La Esperanza se viste de hebrea en Sevilla
Las Esperanzas de hebrea nos despiertan los más profundos recuerdos en esta Cuaresma
Faltan tan solo cuarenta días para el Domingo de Ramos
Las claves de la cuaresma 2023 en Sevilla
Diez sugerencias y recomendaciones para vivir la Cuaresma en Sevilla
La Cuaresma en sí misma es un anuncio; anuncio de reconversión y penitencia, de sacrifico y oración, pero anuncio también de la felicidad misma. Pero en su interior, en su desarrollo tangible y material, la Cuaresma nos ofrece indicios inequívocos de su presencia en nuestra ciudad. Como cada Miércoles de Ceniza, fotografías de las diferentes imágenes advocadas de la Esperanza inundan nuestras redes sociales. Más allá de la constatación efectiva de la presencia de la Cuaresma, las Esperanzas vestidas de hebrea se alzan como un absoluto icono devocional e identitario, un asidero real y directo que nos conecta con este tiempo esencial para nuestra fe.
Porque, con estas estampas, estas fotografías imperecederas y capitales, se nos despiertan los más profundos instintos humanos y sus emociones más sinceras: los recuerdos, los olvidos, las ausencias, la fugacidad del tiempo... Con las Esperanzas de hebrea nos acordamos de aquella fotografía en la mesilla de la abuela, aquella tarde en que, paseando con esa persona de la que solo permanece un hilo imaginario nos asomábamos a la puerta entreabierta para ver su azul y su burdeos, aquel febrero en que, por qué no, nuestra fe se agrietó y la ilusión la creíamos perdida... Es el símbolo absoluto de la Esperanza, la antesala de la gloria misma y la configuración de nuestro modo de ser y estar.
En la Macarena, la dolorosa viste, como acostumbra, saya burdeos, manto de raso azul y aureola de estrellas, así como su característica cruz granate en el pecho y el broche con su nombre absoluto. En Triana, la Esperanza luce manto de terciopelo verde, principal característica en este caso desde hace décadas, saya del mismo tejido en color rojo y estrena un nuevo fajín al estilo hebraico de rayas de colores realizado por el taller de Santa Clara. Igualmente, la imagen estrena un tejido como pecherín en rayas verdes y ocres. Ambas piezas de estreno han sido donadas por devotos de la Santísima Virgen. Nimbando su cabeza, aparece con la aureola de estrellas labrada por el taller de Orfebrería Triana en el año 2000, y sobre el fajín luce el ancla que reproduce otro anterior, que estaba datado a inicios del siglo XX.
Hermosísima también, arrebatadora y hasta hiriente en su propia belleza, la Virgen de la Esperanza trinitaria, presentada con asombrosa ejecución y con una personalidad indiscutible. Todo es luz, todo es renovación, todo es ilusión. Estamos hechos de Esperanza.
No hay comentarios