Esperanza: "Me presento a una igualá porque soy libre y porque cumplo los requisitos"
Costal
Espe es costalera desde los dieciocho años y continúa luchando por alcanzar plena igualdad
Aunque sigue habiendo "mucho miedo", cada vez más mujeres se presentan a igualás
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Se llama Esperanza. En breve cumple treinta y cinco años y esta Cuaresma volverá a "fajarse" como lleva haciendo desde que tenía diecisiete. Solamente colgó el costal durante el Covid, y por obligado cumplimiento, cuando el mundo se paralizó. A sus espaldas suma más de 100.000 kilómetros recorriendo Andalucía para sacar cofradías, y actualmente, en Semana Santa, realiza hasta cuatro estaciones de penitencia.
En estos últimos días su nombre ha vuelto a ocupar espacios y debates en las redes sociales por una cuestión que no debiera considerarse como extraordinaria: se presentó a una igualá en una cofradía de Sevilla junto a otra compañera. En concreto, el Divino Perdón de Alcosa. "Que a los dos meses de la igualá lo saquen como noticia... Me asombra. He recibido todo tipo de críticas y de insultos a lo largo de estos 17 años, por ello lo que en estos días se habla me es repetitivo y hasta me río de algunos argumentos. Y no, no me presento a las bravas, ni exigiendo nada por ser mujer. Me presento, primero porque soy libre y quiero y segundo porque cumplo los requisitos que se le pide a cualquier persona que quiera sacar esa cofradía: asistir a la igualá para ver si por altura calzo en el hueco que pueda haber. En unas me piden ser hermana y en otras no..." Como a cualquier hombre.
Con estas palabras nos atiende, siempre con una sonrisa, Esperanza, en declaraciones para este periódico para contarnos su experiencia y visibilizar que, en este mundo, todo es igual y posible. O así debería ser. Ella es de Sevilla capital, pero ha recorrido media Andalucía sacando pasos. "Muchos domingos me iba a las siete de la mañana y llegaba a mi casa a las nueve y media de la noche. Tenía dos ensayos, uno en Córdoba por la mañana y otro en Puente Genil después de comer. Esa capacidad de sacrificio pocos hombres la tienen".
Aún así, sigue habiendo mucho miedo, pero la realidad es que poco a poco se va abriendo paso y cada vez más mujeres se presentan a igualás para poder colocarse el costal el día de la estación de penitencia y en cada ensayo. "En el caso del Divino Perdón me dijeron -que es comprensible-, que la cuadrilla estaba completa. Perfecto. Pero a la vez me comentaron que no contemplaban cuadrillas mixtas. Y yo dije que si ese es el motivo, yo busco a las 28 mujeres restantes". En ese caso debería decidir la junta de gobierno, pero siempre con el consejo y criterio del capataz.
"Tan solo le pido a las hermandades que nos dejen algo, que nos permitan empezar. ¿Por qué no una gloria? Yo empecé en el Santo Ángel en Sevilla y en María Auxiliadora del Polígono Sur, donde José Luis Álvarez Gaitica formó una cuadrilla extraordinaria. Esto le cerró muchas puertas en Sevilla, aunque es mi mentor y la persona de la que más he aprendido. Y, además, como era el Polígono Sur, no lucía tanto. Allí estuvimos cerca de diez años, pero no interesaba darle bombo en aquel momento".
El mismo día del Divino Perdón, Espe se presentó a una igualá en otra hermandad, pero no la dejaron siquiera igualar. "El asunto lo llevaron a cabildo pero aún no han respondido. Si la cuestión es esperar, yo espero. Mi hermano esperó diez años para entrar en su Cristo de la Sed. A mí no me importa esperar, pero que se nos tenga en cuenta, que se nos tome nota. Aunque sea en el papel de la servilleta", manifiesta Espe. "Aún así, ha habido casos de oportunismo, de reclamo de personal por el hecho de introducir mujeres en las cuadrillas. A veces nos hemos sentido utilizadas".
"No tener que esconderte"
Tampoco es excusa o reparo la cuestión del sexo o la propia anatomía de hombre o mujer. "El día que yo deje el costal será porque no pueda con los kilos, pero mientras los aguante... Yo he salido en varias cuadrillas mixtas y se me ha dicho: 'Espe, no te cambies de costero'. Hay un nivel de sacrificio y compromiso inmenso en las mujeres, que cuentan con una capacidad absolutamente igual a la del hombre. A más de un hombre quisiera ver yo subiendo la cuesta Baena en Puente Genil y bajando después la Calzá. Nada que ver con la Cuesta del Rosario..."
En estos últimos años también ha participado, por ejemplo, saliendo de costalera en Camas. Al respecto habla de la evolución en estos últimos años y si está bien visto o no el ver a una mujer costalera. "Hay mucho miedo, mucho, pero cada vez hay muchas más mujeres saliendo. Hace quince años solo faltaba que nos tirasen cartones de huevo. Cuando hemos ido a Camas... No hay nada más bonito que ir con tu costal y no tenerte que esconder. Al principio había compañeras que pedían no salir del paso, hacer el recorrido de mármol a mármol con tal de que no las vieran. Hoy se ha avanzado mucho, pero queda mucho camino por recorrer y creo que para ello, las hermandades juegan un papel muy importante. Y eso lo necesitamos", explica.
Un proyecto en Pilas
Actualmente, Espe comanda en la localidad sevillana de Pilas un proyecto pionero en la provincia que paulatinamente está fraguando. "Hoy día soy responsable de la cuadrilla de la Soledad de Pilas. Iniciamos este proyecto con Raúl Sánchez en septiembre, pero por desgracia falleció en octubre. Yo iba con él de segundo, pero tras su muerte la junta me pidió que me quedara en el cargo. Y ahí continuamos. Si Dios quiere y todo va bien, el próximo Viernes Santo habrá en Pilas una cuadrilla de hombres y otra de mujeres, con su capataz mujer".
Y, en este caso, los papeles hasta se invierten. "En el Aljarafe un Viernes Santo la decadencia es un problema real. Y el problema es que no encontramos hombres. Actualmente, hay más mujeres que hombres. Así que desde estas líneas os pido colaboración para hacer un llamamiento a todo hombre y mujer que quiera vivir esta experiencia este próximo Viernes Santos. El primer ensayo con las mujeres es el próximo día 21 de enero a las 10.00. Es un reto que me marco y que afronto con ilusión".
Acaba de llegar a casa. Nos despedimos calurosamente. El periodista, a transcribir, a reflexionar y a pensar en cómo ayudar a alcanzar una igualdad efectiva y real en nuestra Semana Santa, a la que aún le quedan muchas chicotás por dar. Espe sigue con su vida, con su ejemplo en el costal y con su ilusión, que no es más que la que ya es. Ser costalera de Sevilla.
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