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Cinco estampidas y dos niños heridos

La Madrugada de 2015 fue la más accidentada desde el año 2000. Una reyerta en Gallos y otra en las 'setas' provocan hasta cinco avalanchas. El Silencio fue la cofradía más afectada por los incidentes.

La noche más frágil
Fernando Pérez Ávila

05 de abril 2015 - 01:00

La Madrugada de 2015 fue la más accidentada desde la de 2000. Hubo cinco estampidas, todas ellas provocadas por peleas, dos niños heridos, otros dos perdidos durante un rato, dos personas arrojadas al río, un trabajador herido por una explosión y un escape de gas que obligó a desviar la cofradía de la Macarena. Casi todos los incidentes ocurrieron entre las cuatro y las cinco de la mañana, lo que llegó a desbordar durante unos instantes a la Policía y a los servicios de emergencias.

El primer incidente de cierta importancia ocurrió en la calle Gallos, a las 3:49. Una pelea en esta calle derivó en un amago de avalancha hacia Matahacas, donde se encontraba el paso del Señor de la Salud, de Los Gitanos. La propia hermandad colgó un tuit instantes después en el que decía lo siguiente: "Hemos tenido que parar el paso de Cristo por un amago de carreritas en calle Matahacas. Ya todo normalizado".

Este primer suceso apenas afectó al desarrollo de la jornada. Tampoco lo haría el segundo, registrado a las 4:12 en el Barranco. A esa hora se registró una pelea en el bar Capote que acabó con dos personas arrojadas al río. Una salió por su propio pie y la otra tuvo que ser rescatada por los Bomberos.

A las 4:35 llegaría el episodio que sí afectaría a las cofradías, especialmente a la del Silencio. Decenas de personas que participaban en una botellona en la plaza mayor de las setas de la Encarnación se enzarzaban en una reyerta multitudinaria, que provocaba que un grupo de los participantes saliera huyendo hacia Laraña.

A este grupo de personas se unieron algunas más que corrieron al ver que venía hacia ellos una turba, principalmente por pánico. Esto generó una avalancha que rompió la cofradía del Silencio en el cruce de la plaza de Villasís con Cuna, por donde aún no había pasado el paso de palio de la Virgen de la Concepción. La turba arrolló a algunos nazarenos, que intentaron mantener el orden como pudieron, mientras el público de Cuna trató de no correr pegándose todo lo posible a la pared para que la estampida pasara por el centro de la calle. En este punto se produjeron escenas de pánico y testigos presenciales aseguran que los guardias civiles de la escolta del palio llegaron a echarse mano al arma reglamentaria.

En este momento se produjeron otras tres avalanchas, según las fuentes policiales consultadas por este periódico. Las tres son derivadas de la primera turba que procedía de la Encarnación, alimentadas por parte del público que imitó a los que corrían despavoridos, presa principalmente del pánico. Una de estas estampidas recorrió las calles por las que discurría la cofradía del Silencio, como Orfila y Javier Lasso de la Vega. Es esta la que se aprecia en el vídeo publicado enDiario de Sevilla (A continuación). La turba pasó por el centro de estas calles arrollando a los nazarenos y penitentes, a algunos de los cuales derribaron destrozando cirios y cruces. Los hermanos y parte del público mantuvieron la calma y esto permitió que la turba no se retroalimentara. Parte de los que corrían se marcharon hacia San Andrés, mientras un policía y los diputados de tramo pedían calma.

Una estampida rompe el cortejo del Silencio (Vídeo: Luis Duarte)

Aun así, algunos seguirían corriendo y llegarían hasta la plaza del Duque, donde se produjo otro conato de avalancha en el momento en el que el palio de la Macarena entraba en la Campana. La última de estas carreritas se produjo en la zona de Martín Villa, muy cerca también de la Campana. Las fuentes policiales consultadas por este periódico aseguraron que estas estampidas fueron muy breves y controladas en unos instantes. La que más se prolongó duró sólo tres minutos, de ahí que afortunadamente no hubiera heridos de gravedad.

En estas avalanchas hubo dos menores que resultaron lesionados de carácter leve y precisaron asistencia médica, una niña de tres años y un niño de cuatro. También se perdieron dos niños de tres años que la Policía Local encontró y entregó a sus padres sanos y salvos en menos de quince minutos. El Ayuntamiento insistió ayer en que la Policía controló la situación en menos de diez minutos.

Pero la incidencia que pudo alterar verdaderamente la Madrugada se produciría a las 4:45 en la calle Feria, a la altura de la capilla de Montesión. Un trabajador que manipulaba una farola resultó herido con quemaduras de primer grado en la cara y de segundo grado en los brazos en una explosión propiciada por un escape de gas. Hasta ese momento, ninguno de los servicios de emergencias tenía constancia de esta fuga, ya que se trataba de gas ciudad, que es inoloro.

Los técnicos de la empresa midieron la concentración de gas en la calle y comprobaron que había riesgo de deflagración, por lo que fue necesario realizar una calicata en la vía pública para reparar la avería. Esto obligó a desviar la cofradía de la Macarena en su recorrido de vuelta. El cortejo dejó de pasar por la Encarnación y Santa Ángela para regresar a la Basílica por Cuna, Orfila, Lasso de la Vega, Amor de Dios, Correduría y enlazar de nuevo en Feria con su itinerario previsto. En la zona de Lasso de la Vega se generó un tapón importante de gente que impedía casi avanzar a la cofradía.

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