La aldaba
Carlos Navarro Antolín
La lección de Manu Sánchez
Apenas unos segundos que resultan extraordinarios, especialmente para el cofrade de nuestro tiempo apasionado de la historia. José Luis Garrido, con perfil @sluisspencerS en la red social X, ha compartido en estas últimas semanas una serie de documentos visuales acerca del pasado de nuestra ciudad, su paisaje y sus tradiciones. Son verdaderas joyas gráficas que nos teletransportan a otro contexto, a otras circunstancias, y que en buena medida se antojan desconocidas para el público general.
En una de sus publicaciones más recientes, este usuario ha mostrado un nuevo vídeo, de carácter totalmente inédito, que nos muestra la Sevilla de 1927, y perteneciente al archivo de la Universidad de Brighton, localidad costera inglesa. En poco más de dos minutos, paseamos esencialmente por una Plaza de España en el tramo final de su construcción y un frondoso Parque de María Luisa. Cuál es la sorpresa cuando, al final del documento, aparece efectivamente una cofradía: un último tramo de nazarenos, una pareja de ciriales... Y un paso de familiar impronta que está a punto de cumplir un siglo.
Se trata de la hermandad de San Bernardo, que acaba de acceder a la actual Avenida de la Constitución desde la Plaza de San Francisco. Vemos, en el vídeo, el primero de los pasos de la cofradía, el del Santísimo Cristo de la Salud. Los cofrades, vestidos con traje y tocados con sombrero, se apostan por entre las sillas, muchas de ellas apiladas curiosamente en la acera del Banco de España. El crucificado que procesionan los hermanos de esta corporación es el antiguo titular, atribuido al círculo de Pedro Roldán, y que fue destrozado el 18 de julio de 1936 en los disturbios que asolaron la ciudad tras el alzamiento militar. Por otra parte, y aunque para nosotros resulta del todo común, aquellas miradas aún estaban acostumbrándose a las andas sobre las que se ubicaba el Señor. En concreto, observamos el paso tallado por José Gil en 1925, y que es el que conservamos afortunadamente hasta nuestros días, por lo que estamos ante la segunda Semana Santa en que procesionaba esta obra de arte con sus particulares candelabros de guardabrisas. Vemos, igualmente, las cuatro cartelas de las esquinas, y policromadas por Rafael Blas Rodríguez con escenas de la Pasión.
Los más duchos en historiografía cofradiera, en cambio, se habrán percatado de que a los pies del crucificado no aparece arrodillada la figura de María Magdalena. Esta imagen formó parte del paso desde finales del siglo XIX y durante las primeras décadas del XX, concretamente, hasta 1928, y muy especialmente en las primitivas andas góticas que eran las que se usaban antes de la adquisición del paso actual. Sin embargo, como hemos comentado, estas imágenes corresponden a 1927, por lo que la efigie tallada por Ordóñez pudo ser retirada con anterioridad a lo que se tenía contemplado.
Sea como fuere, las imágenes ofrecen un alto valor no solo en clave cofradiera, sino en materia antropológica y como recuerdo de una Sevilla que se nos marchó, aunque siga conservando buena parte de su raíz. Y es que parece que nada ha cambiado cuando asoman esos candelabros por la vieja calle Ancha de San Bernardo.
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