Las fabulosas iglesias que perdimos
Joyas como San Lázaro o el Carmen llevan décadas en la ruina más absoluta y cerradas a cal y canto
La marcha de las comunidades religiosas ha provocado el cierre de otros templos destacados
Una de las grandes joyas de la imaginería sevillana como nunca antes se había visto
Las hay de titularidad pública y privadas de órdenes religiosas pero todas tienen algo en común. Permanecen cerradas y, en el mejor de los casos, en espero de algún inquilino para retomar el culto. En el peor, se encuentran en un estado completamente ruinoso pese a su mayúsculo valor artístico y superlativa historia. Sevilla es una ciudad cuajada de iglesias o conventos pero hace tiempo que algunas de ellas atraviesan por una situación complicada. Las antiguas iglesias del Hospital de San Lázaro y la del exconvento Casa Grande del Carmen, propiedad ambas de la Junta de Andalucía, se encuentran en un estado de abandono incomprensible. El escondido templo de San Pedro de Alcántara, una joya barroca, espera el destino que le quiera dar la comunidad de las Esclavas. El templo del convento del Socorro está cerrado, como todo el cenobio, desde el año 2018 y nada se sabe. La iglesia del Sagrado Corazón espera una nueva cesión por parte de los Jesuitas tras la marcha de la pastoral juvenil. Y la de San Laureano aguarda un proyecto de restauración que nunca llega y un uso acorde a su historia.
La iglesia del ex convento del Carmen
Uno de los templos más olvidados de la ciudad es el del antiguo convento Casa Grande del Carmen, en la calle Baño. Este gran espacio es sede del Conservatorio Superior de Música y de la Escuela Superior de Arte Dramático. Mientras que el resto del antiguo convento y posterior cuartel fue minuciosamente restaurado por la Junta de Andalucía, lamentablemente la iglesia fue olvidada y permanece en un estado ruinoso, aunque nadie se atreve a decir a ciencia cierta cuál es el nivel de degradación. Este periódico ha pedido información sobre su estado a la consejería y delegación de Educación en varias ocasiones, obteniendo la callada por respuesta. ¿Qué ocurre con el templo? Algunas personas que tuvieron la suerte de verlo fugazmente hace más de 20 años aseguran que su estado entonces era ya muy alarmante. Y desde entonces no se ha hecho nada.
Y no se trata de un espacio cualquiera, sino de uno de los grandes conventos de la ciudad, que albergó a hermandades como la Soledad, las Siete Palabras o la Quinta Angustia.
La de la calle Baños es la primera fundación de la orden del Carmelo en Sevilla. Lo hacen unos frailes procedentes de Gibraleón. El rey Pedro I cedió en 1358 unas casas que pertenecieron a un musulmán de nombre Selím. El convento fue creciendo y en 1428 se construyó un templo de mayor tamaño en cuyos cimientos según la leyenda se encontró enterrada en 1434 una Virgen de alabastro con un hábito parecido al carmelita y una campana. Esta Virgen del Carmen fue situada el altar mayor y actualmente se encuentra en la parroquia de San Lorenzo. Más tarde, en 1583 comenzó una reforma que terminó en 1630.
El calvario del convento comenzó con la Desamortización. Con la Gloriosa se transforma en cuartel, y así permanece hasta 1984, cuando lo compra el Ayuntamiento. Tras varios proyectos fallidos, es adquirido por la Junta de Andalucía, que lo rehabilitó. Desde 2002 es la sede del Conservatorio Superior de Música y de la Escuela Superior de Arte Dramático. Un símbolo de la dejadez es el estado de la torre campanario. “Hay que pedirle a la consejería un poco de sensibilidad. La iglesia está considerada uno den los mejores ejemplos de templos conventuales de la ciudad. ¿Tan difícil y costoso es destinar un mínimo de dinero a su recuperación? Exigimos conocer su estado”, explica Joaquín Egea, presidente de Adepa.
