Mañana de colas en los templos de la Madrugá
Jueves Santo en Sevilla. El sol se hizo esperar, pero en los templos la mañana lució radiante. Las primeras mantillas aparecieron temprano ante las Esperanzas. En la basílica de la Macarena, antes del mediodía, la cola para entrar atravesaba el arco y daba varias vueltas por la nueva plaza peatonal. Una bulla ordenada similar a la que podía verse en Triana, la capilla de los Marineros. También en el Gran Poder, en la Magdalena, el Silencio y Los Gitanos.
Mantillas y peinas para todos los gustos, buenos y malos. Un ritual que, lejos de desaparecer, se potencia en Sevilla. Y, en medio, atuendos imposibles de turistas madrugadores y dispuestos a fotografiar hasta el más mínimo detalle.
Quienes han visitado la iglesia de San Antonio Abad han podido ver y oler el azahar que está colocado desde la tarde del Miércoles Santo en el paso de palio de la Virgen de la Concepción. Este año la flor llega desde Benacazón, Lora del Río y, una pequeña parte, casi testimonial, de Santa Eufemia. Ha sido bastante commplicado encontrar este año el azahar, al ser la Semana Santa tardía, y los mayordomos han tenido que trabajar bastante hasta encontrarlo.
Día grande en Sevilla. Negro luto y negras nubes. El Jueves Santo es un día que comienza pero que no acaba porque se funde con la Madrugá más esperada.
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