La gran exposición sobre la piedad popular
Arte
Combina la función expositiva con la devocional dentro de un contexto de oración y se podrá visitar hasta el 20 de diciembre
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El arzobispo de Sevilla, monseñor José Ángel Saiz, inauguró ayer la gran exposición que el Cabildo de la Catedral de Sevilla ha preparado con motivo de la celebración del II Congreso Internacional de Hermandades y Piedad Popular. Esta muestra podrá visitarse desde hoy y hasta el próximo 20 de diciembre en distintas zonas de la cabecera de la Catedral.
Con el título Sedes Hispalensis: Fons Pietatis, La Catedral de Sevilla, Fuente de Piedad se expondrán, dentro de un entorno de oración y religiosidad popular, piezas relevantes de la propia Catedral hispalense y otras solicitadas para esta ocasión especial. La muestra se podrá visitar de lunes a sábado de 11:00 a 17:00 y los domingos de 14:30 a 18:00.
La presentación corrió ayer a cargo del deán de la Catedral, José Francisco Ortíz Bernal y posteriormente intervino el comisario de la exposición, Pedro Manuel Fernández Muñoz, quien adelantaba que “la muestra se estructurará en tres bloques temáticos que tratan sobre los orígenes, devociones y manifestaciones de la piedad popular teniendo como escenario la Catedral de Sevilla”.
El primer bloque temático se desarrolló en el Patio de los Naranjos, entorno al Púlpito y a la Capilla de la Virgen de la Granada, donde se muestra cómo la Iglesia Mayor Metropolitana desde su creación ha actuado como generadora y reguladora de la Piedad Popular, llegando en tiempos pasados a establecer en ella hermandades que contaban con gran número de devotos.
En esta zona, forma parte de la muestra el púlpito renacentista de mármol desde el que tantos eminentes predicadores como San Juan de Ávila, San Vicente Ferrer, San Francisco de Borja, y otros, se hicieron eco de la palabra de Dios y despertaron las conciencias del Pueblo de Sevilla, abriéndolas a la Piedad y la devoción. Asimismo, en la Capilla de la Virgen de la Granada se puede ver un vídeo con documentación procedente de la Biblioteca Capitular y Colombina, así como del Archivo General del Arzobispado, que testimonia la vida de las hermandades establecidas en la Seo de Sevilla, y la imagen de la Virgen de la Granada, titular de la desaparecida Hermandad con el mismo nombre. La Capilla de la Virgen del Pilar, presidida por la imagen de Pedro Millán (principios del S. XVI), completan el tema de las Noticias de Hermandades de Gloria en la Catedral de Sevilla.
La nave de la cabecera de la Catedral tienen por protagonistas tres de las devociones históricas de Sevilla más importantes. La Capilla de San Pedro acoge la temática de las Rogativas, con especial mención a la devoción al Santo Crucifijo de San Agustín, protagonista de muchas de estas modalidades de procesiones organizada frente a diversos peligros y considerado como Asilo y Protector de la Ciudad de Sevilla. Para ilustrar este tema están expuestos, además de documentos y grabados sobre las procesiones de rogativa, la propia imagen del Santo Crucifijo de San Agustín, obra realizada por el escultor e imaginero Agustín Sánchez Cid (1950) para la parroquia de San Roque de Sevilla, como réplica de la imagen histórica destruida durante el asalto y quema de dicho templo en julio de 1936.
En el Trasaltar Mayor se testimonia el Amor filial del Pueblo de Sevilla hacia su Patrona la Virgen de los Reyes, pudiéndose admirar seis de los pecherines con las alhajas que los devotos a lo largo de los años fueron donando a la Santísima Virgen, Madre, Protectora y Mediadora de Todas las Gracias. Con motivo de esta exposición, las joyas que forman parte de los pecherines han sido limpiadas y restauradas, actualizándose su disposición. Estas obras están acompañadas por otras piezas de gran valor como la Corona de Filigranas, corona de salida anterior a la Coronación Canónica de la Imagen.
