El día que el Rey presidió el palquillo de la Campana
Fotos con historia
La visita de Felipe VI. El Monarca se dio un auténtico baño de masas el Lunes Santo del año 2015. Llamó a los pasos, recogió estampas y visitó varios templos antes de ir a la Campana
DESDE el año 1984 un rey de España no acudía a Sevilla para ver las procesiones de Semana Santa. El Jueves Santo de ese año, don Juan Carlos y doña Sofía estuvieron visitando los pasos de la Esperanza de Triana en la capilla de los Marineros. Por la noche, contemplaron la salida de la Macarena desde al balcón del atrio. En aquella visita estuvo el príncipe Felipe quien, ya coronado como Felipe VI, volviño a visitar la ciudad para ver sus procesiones el Lunes Santo de 2015, día 30 de marzo.
La visita del Monarca se llevó como todo el sigilo posible. Hasta el Viernes de Dolores el Consejo de Cofradías, presidido entonces por Carlos Bourrellier, no supo de la llegada de don Felipe a la ciudad. Las horas en la que el Rey estuvo en Sevilla fueron aprovechadas al máximo. También resultaron muy distintas a las que vivió en 1984. De la frialdad del balcón, don Felipe pasó a mezclarse con la bulla, cangrejeó delante de los pasos, tocó el martillo y firmó estampitas a los niños de la Campana que lo rodeaban en el palquillo.
La visita comenzó en el Parque de María Luisa. En la Delegación del Gobierno en Andalucía, en la Torre Sur de la Plaza de España, pudo ver el paso de la Hermandad del Tiro de Línea. El Rey cogió la vara dorada y caminó delante del palio, liso ese año, de la Virgen de las Mercedes. De ahí se fue a la Plaza del Museo, donde visitó la capilla de la hermandad decana del día. En la calle Alfonso XII, camino de la Campana, el Rey se dio un auténtico baño de masas. No faltó la apresurada visiota a San Gregorio y a la Hermandad del Santo Entierro, en la que es hermano mayor efectivo.
Ya en el palquillo, donde fue recibido con una ovación, don Felipe vio pasar a la Virgen del Rosario del Polígono y a la Hermandad del Beso de Judas. La jornada cofradiera para el Rey finalizó en la parroquia de San Andrés, donde pudo ver la salida de Santa Marta.
Además de todas las muestras de cariño, el Rey se llevó de su visita a Sevilla dos recortables de la Macarena para sus hijas y un ejemplar del Pregón de Lutgardo García.
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