Las 10 claves para vivir el Domingo de Ramos en Sevilla (sin morir en el intento)
El estreno de la Semana Santa
La primera jornada requiere de una dosis de mesura y pericia para sacarle el mayor disfrute
Conviene prestar atención al calzado, las rutas y las comidas para no fastidiar este comienzo
Nuevos horarios y recorridos de la Semana Santa de Sevilla 2023
Sí, ha llegado la Semana Santa. Los tópicos con los que se envuelve esta fiesta religiosa nos lo han ido anunciando desde hace días. Ya saben: el azahar, la luz, los primeros calores, los numerosos pregones, las incansables colas de los besamanos... Todo empieza con el domingo más anhelado por los cofrades. Una jornada que se ha de afrontar de la mejor manera posible para sacarle el máximo partido sin que ello suponga quedarnos sin un ápice de fuerza para el resto de días.
Por ello, conviene tener en cuenta una serie de claves que pueden ayudarnos a disfrutar del Domingo de Ramos de forma correcta, mesurada y atendiendo a los numerosos detalles que han de tenerse en cuenta desde que se pone un pie en la calle.
A continuación, repasamos los principales factores que condicionan el gozo de esta jornada o que pueden convertirla en un día de justificado olvido.
1. Los ritos
Junto a la rama de olivo, la palma es el símbolo por excelencia del día. En los últimos años han proliferado los talleres donde se riza este elemento vegetal, que procede en su mayoría de Elche (Alicante). Un buen punto de arranque de la jornada es la asistencia a la procesión litúrgica que organizan las parroquias, en las que tras la bendición de las palmas, se realiza un pequeño recorrido donde los feligreses las portan, en recuerdo del recibimiento que le dieron los habitantes de Jerusalén a Jesús. Las hay de todos los tamaños. Para adultos y niños. Y también de solapa. Para hombre y mujer. A la hora de colocarla en el balcón, no se olvide de conocer su ubicación geográfica para averiguar dónde está el este. Según Rosa González, una de las profesionales en el rizado de la palma, ésta ha de colocarse hacia oriente, es decir, hacia Jerusalén.
2. La indumentaria
Antes de salir de casa, consulte el tiempo. Se prevé una jornada calurosa en la que se rozarán los 30 grados. El Domingo de Ramos es día de estrenos (no vamos a repetir aquí el conocido dicho), pero opte por tejidos frescos y transpirables para pasar bastantes horas al sol. Como en las grandes fiestas, hay que ir "arreglados". Antes de que nos acusen de ortodoxia estética, que cada uno entienda por tal concepto lo que considere oportuno. Siempre en su estilo, que no es cuestión de sentirse disfrazado. Si me permite un consejo, nunca se equivocará con la fórmula clásica: en el caso de los hombres, chaqueta y corbata (gracias a Dios, pasó la moda de las pajaritas). En las mujeres, la variedad es más amplia, pero procure siempre combinar comodidad y elegancia. La discreción es un valor en alza en tiempos de histrionismos. Haga un uso moderado del tacón (si no quiere parecer un paso mal igualado conforme se acerca la noche). Las plantillas ortopédicas para los zapatos en estos días son muy aconsejables. Sus pies se lo agradecerán.
3. La visita matinal
Es hora de echarse a la calle. Si finalmente asiste a la misa del Domingo de Ramos (día de precepto), hágalo temprano para que después pueda acudir a los templos donde salen las cofradías de la jornada. Un clásico de esta mañana es ir al Salvador, con los pasos de las cofradías de la Borriquita y el Amor ya preparados y el Señor de Pasión en besapié. Otro tópico del día: hacerse la foto en la rampa a la que aquí siempre se le ha llamado rampla. Si los acompañan niños, dejen que correteen por ella. Una atracción infantil que ya quisieran para sí los más costeados parques temáticos. Dentro de la antigua colegiata, no pierdan detalle del manto de la Virgen del Socorro, una de las mejores piezas del bordado sevillano del siglo XX, que ha recuperado su esplendor tras dos años de restauración en el taller de Manuel Solano.
4. El almuerzo
La cosa empieza a complicarse. Si quiere hacerlo a mesa y mantel, más vale que hubiera reservado con antelación en algún restaurante. Ya antes de la pandemia era complicado encontrar un hueco en este día, pero desde el Covid, si no se ha llamado antes o se ha buscado por internet, es imposible que lo atiendan. Siempre le quedará probar suerte en barras y veladores de bares, pero deberá hacerlo bien temprano (no más tarde de las 14:00). Y recuerde varios cambios importantes en los servicios hosteleros de estos días para no llevarse ingratas sorpresas. En los establecimientos situados en calles donde pasan cofradías las terrazas se retiran una hora antes de que llegue la cruz de guía. No se pueden sacar vasos de cristal a la calle (adiós a la frescura en la cerveza). La mayoría de los negocios cambian la carta. Las tapas se eliminan o se reducen a un número ínfimo. Se impone la dictadura de la ración y el plato. A quienes les gusta ver cofradías sin compañía habrán de conformarse muchas veces con toda la riqueza gastronómica que pueda aportar un montadito (entiéndase la ironía). O comprar un bocadillo en una tienda. La versión low cost de este domingo de estrenos que, al menos, le saciará el hambre.