La propia Capilla Real forma también parte del itinerario expositivo, adquiriendo esta una nueva perspectiva durante la visita, pues se permite a fieles y visitantes, de manera extraordinaria, subir hasta el camarín de la Virgen de los Reyes y rodear el sepulcro-relicario obra del insigne orfebre Juan Laureano de Pina (1683-1718), que alberga los restos del Rey Fernando III desde 1729.
La Capilla de San Pablo se dedica a la devoción a la Virgen de la Antigua, presidida por la propia imagen durante la exposición. La acompaña el Simpecado bordado de la Hermandad de la Antigua de las Gradas de la Catedral, junto a un óleo sobre cobre de esa misma desaparecida corporación, completándose la temática con una nutrida colección de grabados y otros documentos sobre la Virgen de la Antigua procedentes de la Institución Colombina.
A partir de aquí, se comienza por los ritos propios de la Semana Santa como la realización de la estación de penitencia de las cofradías a la Santa Iglesia Catedral a través de los pasos de palio como elemento más icónico,formando parte de la muestra el paso de Nuestra Señora del Socorro, titular de la Hermandad del Amor, por la excelsa calidad artística de los elementos que lo componen.
La celebración de los Santos Oficios en la Catedral está presente a través del antiguo Monumento con obras como la pintura que realizara del mismo Lucas Valdés (1625), las planchas de grabado del Monumento, o la imagen del Cristo Atado a la Columna, (Francisco Antonio Ruíz Gijón 1688-1689), que formaba parte del mismo, así como las inigualables piezas de orfebrería del ajuar litúrgico usadas durante la celebración del Triduo Pascual, como el incensario de oro (Antonio Méndez, 1791), la jarra y bandeja para el Lavatorio (Damián de Castro, 1776-1780), Arca Eucarística (Luís Valadier, 1771).
Las características de la Escuela Sevillana de Escultura marcan la estética de las procesiones de la Semana Santa de Sevilla, a este respecto la exposición cuenta con una de las obras más emblemáticas de esta Escuela, pues se convirtió en el referente a seguir en el tratamiento del modelo iconográfico de los crucificados barrocos sevillanos, nos referimos al Cristo de la Clemencia de Juan Martínez Montañés (1603).
El tema del Corpus Christi con la magnífica procesión organizada por el Cabildo y la Octava se desarrolla en la Sacristía Mayor, donde se pueden admirar montados todos los pasos de esta procesión en Sevilla, además de las reliquias que en su día formaban parte del cortejo de esta magna manifestación de Piedad en torno a Jesús Sacramentado.
El Patio de los Oleos se dedica al Miserere de Eslava y a los seises como expresiones musicales de las solemnidades en la Catedral.
El ángulo sureste del templo está dedicado a las devociones a la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María y al Niño Mudo, así como a las manifestaciones de la piedad popular. En la exposición se pueden admirar diversas representaciones de la Inmaculada Concepción, notorias dentro de la historia del arte como la Inmaculada de Martínez Montañés, La Cieguecita (1631), la Inmaculada con Miguel del Cid de Francisco Pacheco (1619), o la Inmaculada realizada en 1662 por Murillo, con marco de Bernardo Simón de Pineda, para la Sala Capitular de la Catedral.
Esa estancia, presidida por la Inmaculada de Murillo, es la manifestación más clara de cómo los capitulares hispalenses estaban volcados en la defensa de la Inmaculada que tanta devoción se sentía en la piedad popular de la ciudad.
Las numerosas representaciones del Niño de Dios existentes en domicilios particulares y conventos son un referente del fuerte arraigo devocional que a nivel doméstico tenían estas imágenes en la piedad doméstica andaluza. Siendo una de las devociones tradicionales más entrañables de los sevillanos la que se le tiene al Niño Mudo de la Catedral. Esta imagen de principios del siglo XVII con rasgos montañesinos también forma parte de la muestra.
La Contaduría Baja está dedicada a las coronaciones canónicas expresión devota de honra y honor hacia Nuestra Señora por parte de los fieles. En este espacio puede ser admirado el óleo titulado Coronación de la Virgen de los Reyes del pintor sevillano Nicolás Alpériz (1910) y la Corona con la que fue coronada la Patrona de Sevilla, obra realizada por Pedro Vives Ferrer.
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