De costales modernos y un palio recuperado

La Exaltación

La Virgen de las Lágrimas luce su manto tras cinco años de restauración

El palio de la Virgen de las Lágrimas, ayer en la Plaza de los Terceros.
El palio de la Virgen de las Lágrimas, ayer en la Plaza de los Terceros.
Fernando Pérez Ávila

02 de abril 2010 - 01:00

Relevo de costaleros en la Encarnación. El misterio de la Exaltación está parado donde antes se levantaba el quiosco de la floristería Ramitos. Los hombres de refresco se preparan. Los costales se han ido sofisticando hasta convertirse en una prenda de moda. Los hay hechos con una bata del Servicio Andaluz de Salud (SAS), los hay de rayas, de cuadros, de dibujos, otros que tienen fotografías, estampas de un Cristo o una Virgen, uno hecho con un saco del Café do Brasil, otro con letras arábigas y otro modelo Ikea, hecho directamente con una cortina.

"¿Lo cogemos ya?", dice un costalero. "Vámonos". Se produce el relevo. El paso se levanta y el peso del misterio cae sobre los hombres que hace unos minutos charlaban en la calle. En el otro extremo de la plaza, el más próximo a la calle Puente y Pellón, igualan los costaleros del Valle. El primer paso de la Exaltación, vulgo Los Caballos, es uno de los que merece la pena ver de lejos, desde una distancia adecuada que permita contemplar cómo anda y como la mole va cayendo sobre los hombres de abajo. Dicen quienes entienden que todavía impresiona más en su recorrido de vuelta, cuando los costaleros ya han entrado en calor y cuando el peso se reparte mejor.

Una de las grandes novedades de la hermandad es la restauración del manto de la Virgen de las Lágrimas, que procesionó durante cinco años con manto liso. La hermandad completa así el proceso de recuperación de su paso de palio, que vuelve a lucir en un Jueves Santo esplendoroso como el de ayer.

Sólo falta que la cofradía vuelva a salir de Santa Catalina, su sede canónica, en obras desde mediados de la década pasada. Pese a todo, el exilio no es tan doloroso porque Los Terceros es un templo tan próximo que apenas altera el itinerario de la cofradía. Gerona, Dueñas, Santa Ángela, Alcázares... un recorrido para lucir uno de los misterios más impresionantes de la Semana Santa y un palio que muchos consideran una de las joyas poco conocidas de Sevilla.

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