Un círculo que se cierra: la Caridad, con la diadema de coronación de la Piedad del Baratillo
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La dolorosa porta sobre sus sienes la presea de la coronación de la Piedad, que es réplica de la primitiva que regaló el autor
La imagen se traslada a la iglesia del Señor San Jorge para la celebración de la función
Habrá nazarenos en Sevilla el próximo 1 de diciembre
Una hermosa historia que une el ayer con el hoy, y significa el broche de oro a meses de esfuerzo y trabajo. La Virgen de la Caridad de la hermandad del Baratillo luce, con motivo del traslado al Hospital de la Caridad y la Función Solemne en su honor de este domingo, la diadema con la que fue coronada canónicamente, el pasado 14 de septiembre, la Virgen de la Piedad. Un gesto que nos devuelve una estampa de otro tiempo y que abriga un incuestionable significado.
El diseño de esta presea, labrada en oro en el taller de los Hermanos Delgado y costeada en buena manera gracias a las donaciones de hermandades, devotos, hermanos y fieles en general, es réplica directa de aquella diadema de latón que, en el año 1931 regala Fernández-Andes a la Virgen de la Caridad, recientemente bendecida y a cuya gubia se debe. Sin embargo, como ya contaron estas páginas, en febrero de 1945 la corporación decidió "cederla" a la Virgen de la Piedad, que acababa de ser igualmente bendecida. Desde entonces, la ha portado esta última dolorosa, creando en torno a ella prácticamente un icono.
Ahora, ochenta años después, los cofrades baratilleros y de toda la ciudad tienen ocasión de contemplar esta romántica instantánea que nos devuelve a unas décadas cruciales para esta señera cofradía, y que supusieron la configuración estética y artística que hoy, definitivamente, conocemos. Además, como apunte, la diadema luce como novedad cuatro nuevas piezas de brillantes de más de un quilate en el frontal, para que, de algún modo, la Virgen de la Caridad también pudiera ofrecer un estreno en el marco de la coronación de la Piedad. Un enriquecimiento que, igualmente, significa la culminación de la diadema. Un acierto de la junta de gobierno y la priostía para cerrar este entrañable capítulo en el que ambas son incuestionables protagonistas.
La Virgen de la Caridad será trasladada este sábado, al término del tercer día de triduo, a la Iglesia del Señor San Jorge, para celebrar mañana la Solemne Función en su honor. Será, además, el último culto que oficie la corporación en este templo, puesto que en los próximos meses arrancarán las obras de restauración previstas. De este modo, el quinario de Cuaresma se celebrará en otro enclave sacro y, una vez finalicen los trabajos, volverán a la Caridad.
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