El Cristo de San Agustín ya tiene nueva cabellera
Artesanía Rodríguez ha realizado esta nueva peluca en la calle Puñonrostro
Ha sido sufragada gracias a los donativos de hermanos y devotos
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Un anhelo cumplido con el objeto de mejorar la conservación patrimonial. El Santo Crucifijo de San Agustín ya posee nueva cabellera, uno de los proyectos acometidos por el grupo de devotos en connivencia y colaboración con la hermandad de San Roque. Se trata de una nueva peluca que viene a sustituir a la actual, datada en 1990, que se encontraba en un estado de deterioro considerable debido a la afección de varios agentes externos, como la polución, el polvo o el humo del incienso.
Esta cabellera ha sido realizada por Artesanía Rodríguez, con sede en la calle Puñonrostro, y sufragada por las donaciones que hermanos y devotos han depositado tanto en formato presencial como telemático en estas últimas semanas. A través de su perfil oficial en Twitter, el grupo de devotos -muy activo difundiendo la historia y los milagros atribuidos a esta imagen- ha compartido un vídeo en que se observa la fase final de la ejecución de esta cabellera, en concreto, el desenredo de los propios cabellos y el proceso de teñido en los casos que han sido necesarios para unificar el color. Como curiosidad, una mujer ha donado de manera anónima parte de su cabello para completar esta peluca.
Desde el seno de este grupo de fieles se informa que todavía están habilitados los canales de donación para toda aquella persona que desee participar en este proyecto.
La imagen
El Cristo de San Agustín, una de las devociones históricas de Sevilla y que gozó de una popularidad inimaginable hace siglos, tiene como uno de los elementos característicos de su iconografía el cabello natural. Este postizo comienza a utilizarse en esta sagrada imagen en el siglo XVII para acentuar su realismo. En Sevilla era muy común ver a Cristos con cabello natural hasta el siglo XIX, como por ejemplo el Santísimo Cristo de Burgos. Sin embargo, las modas desecharán este elemento, fosilizándose hasta la actualidad en pocas imágenes, haciéndolas únicas y particulares en nuestra ciudad.
El actual crucificado es obra de Agustín Sánchez Cid, de 1944, y vino a sustituir al anterior, que fue destrozado en los sucesos de 1936, y que databa de la primera mitad del siglo XIV. Existen datos de la devoción a este crucificado desde, al menos, 1314.
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