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Ocho días para disfrutar

El sol y el calor marcarán la fiesta que hoy comienza Será una Semana Santa sin grandes estrenos El alcalde anunció la concesión de la Medalla de la Ciudad a la Hiniesta y a las Cigarreras

Juan / Parejo

29 de marzo 2015 - 01:00

SE acabaron las polémicas de la Madrugada. Los problemas de horarios e itinerarios. La búsqueda del recorrido perfecto. La pruebas nocturnas con los palios. Las declaraciones trasnochadas y fuera del lugar. El bochorno estéril que ha mantenido entretenidos a los cofrades durante la pasada cuaresma. Todo eso es historia. Ya es Semana Santa y un sol radiante presidirá Sevilla durante toda la semana. El año pasado nos quedamos a las puertas del pleno. Salieron todas las hermandades, pero el Resucitado tuvo que volverse a su templo al poco de salir y no pudo completar su estación de penitencia en la Catedral por una inoportuna lluvia. Ese líquido elemento que tantas Semanas Santas ha frustrado en los últimos lustros sólo aparecerá este año para refrescar los gaznates ante el asfixiante calor que se anuncia: los termómetros se situarán en los 30 grados de máxima durante toda la semana.

Si las previsiones se cumplen, la de 2015 será la tercera Semana Santa completa del siglo XXI. Ya lo fueron las de 2001 y 2009, y la del año pasado se frustró a última hora. Será también esta Semana Santa un buen termómetro para comprobar si se confirman las tendencias ya apuntadas en los últimos años, sobre todo en el pasado, cuando salieron todas las cofradías. Entre ellas, la mala educación y la intransigencia de buena parte del público -ya sea joven o mayor-, indolente en muchos casos, que apenas respeta lo que está viendo, convierte las calles en un estercolero después de montar el pícnic y se traga lo que le echen, aplaudiendo por doquier como si de los toros se tratase. El Ayuntamiento, que al finalizar la Semana Santa pasada anunció mano dura contra las sillitas plegables, ha dado marcha atrás finalmente y se ha limitado a ejercer una labor "informativa y disuasoria", colocando señales de advertencia en numerosos cruces. Precisamente, y de cara a los próximos años, se deberían tomar medidas contra la excesiva contaminación visual provocada por la proliferación de placas y señales de todo tipo, algo que advirtió el delegado de Fiestas Mayores, Gregorio Serrano, en una entrevista en este periódico. Como muestra, un botón: cuatro señales en la misma puerta de la parroquia de San Vicente para indicar que no se puede aparcar. Y así en muchas más zonas. También habrá que comprobar si la mañana y la tarde siguen ganando a la noche. Si en los años 90 la moda era acompañar a las hermandades hasta su entrada, en los últimos años el público suele retirarse al caer la tarde, sobre todo en los días laborables, dejando casi desértico el camino a algunas hermandades en su regreso a sus templos.

Por lo demás, con la meteorología controlada, será la Semana Santa del otro tiempo: el de paso de las cofradías. El foco estará puesto especialmente en la Madrugada. Aunque existe el compromiso de hacer lo posible por cumplir los horarios, va a resultar una tarea harto complicada. La jornada ha crecido -dicen- en 700 nazarenos, lo que agravará aún más las apreturas ya existentes. Una de las incógnitas de la Madrugada es saber si el Señor procesionará con alguna de sus magníficas túnicas bordadas, previsiblemente la denominada de la corona de espinas. El Martes Santo por la noche, cuando se suba al paso una vez finalizado el besamanos, se despejará la incógnita.

El alcalde, Juan Ignacio Zoido, anunció ayer la concesión de la Medalla de la Ciudad a las hermandades de la Hiniesta y las Cigarreras por sus 450 años de historia. Lo hizo durante la entrega a la Hiniesta del baldaquino que va en la delantera del palio, y que se encuentra durante el resto del año en su despacho al ser ésta patrona de la Corporación Municipal.

No será una Semana Santa de grandes estrenos. Se pueden destacar la túnica malva bordada en plata que luce el Señor de la Sentencia o el techo de palio de la Hermandad del Sol, pintado por el malagueño Raúl Berzosa y que combina, además de la pintura, escultura, talla, dorado y orfebrería.

Las previsiones para el turismo y la hostelería también son más que positivas. El año pasado ya se empezó a dejar atrás la crisis. Las reservas hoteleras están en máximos y no quedan plazas para los días festivos. Los bares y restaurantes también se frotan las manos ante el calor que disparará el consumo de bebidas y helados. En definitiva, todo está preparado para que la comiencen las procesiones. Por delante quedan ocho días para disfrutar y para dejarse llevar.

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