Los tres encarcelados niegan ser los causantes de las distintas carreras
incidentes de la madrugada
La juez los envió a la cárcel por la gravedad de los desórdenes y la alarma social.
Tienen numerosos antecedentes.
Sevilla/Las tres personas que permanecen en prisión por su presunta participación en los incidentes de la Madrugada son tres delincuentes comunes, con problemas de alcoholismo y toxicomanía y con numerosos antecedentes por delitos menores, como robos con fuerza y de vehículos y reclamaciones judiciales. Los tres sospechosos negaron en su declaración judicial que generaran las distintas carreras. Fueron detenidos a las cuatro y media de la mañana del Viernes Santo por la Policía Local en la calle Marqués de Paradas esquina con Julio César, después de que los agentes vinieran observándolos desde la Plaza del Museo. Se les imputan los delitos de desórdenes públicos y contra los sentimientos religiosos.
Los arrestados que fueron encarcelados son Emilio M. C., de 47 años; Juan Mariano S. A., de 46; y Miguel Ángel G. V., de 45. Son vecinos de Torreblanca, de Nervión y del polígono de San Pablo. Estaban juntos en el momento de la detención, habían bebido alcohol y llevaban unas barras de sillas plegables con las que golpeaban contenedores y papeleras, con la intención de generar un mayor alboroto del que ya existía en las calles del centro, en la que a la hora del arresto ya se habían generado varias estampidas. Los investigadores no creen que fueran los que generaran las avalanchas, sino que las alimentaron, probablemente con el objetivo de intentar robar algo aprovechándose del susto de las personas que corrían y del caos generalizado.
Los tres encarcelados no tienen relación alguna con los otros cinco detenidos, que quedaron en libertad y que son de un perfil muy distinto. Son mucho más jóvenes, fueron detenidos en una réplica de las carreras ocurridas sobre las seis de la mañana y se cree simplemente que se reían y bromeaban, causando todavía más pánico entre las personas que trataban de huir sin saber muy bien de qué o de quién.
El abogado Epifanio Ponce, que defiende a uno de los imputados que está en prisión, explicó este martes a este periódico que estos tres investigados se acogieron a su derecho a no declarar ante la Policía, pero sí declararon cuando fueron conducidos al juzgado de guardia. Ante la juez de Instrucción 5 negaron su participación en los incidentes, afirmando que no provocaron los desórdenes públicos. El letrado indicó que todos reconocieron que eran un "grupo de amigos" que estaban algo "contentos" y disfrutando de la noche, llegando a afirmar que incluso salieron "corriendo" cuando se produjeron las estampidas. Negaron igualmente haber proferido los gritos de "gora ETA", llegando uno de ellos a afirmar que es "español" y nunca diría frases de ese tenor.
La instructora les envió a prisión de forma provisional por la gravedad de los desórdenes públicos que se les atribuyen y la "alarma social" generada. Epifanio Ponce indicó que el pasado lunes presentó un recurso de reforma contra el auto de prisión dictado el Viernes Santo por la juez, al considerar que no hay pruebas ni indicios de que los tres encarcelados provocaran los disturbios.
El letrado también descartó que hubiese una actuación "organizada ni preparada" porque, según precisó, no existe ningún nexo de unión entre las ocho personas detenidas en relación con los incidentes, dado que a simple vista tienen "perfiles sociales" diferentes e incluso no tienen edades similares, puesto que algunos tienen más de cuarenta años y otros no llegan son mucho más jóvenes, ya que tienen unos veinte años.
La investigación de los sucesos de la Madrugada la está llevando la Brigada Provincial de Información. El jefe superior de Policía, José Antonio de la Rosa, tiene el firme propósito de realizar una investigación exhaustiva y laboriosa, que ofrezca a la ciudadanía las explicaciones detalladas de todo lo que ocurrió durante la Madrugada. A día de hoy, la hipótesis inicial de los investigadores, avalada por el estudio del perfil de los detenidos, es la de que no hubo nada organizado ni concertado. La Policía sitúa el foco de las avalanchas en una pelea ocurrida en un bar de la calle Arfe, desde donde se expandió por todo el centro en un movimiento circular.
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