5. Las primeras cofradías
El clásico programa de Semana Santa se convierte en aliado imprescindible este año, tras la reordenación de varias jornadas. El Domingo de Ramos es una de ellas. La Hiniesta adelanta dos horas su salida, así que a las 13:00 lo harán la corporación de San Julián y la Paz. Elija usted mismo: el frescor de las anchas avenidas del Parque de María Luisa a la hora en la que el sol pega fuerte o buscar la sombra en las calles que rodean la antigua Muralla de la Macarena, la Puerta de Córdoba y la Plaza del Pumarejo, donde la larga cofradía de la Hiniesta regala estampas de un sabor añejo y popular, que parecen atrapadas en el tiempo. Muy cerca de allí, se puede aprovechar para ver la cofradía de la Cena. Especial resulta su tránsito por Gerona y Doña María Coronel, cuando la luz busca su espejo (pongámonos líricos) en la lacerada espalda del Señor de la Humildad y Paciencia (una de mis debilidades del día).
Al no ser un cortejo demasiado extenso, no tardará mucho en aparecer la Virgen del Subterráneo, una de las dolorosas mejor enjoyadas. También puede aprovechar para ver la cofradía del Despojo a la sombra de los plataneros de la Magdalena. Para los alérgicos, llévense mascarilla. Estos árboles se vuelven muy molestos cuando sopla fuerte el viento.
6. La tarde
Después de la sobremesa, las calles del centro de la ciudad estarán tomadas por una masa de personas en múltiples direcciones. Ya habrán empezado a pasar cofradías por la carrera oficial. Habrá que tener en cuenta que en las vías que la cruzan se establecen controles de paso, lo que puede demorar el tránsito de un punto a otro. En ese momento, si ha acudido en grupo, se lamentará de tal decisión, por la dificultad que supone desplazarse con un buen número de personas. No lo haga con más de cuatro, a riesgo de que finalmente no acabe viendo lo que quería al aceptar la decisión de la mayoría. Hidrátese a estas horas constantemente. Busque alguna cafetería para descansar un rato. Y recuerde también que la Amargura sale este año antes: a las 18:20 se pondrá en la calle la cruz de guía que abraza un nazareno. Verla por la calle Feria y el entorno de la Alameda siempre es una buena opción.
7. Los carritos de los niños
Necesarios para mostrar la fiesta religiosa a los más pequeños, se convierten en un arma de destrucción masiva de tobillos cuando se meten en zonas de aglomeración. Esquívelos en cuanto pueda o despéguese de ellos por el bien de sus pinreles. No se le ocurra discutir con sus dueños o aquello acabará en altercado público. Queda mucha fiesta para tensionarse tan pronto.
8. Las sillitas
Las han definido como el colesterol de la Semana Santa, por la obstaculización que suponen en el fluir de la bulla. Evite su uso. Y si lo hace, asegúrese siempre que la zona donde la coloca lo permite. Hay numerosas señales que advierten de su prohibición en determinados enclaves. En todo caso, que usted se siente en ella no lo convierte en propietario de una porción de suelo. Permita el tránsito de personas y no forme una barrera infranqueable con otros asistentes. Obedezca las indicaciones de la Policía en caso de que exija su levantamiento del lugar.
9. La noche
Antes de que el sol se vaya, uno de los errores que no debe cometer es esperar más de dos horas a ver pasar la cofradía de la Estrella, la más larga de la jornada. El cansancio le hará mella para lo que queda de la jornada. Mejor ir a buscar los pasos, especialmente el de la dolorosa, que este año saldrá cobijada por el que diseñó Rodríguez Ojeda y que en su día perteneció a la Macarena. Por un momento, pensará que el cartel de la Semana Santa de 2023 pintado por Daniel Franca habrá cobrado vida. Con sus velas rizás y con una disposición del tocado que recuerda a la Estrella que captó la mítica película Semana Santa de Sevilla, de Juan Lebrón y Manuel Gutiérrez Aragón, estrenada en los cines en 1992. A la ida o a la vuelta, no se la pierda. Habrá merecido la pena.
10. Despedida y cierre
Si lleva desde temprano en la calle, a eso de las diez de la noche el cuerpo empezará a resentirse. Será también buen momento de regreso para los que se fueron un rato a casa a descansar o para quienes llegan ahora a la ciudad. La masa empezará a diluirse y, cercana la media noche, se podrán contemplar las cofradías que aún estén en la calle sin tanta aglomeración. Debe recordar que la Amargura vuelve este año antes a San Juan de la Palma (a la 1:15). Casi a la misma hora lo hace la cofradía del Amor en el Salvador y a las 23:00 la Hiniesta se adentrará en sus famosos callejones (a partir de San Marcos). Tampoco olvide el regreso de San Roque por San Ildefonso, Caballerizas y la Casa de Pilatos.
Hay muchos bares que cierran pronto la cocina. Téngalo en cuenta o habrá de conformarse con las porciones de pizzas que los últimos años se han convertido en un reclamo gastronómico del late night semanasantero. Cuando vuelva a casa (siempre más económico y cómodo el uso del transporte público para los desplazamientos) disfrute de las últimas retransmisiones de radio que narren las entradas más tardías, tómese una torrija y déjase llevar por la nostalgia. Faltará menos de un año para un nuevo Domingo de Ramos.
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