La aldaba
Carlos Navarro Antolín
Los 30 elegidos por Carlos Herrera
Sevilla/Tres meses después de la Semana Santa el Consejo de Cofradías cierra la crisis de los Panaderos. Los miembros de la junta superior, reunidos ayer para preparar los plenos y la asamblea en la que se deben aprobar las cuentas del ejercicio, acordaron pedir a la Hermandad que depure internamente las responsabilidades que pudieran haberse producido por el incidente que tuvo lugar con la Hermandad de la Lanzada el pasado Miércoles Santo. Según explicó a este periódico el presidente del Consejo, Carlos Bourrellier, la intención de la institución es que los Panaderos "analice en su seno todo lo sucedido en el regreso a su capilla tras suspender su estación de penitencia para ver dónde falló la cadena, identificar posibles culpables y reconocer si el comportamiento de aquella noche es motivo suficiente para aplicar alguna sanción". El Consejo quiere que las conclusiones y las medidas correctoras que se tomen en el seno de la cofradía les sean notificadas convenientemente para tener constancia de que se ha actuado. También advertirá a la hermandad que su comportamiento es motivo de un serio apercibimiento y que no puede volver a ocurrir.
El Consejo, tras estudiar el segundo informe enviado por la hermandad, se mostró más satisfecho después de que la corporación haya reconocido que se había equivocado, motivo por el que habría pedido las oportunas disculpas. El primer documento enviado desde la calle Orfila a San Gregorio dejó bastante insatisfecho al presidente y al resto de la junta superior. En él, la hermandad se limitó a echar balones fuera y a señalar que la responsabilidad de lo que ocurrió fue más de otros organismos, como el Centro de Coordinación Operativa del Ayuntamiento (Cecop). Bourrellier aseguró por último que la corporación va a crear unos grupos de trabajo internos con el objetivo de depurar responsabilidades, y que desde el Consejo en ningún momento se han pedido dimisiones.
Pitada a Los Panaderos. / Miguel Ángel Caride
El mismo Jueves Santo, apenas unas horas después de que los Panaderos importunaran el regreso a su templo de la Lanzada, el delegado de Seguridad y Movilidad por aquel entonces, Demetrio Cabello; y el delegado del Domingo de Ramos y representante del Consejo en el Cecop, Francisco Vélez, advirtieron que los Panaderos hicieron caso omiso a las indicaciones del Consejo y del Cecop. Al decidir suspender la estación de penitencia y regresar a su capilla, deberían haber vuelto de la manera más rápida posible, como si se tratase de un traslado, tal y como establecen las normas que emite el Consejo y el Arzobispado para las estaciones de penitencia. Por contra, los dos pasos de la cofradía se entretuvieron en exceso en la Campana con la interpretación de marchas, desobedeciendo continuamente las instrucciones y las normas establecidas. El misterio del Prendimiento empleó aproximadamente tres cuartos de hora en recorrer los escasos 200 metros que separan la Campana de la calle Orfila, mientras que el palio de la Virgen de Regla avanzó algo más rápido, pero fue abucheado por buena parte del público.
También te puede interesar
Lo último
No hay comentarios