San Lázaro: el primer hospital de Sevilla
En una situación parecida está la iglesia el antiguo hospital de San Lázaro. Un templo desacralizado que pertenece a la consejería de Salud y Consumo y que está adscrito al Área Hospitalaria Virgen Macarena. Utilizando el argot médico, el edificio se encuentra en coma profundo. Cerrado y sin uso. La noticia positiva es que tras muchos años de espera, se están restaurando los bienes muebles: dos esculturas –un Cristo Crucificado atribuido a Roque Balduque y un San José con el Niño, de autor desconocido– y seis pinturas sobre tabla, cuatro ejecutadas hacia el 1553 por Pedro de Villegas Marmolejo y las otras dos por Juan Chacón, además de la azulejería del XVI. El IAPH tenía los trabajos muy avanzados a finales del año pasado. De la rehabilitación del templo y del uso que se le pueda dar nada se sabe.
El hospital de San Lázaro su templo son los más antiguos de Sevilla. Comenzó a funcionar en la época de la Reconquista, cuando San Fernando mandó a levantarlo para que acogiera a los soldados afectados de elefantiasis y lepra. El templo responde al modelo de templo gótico-mudéjar que proliferó por Sevilla durante los últimos siglos de la Edad Media y el Renacimiento. Muestra de esa transición estilística es su portada, de inspiración manierista.
Su campanario de planta octogonal es, sin duda, elelemento arquitectónico con el que todo el mundo relaciona la iglesia del hospital de San Lázaro, del que muchos sevillanos desconocen, incluso, su existencia. Cercada por el recinto sanitario, la historia de este templo ha pasado al ostracismo, debido principalmente a su desacralización desde 1998, cuando pasó a manos de la Junta. Hasta entonces la propiedad era de la Diputación.
La marcha de las órdenes religiosas
El Convento de Santa María del Socorro cerró sus puertas en el año 2018. Con entrada por la calle Bustos Tavera 30, fue fundado en 1522 en unas casas cercanas a la iglesia de San Marcos. La fundadora, doña Juana de Ayala, fijó un máximo de veinte monjas de procedencia noble, flexibilizándose estas condiciones con el tiempo. La historia del convento es bastante compleja. Determinados avatares modificaron su configuración. Su historia más reciente está ligada a los problemas de conservación del mismo, que llevaron finalmente, a finales de los sesenta, a demoler una parte de la clausura y que, incluso, estuvieron a punto de segregar una parte de su suelo para destinarlo a una operación inmobiliaria con cuyos beneficios se pretendía sufragar las obras de restauración del resto.
La escasez de religiosas llevó hace seis años a la clausura de este convento que habría cumplido en 2022 sus 500 años. La comunidad de franciscanas concepcionistas se trasladó al otro convento que esta orden tienen en Mairena del Aljarafe. Hace dos años la Comisión Provincial de Patrimonio Histórico tomó conocimiento en sentido favorable de la viabilidad de la implantación de una residencia para personas mayores y una unidad de centro de día en las dependencias.
El convento de Santa María del Socorro de Sevilla fue declarado Bien de Interés Cultural, en la categoría Monumento Histórico-Artístico, en 1970. El futuro del templo sigue siendo una incógnita.
La iglesia más escondida de Sevilla
En una situación está la iglesia de San Pedro de Alcántara, un fabuloso templo barroco escondido en la calle Cervantes. Se encuentra clausurado y desacralizado desde que la comunidad de las Esclavas del Sagrado Corazón se marchó el pasado mes de agosto del Colegio Mayor La Luz. Vecinos y diversas asociaciones han reclamado desde entonces que la ciudad no pierda esta impresionante joya. Con respecto a los futuros usos que puedan tener tanto el edificio civil como la iglesia, desde el Arzobispado señalaron a este periódico que no tienen información, pero apelaron a la sensibilidad de la comunidad que ha vivido allí durante más de un siglo, confiando en que sepan darle un fin adecuado.
La iglesia, de contenidas dimensiones, de una sola nave con crucero y presbiterio presidido por un baldaquino, destaca por su profusa decoración que se ha conservado a la luz por ser un templo que no ha recibido mucha atención a lo largo de su devenir histórico. El profesor Enrique Valdivieso ha estudiado en profundidad las grandes y fabulosas pinturas murales realizadas al temple en el siglo XVIII y las atribuye a dos figuras tan destacadas como Domingo Martínez y Gregorio Espinal. De Domingo Martínez es la gran pintura del coro, que ocupa todo el testero. El IAPH hizo un estudio para su restauración. La Real Maestranza acudió a verlo para ayudar a su recuperación, pero luego llegó la pandemia y todo quedó en nada. El resto de las pintura, en mejor estado, se distribuyen por el resto de los testeros y narran los milagros de San Francisco de Asís. Estas obras se consolidaron hace ya muchos años pero se están volviendo a deteriorar.
