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Diez años del frustrado Vía Crucis Magno por el Año de la Fe

La lluvia impidió que el acto se realizase en el exterior con las catorce imágenes invitadas

La Hermandad de Torreblanca sacó a la puerta de Santa Marina el misterio de Jesús Cautivo ante Pilatos

El Vía Crucis deriva en polémica

Diez años del frustrado Vía Crucis Magno por el Año de la Fe

Una década después, nadie olvida todo cuanto sucedió aquel 17 de febrero de 2013 en la ciudad de Sevilla. Aquello que se preveía como una jornada de máxima expectación y casi sin precedentes en la religiosidad popular local, se tornó en frustración y ausencia. La lluvia impidió la celebración del Vía Crucis Magno por el Año de la Fe, un rezo externo y masivo convocado por el Arzobispado para sumarse a esta celebración. Dichio año de la fe fue convocado por el papa Benedicto XVI con motivo del cincuentenario de la apertura del Concilio Vaticano II y los veinte años de la publicación del Catecismo de la Iglesia Católica. Un Vía Crucis que, casi desde el momento mismo de su génesis, no estuvo exento de polémica y debate en esta ciudad nuestra.

Cartel del Vía Crucis de la Fe / Daniel Puch

La elección de los pasos

Para este Vía Crucis Magno, que se rezaría en la calle, fueron convocados un total de catorce pasos, más la Santa Cruz de Jerusalén del Silencio y la reliquia del Lignum Crucis de Vera Cruz: Montesión, Redención, San Gonzalo, Carmen Doloroso, Torreblanca, San Esteban, Los Gitanos, Pasión, Gran Poder, La Estrella, Montserrat, Siete Palabras, Cachorro y Cristo Yacente. Todos ellos representarían cada una de las estaciones del Vía Crucis, y se habilitó un recorrido específico en el que se distribuirían según el orden litúrgico: Avenida de la Constitución, Fray Ceferino, Plaza del Triunfo y Plaza Virgen de los Reyes, a la izquierda según el sentido de la marcha. La selección de los pasos no causó agrado en numerosas cofradías, que se sintieron agraviadas y desplazadas.

La lluvia

Tras meses de reuniones en materia de seguridad y movilidad, llegó el día 16 de febrero, sábado, y los partes que se manejaban durante la semana terminaron por confirmarse. Riesgo notable de agua para la jornada del domingo 17, primero de Cuaresma. Concretamente, "probabilidad alta de lluvia pero que será débil. Hay riesgo todo el día, sobre todo por la tarde y por la noche", según manifestó Juan de Dios Soriano, meteorólogo de la AEMET. Hay quien reprochó a los responsables el que no se decidiera la suspensión el mismo sábado en vista de estos pronósticos. Todo continuó tal cual hasta el mismo domingo, pero con una condición sine qua non: si alguna hermandad decidía no salir, no saldría ninguna más. O todos, o ninguno.

El día del Vía Crucis

El Consejo había programado para el mismo día 17 una reunión a las diez de la mañana junto a los hermanos mayores para analizar la situación y tomar una determinación en firme. Durante todo el mediodía doscientas mil personas desplazadas desde multitud de rincones del país se mantuvieron a la espera de novedades. Poco antes del inicio del primer traslado, a las 11:30 de la mañana, (la salida del Cachorro estaba prevista a las 12:15), el Consejo emitió un comunicado anunciando la suspensión de los traslados. Montserrat había anunciado que no saldría, decisión que secundaron desde la calle Castilla y otras tres cofradías más. El Vía Crucis Magno quedaba, de facto, suspendido.

El Señor de Pasión para el Vía Crucis Magno de la Fe

Reacciones

Sin embargo, hubo cabildos de oficiales, como el de Montesión, que anunciaron su decisión de salir a la calle. Rumores falsos e infundados circularon por las redes sociales, afirmando incluso que hermandades como las Siete Palabras sacarían sus pasos a la calle, por lo que el caos estaba servido a pesar del acuerdo previamente firmado. Pero sin duda la noticia estaba en Santa Marina. La Junta de Gobierno de Torreblanca había solicitado presidir el Vía Crucis de la Fe en solitario, cuestión que fue denegada. Sin embargo, la corporación decidió sacar a la hoy Plaza Señor de la Resurrección al misterio de Jesús Cautivo ante Pilatos, levantando la ovación de todo un barrio. No toda la ciudad comprendió este gesto, tachándolo de lamentable e innecesario. Muchos cofrades aseguraron que la imagen del Consejo había quedado dañada y que la imagen proyectada por las cofradías de Sevilla no fue la más idónea. Todo se zanjó cuando Manuel Soria, asesor de Palacio en asuntos de hermandades, se remitió al acuerdo: o todas o ninguna.

El misterio de Torreblanca bajo el dintel de Santa Marina / Víctor González Felices

El resto de la jornada

Aunque no salió ningún paso, se activó el plan B previsto por las instituciones. El Vía Crucis se rezó en la Catedral de Sevilla, con masiva participación de fieles a pesar del mal tiempo y la ausencia de los traslados. Incluso se colocó una pantalla gigante en los exteriores de la Seo metropolitana para que pudiera seguirse el rezo en la calle. Durante toda la jornada las iglesias permanecieron abiertas para que los visitantes pudieran contemplar los pasos montados. Hasta 60.000 visitas registró la Colegial del Divino Salvador, donde se alzaba el Señor de Pasión en una estampa memorable. Diez años después, el Vía Crucis del Año de la Fe sigue presente como un episodio de lo más controvertido en la historia reciente de la religiosidad popular sevillana.

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