días, el arzobispo ha presentado siete conclusiones prácticas.

La primera se resume en el redescubrimiento de la mirada transformadora de Dios: “Encuentro con Dios y contemplación”. En segundo lugar, ha subrayado que “las hermandades y cofradías han de ser un reflejo vivo de la comunión eclesial, enraizada en Cristo”. En tercer lugar, monseñor Saiz ha hablado del “misterio divino como fuente de la santificación”. Aquí ha destacado que la liturgia es “el acto de alabanza que hace posible el crecimiento en la santidad y la comunión eclesial”.

La cuarta conclusión práctica se resume en la necesidad de “ser fermento en medio del mundo”. Más concretamente, alude a un “testimonio valiente” del Evangelio en la sociedad contemporánea. En quinto lugar, hay que “hacer presente el amor de Dios en medio de su pueblo”, y responder a las necesidades actuales requiere “una nueva imaginación de la caridad, que ponga en juego la ayuda material a los más pobres, junto con la fraternidad y el reconocimiento de la dignidad personal”.

La formación en las hermandades es la sexta conclusión. De hecho, ha quedado también de manifiesto cómo “la formación cristiana debe ser una prioridad en las hermandades”. Finalmente, monseñor Saiz Meneses ha afirmado que es preciso impulsar la creación de “un observatorio como espacio de estudio y reflexión permanente sobre la piedad popular”. Este foro interdisciplinar está llamado a “continuar el análisis de la riqueza espiritual de las hermandades, a identificar los retos y los desafíos contemporáneos y a diseñar propuestas pastorales que fortalezcan su papel evangelizador en la Iglesia”.

Monseñor Saiz Meneses ha concluido la presentación de las conclusiones del congreso subrayando que "es la hora de las piedad popular, de las hermandades y cofradías, muro ante la secularización".

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