Los altares y las esculturas que los completan son de buena factura. Así lo citan González de León y Gestoso. Destacan el San José con el Niño, San Pascual Bailón o San Pedro de Alcántara. Estos autores las sitúan en la órbita de Pedro Roldán. En la delicadísima Dolorosa arrodillada algunos ven la mano de la Roldana. Las tallas se han depositado en el Arzobispado.
San Laureano espera su futuro
Otra iglesia desacralizada que aguarda una restauración un plan de uso es la de San Laureano, en la Puerta Real. Tras una primera fase en la que se cambió la cubierta, la Comisión de Patrimonio analizó el pasado mes de marzo el proyecto de rehabilitación de la iglesia para adaptarla a Centro Multifuncional del Ayuntamiento. Tomó conocimiento y quedó a la espera de recibir un documento más desarrollado donde se integren los resultados de la intervención sobre las pinturas y otros elementos constructivos.
La historia de San Laureano está ligada a la familia de Cristóbal Colón, descubridor de América. A principios de 1526 Hernando Colón compra la huerta a la fábrica de la iglesia de San Miguel y el muladar de la Puerta de Goles le es cedido por el Cabildo del Ayuntamiento a cambio de construir sobre él una casa, según relata el profesor Hernández Díaz. Allí levanta su residencia de estilo renacentista que, según los estudios arqueológicos realizados durante la construcción del edificio de viviendas Patio de San Laureano, fue destruido por un corrimiento de tierras.
La construcción del Patio de San Laureano desveló que la huella de las crujías principales del palacio de Hernando Colón se extienden hasta la antigua iglesia del colegio de frailes mercedarios, la misma que hoy sigue en pie y esperando su reutilización. Las lindes del edificio colombino fueron conservadas por los frailes para levantar el colegio y la iglesia a principios del siglo XVII.
La iglesia de los jesuitas y los Javieres
Finalmente, la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, en la calle Jesús del Gran Poder, ha vuelto a quedarse sin culto tras la marcha de la Pastoral Juvenil. Los jesuitas, que se marcharon hace tres años, son lo que tienen que decidir qué hacen ahora con este templo, la capilla de los Luises y el resto de dependencias, según explicaron desde el Arzobispado. Pretendientes no le faltan a la iglesia de la collación de San Lorenzo. Por ejemplo, la Hermandad de los Javieres, que se fundó allí en 1946.
La iglesia del Sagrado Corazón de Jesús cuenta con una historia apasionante y una capilla, la de los Luises, que ha cumplido cien años y es una joya del regionalismo diseñada por Aníbal González. Fueron los frailes mínimos franciscanos los que deciden en el siglo XVI la creación de un colegio para educar a los miembros de la orden. Estuvo dedicada a San Francisco de Paula, de quien conservaban unas reliquias. En 1589 el arzobispo Rodrigo de Castro daba a la autorización a los frailes para instalarse en la zona. A principios del siglo XVII ya está terminado el templo en el que pudo participar Juan de Oviedo.
En el templo queda poco del siglo XVI. Luce de manera especial el magnífico artesonado de principios del siglo XVII. Del XVIII son varios de los altares, destacando el de la Inmaculada, de gran belleza, atribuida a Duque Cornejo. El altar mayor, de estilo neoclásico de finales del XIX, que contaba con una serie de doce cuadros sobre la vida de san Francisco de Paula, realizados por Lucas Valdés hacia 1710, que se encuentran actualmente en el Museo de Bellas Artes de Sevilla.
En el templo se encuentra la tumba del recordado Padre Tarín declarado venerable por San Juan Pablo II. Siendo superior en 1905 promovió la creación del colegio de los jesuitas en Sevilla, entonces en la plaza de Villasís.
Además de los Javieres, varias hermandades han tenido en este lugar su sede canónica durante algunos periodos de su historia. Una de ellas fue la de la Carretería, hasta que en 1761 se trasladó hasta su capilla del barrio del Arenal. La Hermandad de la Sagrada Lanzada adquirió una capilla en este templo en 1814. Desde allí volvió a salir procesionalmente en 1833.
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