Cofradías a pie de Metro en Sevilla. La línea 3, una aliada del Martes Santo
Servicio público
Cinco hermandades de la jornada quedan a pocos metros de las futuras estaciones
La ampliación hasta Bellavista beneficiará a corporaciones del Viernes de Dolores, como la Misión y Bellavista
El Metro, cuestión de cofradías
El Metro de Sevilla supuso un revulsivo en la Semana Santa de principios de este siglo. Fue en la primavera de 2009, en vísperas de un nuevo Domingo de Ramos, cuando se inauguró la primera línea del suburbano, esperado durante décadas en la capital andaluza. Unió la primera corona del Aljarafe con Montequinto. Muchas fueron las cofradías que se beneficiaron de este transporte. Las imágenes de aquellos días, con nazarenos de la Paz o San Bernardo haciendo uso de este medio de transporte, se convirtieron en protagonistas de aquella celebración. Estampas a la que los cofrades se han acostumbrado desde entonces.
Ahora viene el turno de la línea 3, que en su proyecto completo une el norte con el sur de la ciudad. El primer tramo, que llegará hasta El Prado, debe estar acabado en 2030, aunque en cuestión de fechas -y tras la experiencia en esta urbe de proyectos con amplio letargo- conviene adoptar la actitud de Santo Tomás con Cristo Resucitado: hasta que no lo toquemos con los dedos no será digno de ser creído.
Pero como la Semana Santa se basa en la fe del pueblo sevillano, hagamos un ejercicio de confianza en las administraciones implicadas en esta gran obra (Gobierno y Junta) y pongamos 2030 como el año en que la fiesta religiosa estrenará nueva línea (o la mitad de ella). No en vano, la primera vez que se habló de fecha de conclusión para este tramo se fijó 2017. Han pasado siete primaveras y aún estamos con las obras iniciales.
De víspera a víspera
Lo primero que se puede decir de la futura línea 3 es que va de víspera a víspera. O mejor dicho (y para quienes rechazan tal denominación), que el principio y el final se quedan en el Viernes de Dolores, pues empieza por Pino Montano y llega a Bellavista (esto último, y viendo la tardanza en los proyectos, pertenece ya al ámbito de lo futurible).
Pino Montano, una de las zonas más habitadas de la ciudad, contará con dos paradas -la que lleva el nombre del barrio y la de Los Mares- que quedan bastante cerca (a unos 300 metros) de la parroquia de San Isidro Labrador, de donde cada Viernes de Dolores sale en estación de penitencia la cofradía de Jesús de Nazaret y María Santísima del Amor, una de las corporaciones más consolidadas de las jornadas previas al Domingo de Ramos.
A seis minutos de la Macarena
Otra parada de este tramo con gran carga cofradiera es la contemplada en el Hospital Virgen Macarena, cuyo nombre ya proporciona una pista de la proximidad (a seis minutos) con la Basílica de la Virgen de la Esperanza. Esta cercanía hará posible que muchos devotos de la dolorosa más universal hagan uso del suburbano para visitarla. Especial incidencia tendrá en la Madrugada.
El arco de la Macarena constituye una de las principales entradas al Casco Antiguo de la ciudad. Desde ahí se puede llegar en pocos minutos a otros templos donde radican hermandades como la Resurrección (Santa Marina), los Javieres y el Carmen (Omnium Sanctorum), el entorno de San Marcos (los Servitas) y Montesión (en su capilla de la Plaza de los Carros).
Sigamos avanzando. Capuchinos también tendrá parada. Desde allí (además de la Divina Pastora que se venera en este convento) queda a 450 metros San Julián, templo de donde cada Domingo de Ramos sale la Hiniesta. La siguiente es la de María Auxiliadora, advocación salesiana que nos lleva a la basílica del mismo nombre, donde radica la Trinidad (Sábado Santo). No muy lejos de allí se encuentra la parroquia de San José Obrero, que también tiene cofradía, la que se conoce con tal nombre y realiza estación de penitencia el Sábado de Pasión. Y, por supuesto, los hermanos de los Gitanos tendrán a unos 90 metros de andén el templo donde se venera a sus titulares. El Metro facilitará la llegada en un minuto a la corporación de la Madrugada que, como todas las del Casco Antiguo, se enfrentan a la falta de aparcamientos y las limitaciones de circulación en su entorno.
