TRÁFICO
La nueva rotonda de Nervión no convence

Lo que debe evitar

Unos cuantos consejos para que disfrute al máximo de esta celebración y no cometa los errores más comunes.

Lo que debe evitar
Diego J. Geniz

17 de abril 2011 - 01:00

La Semana Santa, aunque parezca una paradoja, son días para el gozo que pueden convertirse en una auténtica penitencia si el sevillano o el foráneo no tienen en cuenta una serie de recomendaciones. A continuación se detallan varios consejos para evitar caer estos jornadas en las tentaciones más habituales:

1.Llegar al centro en coche. Intente desplazarse en transporte público. Si vive en un barrio cercano a la Línea 1 de Metro no dude en hacer uso de ella. Se puede apear en la Plaza de Cuba, la Puerta de Jerez, el Prado, San Bernardo, la Gran Plaza o la Avenida de la Plata, cerca de donde sale la cofradía del Cerro el Martes Santo. También puede utilizar las líneas de Tussam (durante esta semana donde más cerca paran es en la Puerta Osario y la Alameda), el taxi y si se arriesga -aunque no sea muy ortodoxo- la bicicleta. Si vive fuera de Sevilla, es aconsejable que se traslade en autobús o en tren de cercanías (ahora con el C5 los vecinos del Aljarafe lo tienen más fácil). Si finalmente opta por el vehículo privado, es poco recomendable esperar una cola para entrar en los aparcamientos de pago del centro. A no ser que quiera realizar la estación de penitencia en el vehículo.

2. Zapatos demasiado sofisticados. Mejor de suela blanda. Los cánones imponen que con el traje de chaqueta se use un calzado elegante, sobre todo si va a ocupar un asiento en la carrera oficial. Si es de los que prefieren patearse la ciudad para ver transitar las cofradías por distintos lugares, hágalo con un zapato cómodo, aunque sin estridencias (la estética en esta celebración es fundamental). Las mujeres que opten por el calzado de tacón, descarten el de aguja y no se olviden de llevar uno de repuesto en el bolso. Aunque siempre es mejor salir de casa con uno plano (nunca si se viste de mantilla) y evitar, así, tener que terminar descalzas por la calle, espectáculo propio del Domingo de Ramos.

3. Calles estrechas si va con niños. Mejor las plazoletas y los parques. El tránsito de la Paz por el de María Luisa es todo un clásico. Allí no hay problemas de espacio y no molestan a nadie. Hacerlo en zonas más colmatadas es un severo castigo para hijos, padres y cofrades que esperan a pie de calle. Tampoco coloque al niño en los hombros, los pitos no tardarán en surgir y no serán, precisamente, los del Silencio.

4. Llevar el carrito del niño. Si se dispone de silla en la carrera oficial puede dejarlos en los parkings habilitados en la Plaza Nueva, Sánchez Bedoya, el Archivo de Indias y la Plaza del Duque. De lo contrario, evite sacarlo en la medida de lo posible. Los tobillos de miles de sevillanos se lo agradecerán. Si insiste, no lo use nunca como elemento disuasorio para hacerse un hueco en la bulla. Puede convertirse en una amenaza para la convivencia cofradiera.

5. Las sillitas. Además de impedir el discurrir de las personas y poner en riesgo la seguridad, es un elemento bastante hortero, que poco dice de esta celebración. Su uso sólo se comprende para personas mayores que esperan a una cofradía en avenidas anchas. Si finalmente se ve abocado a utilizarlo, que sea lo más discreto posible, pegado a la pared y evitando interrumpir el tránsito de las personas. Puede adquirirlo en cualquier chino que le coja a mano.

6. Los bares sin tapas. Son muchos establecimientos los que en esta semana eliminan una de las referencias de la gastronomía sevillana. Téngalo en cuenta a la hora de pedir en una barra. La mayoría son medias raciones o ración entera. El precio asciende y la calidad difiere mucho de la del resto del año.

7. Los bocadillos de ciertas tiendas. Asegúrese de lo que come. No todos los comercios tienen licencia para vender este tipo de viandas. Una intoxicación puede dar al traste con estos siete días tan esperados.

8. Charlar cuando pasa la cofradía. Ahórrese las explicaciones. Demuestre su cultura cofradiera en otro momento. No hacerlo es estropear esos instantes especiales que marcan la Semana Santa. Sobran las palabras cuando hablan los sentidos.

9. Hacer un uso desmesurado del móvil. Al hilo de lo anterior. Muchas veces la mejor imagen de una cofradía es la que permanece en su memoria y no en la del teléfono móvil. Deje esa labor para los profesionales, que sabrán sacarle más partido. Y disfrute de todo lo que le llegue a la vista, al oído y al olfato.

10. Negarse a facilitar el paso a la gente. Por muchas horas que usted lleve en primera fila no tiene ningún derecho a cerrarle el tránsito a una persona cuando no existe valla que lo impida. La Semana Santa es un continuo fluir de gente y si prefiere quedarse parado en un sitio es su decisión, pero no obligue al resto de los mortales a secundarla.

11. La entrada tardía de ciertas cofradías. Sobre todo, en determinados barrios. El público que acude no es el más respetuoso con esta celebración.

12. Las horas centrales del Domingo de Ramos. Mucha gente que acude al centro sin más interés que el de mostrar faldas tubulares y chaquetas que imitan -más mal que bien- a las de las estrellas del fútbol sin saber moverse por la bulla. Lo mejor es acercarse a partir de las nueve. A esa hora hay un público más selecto.

13. Perderse la Madrugada. Pese al miedo siempre presente a que puedan producirse episodios como los del año 2000, las calles de la ciudad deben ser tomadas esta noche por los cofrades que saben disfrutar con el debido respeto desde la Santa Cruz del Silencio hasta el último músico de los Gitanos.

14. Vestirse de mantilla sin la indumentaria adecuada. Esta prenda debe llevarse según unos cánones muy clásicos. Si no está dispuesta a respetarlos, desista de esta idea, entre otros motivos, porque así evitará ser centro de las críticas, y no precisamente por el buen gusto.

15. Identificar a las mujeres que salen de nazarenos en la Quinta Angustia, el Silencio y el Santo Entierro. Es una lastimosa pérdida de tiempo. Mejor disfrute del cortejo de estas cofradías, de las que merecen la pena verlas al completo.

16. Ponerse delante de un paso sin saber cangrejear. Esto es una habilidad que requiere de bastante experiencia. Si no cuenta con ella, mejor no hacerlo, ya que de lo contrario acabará molestando a acólitos, capataz y resto de cangrejeros.

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