La Esperanza de Triana restaura y enriquece los faldones del paso de palio
Restauración
Paquili y Pepi Maya se han encargado de acometer estas tareas para devolverle a las piezas el esplendor pasado
Los paños presentaban un estado "bastante irregular", con enganches y roturas del tejido
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Nueva actuación patrimonial en la Esperanza de Triana, que sigue acometiendo proyectos en este apartado, en concreto en materia conservativa. La corporación ha acometido, durante estas últimas semanas, la restauración, sustitución de soporte y enriquecimiento de los faldones del paso de palio de Nuestra Señora de la Esperanza por parte de Francisco Carrera Iglesias “Paquili” y Pepi Maya.
En general, el estado en el que se encontraban los paños era bastante irregular, presentando incluso una serie de amarras, enganches y roturas del tejido. Las piezas bordadas presentaban desgaste del hilo de oro dejando el alma al descubierto, e igualmente las cartulinas presentaban desgaste y pasadas sueltas. El montaje de las piezas estaba realizado toscamente, estando todo el muletón de las piezas pegado con cola blanca, dificultando tremendamente el proceso de restauración por la dureza de las mismas.
Partiendo de "la premisa de que cualquier intervención en una obra de arte, con independencia de su tipología, debe realizarse respetando el valor artístico e histórico de la misma y, al mismo tiempo, debe tenerse en cuenta también el valor estético tradicional, los tratamientos aplicados en la restauración han sido del mismo calibre y de máxima calidad y eficiencia", apunta la corporación, cuya propuesta de intervención perseguía dos objetivos básicos: la restauración conservativa de los bordados y, segundo, el pasado a un nuevo soporte de terciopelo aportado por la hermandad.
Se comenzó la intervención desmontado los bordados de los cuatros faldones y, a continuación, a las cartelas se le retiraron las pinturas centrales. Se continuó con la limpieza de los bordados, siguiendo las técnicas recomendadas por el IAPH, con esponjas anti humos, evitando la abrasión por materiales químicos. Una vez limpios, se procedió al montaje de los 16 broches urdiéndolos en el nuevo tejido aportado por la hermandad. Posteriormente se intervinieron los bordados, retirando las pasadas que estaban en mal estado y procediendo a su restauración. Una vez concluido este proceso, se fue perfilando todo con torzal de oro fino y repuesto los nervios de lentejuelas, los dragones se han puesto en valor con giraspe de color rojo para darle mayor contraste, montándose sobre el soporte de terciopelo verde aportado por la hermandad.
Las cartelas
Las cartelas supusieron la intervención más dificultosa, ya que todas las piezas estaban hechas de forma independiente y perfiladas igualmente, quedando el montaje original tosco y con bigotes de terciopelos y lienzo en los bordes. Las cabezas de los dragones estaban interpretadas de forma muy confusa, por lo que se procedió a armonizarlas con los bordados existentes en la Hermandad y, para ello, se han tenido que realizar nuevas piezas complementarias bordadas, perfiladas con giraspe de color para darles más volumen.
Se ha procedido a la sustitución de las pinturas de las cartelas por unas bordadas en hilo de seda por la maestra bordadora Pepi Maya, sobre pinturas realizadas por Francisco Rovira Yagüe y David Romero Alonso, del taller Daroal. Las tres piezas representan a la Santísima Virgen con el Niño Dios en su regazo y acompañada de Santa Ana, Patrona de nuestra Feligresía, siguiendo la representación venerada en nuestra Real Parroquia; a las Santas Justa y Rufina portando las palmas del martirio y sendos elementos cerámicos, en alusión al gremio de los ceramistas y alfareros; y a San Isidoro y San Leandro, escoltando a la Catedral de Sevilla, con sus ornamentos y vestimentas episcopales.
Con los mencionados trabajos ejecutados por el Taller de Francisco Carrera Iglesias “Paquili”, se "pretende seguir con el proceso de enriquecimiento sobre el paso de palio de Nuestra Señora de la Esperanza, para mayor honra y gloria de la Santísima Virgen, Esperanza Nuestra", concluye.
Las piezas
Los faldones, de terciopelo verde bordados en oro, fueron diseñados por Manuel Guzmán Bejarano. Se adornaban con medallones bordados en oro en los que estaba representado el conjunto conformado por Santa Ana, la Virgen y el Niño Jesús; la Anunciación, y la Coronación Canónica Pontificia de Nuestra Señora de la Esperanza por dos ángeles, Santa Ana y la Santísima Virgen.
Los mismos fueron bordados en 1996 en los talleres de Fernández y Enríquez, con pinturas al óleo de Octavio Fernández y, desde entonces y hasta la fecha actual, no habían sufrido ningún tipo de intervención.
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