"El decreto es pobre y tardío"
Su recurso provocó un exhorto con dos cambios en la normativa vigente.
Este intrépido abogado que a nadie deja indiferente por sus opiniones y sus criterios al enfocar asuntos de actualidad intervino decisivamente en los albores del siglo, siendo un jovencísimo hermano mayor del Baratillo, para que la polémica normativa diocesana para hermandades de 1997 fuera modificada en dos apartados (la edad para ser hermano mayor y la designación de los directores espirituales) y se dejara libertad de decisión en cuanto a las nazarenas. Por aquella razón el arzobispo Amigo tuvo que emitir un exhorto pastoral en cuya elaboración tuvo mucho que ver la figura de un personaje inolvidable en la Iglesia de Sevilla: Manuel Benigno García Vázquez, aquel canónigo conocido como el capellán del PSOE.
Ha pasado una década y ha llegado el decreto que tantas veces reclamó como solución definitiva: "Con este decreto se ha producido la tercera modificación de la normativa. Pero ha llegado tarde. Ha pasado mucho tiempo. Mientras tanto ha habido cismas en hermandades, muchos problemas y discusiones entre personas. Y la redacción del decreto es pobre, muy pobre. Echo mucho de menos a los grandes juristas que hubo en el Arzobispado hasta hace muy poco tiempo".
No está de acuerdo en quienes aprecian valentía en Asenjo frente a un cardenal Amigo que dio voz y voto a las mujeres pero no dijo nada expresamente de salir de nazarenas: "Sólo quedaban tres hermandades sin nazarenas. ¿Dónde está la valentía? Valiente hubiera sido dar el decreto cuando había treinta o cuarenta hermandades sin nazarenas". Opina rotundo que el proceso de instauración de la igualdad es un "paripé" mientras no haya hermanas mayores: "La verdadera igualdad llegará cuando una mujer presida una hermandad de peso. ¿Dónde están las mujeres en la junta de gobierno del Gran Poder? No las veo".
Moeckel critica que el decreto no incluya una nueva redacción de los preceptos clave. "Esta disposición deja abierta la posibilidad de cualquier hermana pueda exigir su derecho a ser costalera, acólita o armá de la Macarena. Y yo jamás veo una acólita en el altar mayor de la Catedral. Es poco plausible que la Iglesia no dé ejemplo de igualdad en el principal templo de la diócesis".
Defiende que, en el terreno de las ideas, "vencer es convencer, no imponerse". Y lamenta haber presenciado discusiones agrias entre amigos por una normativa cuya ambigüedad ahora se corrige.
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