Guiño a la historia: una réplica de la Virgen de Aguas Santas durante la procesión extraordinaria del Cristo de San Agustín
El arquitecto Honorio Aguilar instalará un altar en un zaguán de la calle Águilas en memoria de las visitas de la patrona villaverdera en el siglo XVI
El Santo Crucifijo regresará a San Roque este sábado en procesión desde la Catedral
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Será, sin duda, una estampa cargada de significado histórico entre dos advocaciones más unidas de lo que pudiera parecer. De algún modo, la Virgen de Aguas Santas, patrona de Villaverde del Río, estará presente en Sevilla este próximo sábado durante la procesión extraordinaria del Santo Crucifijo de San Agustín, que regresa a la parroquia de San Roque sobre el paso del Cristo de las Misericordias de Santa Cruz, tras haber permanecido un mes en la exposición Fons Pietatis: Sedes Hispalensis, enmarcada en el II Congreso Internacional de Hermandades y Piedad Popular, y cumpliéndose 375 del milagro atribuido a esta imagen por su intercesión en la epidemia de peste de 1649.
El arquitecto Honorio Aguilar, devoto confeso de la Virgen de Aguas Santas y estrechamente vinculado a esta localidad de la Vega del Guadalquivir, instalará en un zaguán de la calle Águilas, en el número 25, un altar que acogerá una réplica de esta venerada efigie, un emblema de la devoción cristiana en la provincia. Todo ello en referencia a las visitas que realizaba la Virgen de Aguas Santas a la capital hispalense, una de ellas muy relacionada con el Asilo y Protector de la ciudad. Y es que en 1566, en el contexto de una terrible sequía, la comunidad del convento de San Agustín acordó organizar una procesión con el Crucifijo por el mes de marzo, arreciando la lluvia al poco de salir. Resulta que por aquellos días, también con el objeto de implorar por la lluvia, visitó la ciudad la Virgen de Aguas Santas.
Se trataba de la primera vez que esta emblemática imagen pisaba la capital, y para ello recibió culto en el Hospital de las Cinco Llagas, "no se sabe si en calidad de visita o refugiándose de la lluvia. El 30 de marzo, días después de la procesión del Santo Cristo, el cabildo eclesiástico decide que la imagen de la Virgen vaya a la Catedral y sea recibida al final de la calle Francos", y que señalasen el día “quando les paresciere que haze bueno”. Aguas Santas estuvo, por tanto, en la Catedral de Sevilla del 11 al 22 de abril, fecha en que se llevó en procesión hasta el convento de San Agustín. Una vez alcanzados los extramuros, se celebró una función de acción de gracias conjunta con el Santo Crucifijo, "y todo el pueblo acudió a dar gracias".
Por tal motivo, en este claro gesto a la historia de la ciudad y la región, Aguilar colocará una réplica de esta Virgen, vestida con una ráfaga de Marmolejo que encargó su padre hace casi medio siglo, a imagen y semejanza de la que posee la propia patrona, y siguiendo todos los cánones estilísticos y formales. Además, quedará situada en un templete neoclásico, parecido a los que aparecen en antiguos grabados de la Virgen y rematado por un breve y discreto juego de luces. Será este sábado, cuando estas dos advocaciones de arraigo devocional incalculable se citen en el recuerdo y la memoria de un tiempo que fue.
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