La Puerta de Carmona
Otra parada con nombre muy sevillano es la de la Puerta de Carmona. Su denominación evidencia la cercanía con San Esteban (Martes Santo) y también con los templos de donde salen San Roque (Domingo de Ramos) y los Negritos (Jueves Santo). Además, con cierta proximidad se encuentra San Benito (Martes Santo) y si nos adentramos en el corazón de la vieja Híspalis, esta línea de Metro hace más factible llegar a la iglesia de Santiago, sede de la Redención; y de San Isidoro (con la cofradía homónima) sin tener que buscar aparcamiento en el centro para el coche.
Vayamos a uno de esos lugares tópicos de la Semana Santa, los Jardines de Murillo, que contará con otra parada de Metro. No hace falta ahondar mucho en los beneficios que supondrá para los desplazamientos de los hermanos de la Candelaria y también para los de Santa Cruz, parroquia que quedará a pocos metros del suburbano. Ambas cofradías se ponen en la calle el Martes Santo.
La ampliación hasta Bellavista
La última parada en este primer tramo es la del Prado, a espaldas de la capilla universitaria del Rectorado, de donde salen los Estudiantes. Desde aquí, y con el tranvía, se alcanza en pocos minutos la Catedral.
Si se hace una recapitulación, la jornada que más se beneficiará de la nueva línea será el Martes Santo, con cinco cofradías (San Esteban, San Benito, la Candelaria, Santa Cruz y los Estudiantes) a pie de Metro. Aunque si el análisis se amplía y abarca el segundo tramo, cobran especial protagonismo las cofradías del Viernes de Dolores. A la de Pino Montano se sumarían la de la Misión (con la parada en Heliópolis) y la de Bellavista (donde llegaría esta línea gracias al pacto suscrito entre el Ayuntamiento y la Junta). Pero para esto último falta aún demasiado. Tanto que se requiere una gran dosis de esa virtud teologal que en Sevilla siempre se escribe, a un lado y otro del río, con mayúsculas: mucha Esperanza.
Contundente respaldo cofradiero al manifiesto de ‘Sevilla quiere Metro’
Muchas hermandades se han adherido al manifiesto de la plataforma Sevilla quiere Metro, un gesto de apoyo al afán de que la ciudad cuente con una red completa del suburbano, incluida la línea que atravesaría el Casco Antiguo, lo que sería de gran utilidad para las corporaciones que radican en esta amplia zona.
Un apoyo refrendado por el Consejo de Hermandades, que se ha sumado a las más de cien entidades que respaldan dicha iniciativa ciudadana. Este apego se fundamenta en tres razones. En primer lugar, el Consejo está “completamente alineado” con los principios de la encíclica Laudato si del Papa Francisco, que recoge el concepto de ecología integral. En segundo lugar, “comparte con otras hermandades la necesidad de trabajar desde la sociedad civil para lograr una ciudad más justa”; y por último, ante la “complejidad” que supone desplazarse por Sevilla, lo que dificulta la asistencia a los cultos.
Las cofradías adheridas son: El Carmen, La Sed, Bellavista, Las Aguas, Pasión, La Cena, La Paz, La Exaltación, El Valle, Los Negritos, Jesús Despojado, La Lanzada, La Carretería, El Baratillo, San Bernardo, Cristo de Burgos, El Cerro, Los Gitanos, Los Javieres, Santa Genoveva, El Resucitado, el Cachorro, Montesión, La Milagrosa, Dulce Nombre y San Pablo.
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