CYRTA restaurará un manto decimonónico de la Virgen de la Antigua de Santa Cruz

Se trata de una pieza perteneciente al ajuar de la Virgen de la Antigua

Se data entre finales del siglo XIX y principios del XX, de autor desconocido

El manto que ahora custodia el taller CYRTA
El manto que ahora custodia el taller CYRTA / CYRTA

Una pieza interesante a la que se procura devolverle su estado primigenio. La empresa CYRTA, dedicada a la restauración y conservación de tejidos antiguos, ha recibido en estas últimas en su taller un antiguo manto de la Virgen de la Antigua, titular de la hermandad de Santa Cruz, con el objeto de que sea sometido a un proceso integral de restauración.

La pieza, que puede fecharse en las últimas décadas del XIX o principios del XX, conserva su soporte de terciopelo original, que se respetará y tratará para que pueda seguir cumpliendo su uso normal. Se trata de una obra de trazas puramente decimonónicas, con amplios motivos florales, que se superponen y van naciendo en diferentes tallos y ramilletes. Las tareas de restauración se prolongarán durante varias semanas con el propósito de que la pieza pueda usarse con asiduidad en el contexto en que fue concebida.

La Hermandad de Santa Cruz incorpora el título de Santa María de la Antigua en época muy reciente, concretamente en el pasado 2003. Sin embargo fue la primera talla de María que veneró la Hermandad bajo el título de Nuestra Señora de los Dolores, y con la que procesionó en su primera salida ocurrida el Martes Santo 18 de abril de 1905. La hermandad de Santa Cruz se planteó desde sus más remotos orígenes la posibilidad de sacar un paso de palio; incluso en la primeras Reglas se plantea cómo modificar el orden de la procesión en caso de que esto sucediera. Reorganizada en 1917, al año siguiente se acuerda realizar una serie de proyectos importantes en el plazo de tres años, encontrándose entre ellos nuevamente la construcción del paso de palio, y el “… poner a la Virgen de pie”, según apunta Fernando Yruela. Por tal motivo la hermandad consigue una imagen de dolorosa que se encontraba sin culto en la iglesia de la Magdalena para que salga arrodillada a los pies del Crucificado, de forma que durante el Martes Santo de 1929 y 1931 no procesionó la primitiva talla.

Descarta la idea del paso de palio, la cofradía centra sus esfuerzos en construir un nuevo paso de Cristo, el cual se estrena el Martes Santo de 1922. Tras varios años de avatares y de recuperación o pérdida de aquel primitivo misterio, la imagen, tras una restauración efectuada por Fernando Fernández en 1997, es devuelta a la hermandad en 2001, siendo presentada a los hermanos con motivo de una conferencia que precisamente trataba sobre las dolorosas que habían procesionado con la cofradía a lo largo de su historia. Para tal ocasión, la Virgen fue colocada a los pies del Cristo de las Misericordias, en su propio retablo, pero esta fue una ubicación momentánea. El Martes Santo de 2004, y coincidiendo con el Centenario fundacional de la Hermandad, se pudo contemplar de nuevo aquel desaparecido misterio de nuestra Semana Santa, en el que la Virgen arrodillada ante su Hijo en la Cruz, queda abatida por el dolor

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