El cuadro que no se quiso quemar
Los Bomberos recuperaron intacta una lámina de la Macarena de un contenedor calcinado en la Ronda de Pío XII La Virgen está ahora en el Parque de Pino Montano
OCURRIÓ el 16 de febrero de 2014. Eran las diez y media de la noche. Los Bomberos recibieron una llamada que alertaba de un contenedor ardiendo en la Ronda de Pío XII, a la altura del número 13. Esa noche estaba de guardia el turno primero y al incendio acudió una dotación del parque de Pino Montano, compuesta por un vehículo contraincendios con un cabo, un conductor y cuatro bomberos. Los profesionales del servicio de extinción sofocaron el fuego. Emplearon gran cantidad de agua, como es natural cuando se trata de un incendio de basura, que hay que apagar muy bien para que las brasas no vuelvan a prender.
Una vez apagado el contenedor, los bomberos comprobaron su estado y lo que había en su interior, para cerciorarse de que no había ningún rescoldo. Al abrir el recipiente, uno de los agentes observó en el fondo algo parecido a un cuadro. El bombero lo extrajó y vio que se trataba de un marco con una lámina de una Virgen que, extrañamente, no había sido afectado por el fuego. Los Bomberos se llevaron el cuadro al parque de Pino Montano, donde lo limpiaron y lo examinaron con calma. "Ya de madrugada me di cuenta de que era la Macarena", cuenta Alberto Bernabé, uno de los bomberos que participó en aquel servicio.
El cuadro apenas presentaba daños. Los pocos que tenía habían sido provocados por el agua arrojada por los Bomberos para apagar el contenedor. "No me lo podía creer. Era la primera vez que nos encontrábamos con un caso en el que los materiales sensibles al calor y al humo, confinados en un contenedor que estaba ardiendo, no mostraban ninguna huella de dicho suceso. Teniendo en cuenta que el marco es de madera policromada y la lámina de papel, con una tapa de cristal y un cartón que servía de contratapa, algún rastro de fuego o humo debía de tener", explica este funcionario.
Los bomberos retiraron la tapa de cartón y la cinta adhesiva, que estaba muy humedecida y se había exfoliado en las esquinas. "Extrajimos la lámina y le secamos los bordes, que estaban escasamente afectados por el agua. Al final tuvimos que desechar el cartón y sustituirlo por otro que recortamos de una caja vacía. Como seguía sin creerme el asunto, utilicé papel higiénico para frotar el cristal y el marco en busca de algún rastro de hollín, ceniza, tizne o algún tipo de resto. Para mi sorpresa, lo único que el papel recogía era humedad y un poco de suciedad. Ni siquiera olía a humo". El cristal no tenía ni un arañazo y la madera del marco estaba excepcionalmente bien conservada.
"Ya es raro que en Sevilla se tire a la basura un cuadro de la Virgen, más aún lo es que, estando en tan buen estado, nadie lo cogiera para venderlo luego en algún mercadillo, pero que encima fuera lo único que no ardiera de aquel contenedor es algo para lo que no encuentro explicación alguna". Y lo dice alguien que trata de afrontar todo "con una mente racional y un análisis científico" y que no cree en poderes sobrenaturales. "Seguramente estos hechos responderán a una lógica que yo no alcanzo a ver o entender".
Y eso que investigó el origen del cuadro. Éste tenía dos sellos idénticos, uno en el centro del cartón y otro en la cinta adhesiva. En ellos se podía leer el lugar en el que lo habían enmarcado, Cuadros Pacheco, en Rota. Como en el sello venía un número de teléfono, Bernabé llamó. La mujer que le atendió no recordaba quién hizo el encargo, pero le explicó que es muy normal que realicen trabajos para Sevilla, por ser Rota un lugar frecuente de veraneo de muchos sevillanos.
Los Bomberos no sólo se quedaron con el cuadro, sino que lo colgaron en el Parque de Pino Montano, junto a otro de su patrón, San Juan de Dios. Bernabé contó la historia en las redes sociales y ya hay quien ha querido ir a ver el cuadro de la Virgen.
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