Un camino a la normalidad: la situación actual en Los Panaderos

Palacio continúa trabajando en la constitución de un organigrama que gobierne la corporación de manera provisional

Mientras tanto, los hermanos se reúnen y trabajan y la capilla mantiene los horarios habituales

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La corporación desarrollará su quinario con normalidad
La corporación desarrollará su quinario con normalidad / Juan Carlos Muñoz

Mantener la dinámica habitual propia de una hermandad y procurar establecer la máxima normalidad posible. Es la hoja de ruta en la que, actualmente, trabaja la autoridad eclesiástica para que todo funcione correctamente en la calle Orfila. A día de hoy, Palacio sigue trabajando en la constitución de una estructura u organigrama que, durante el tiempo que sea preciso, se encargue de regir los designios de la Hermandad de Los Panaderos, llámese gestora, llámese comisionado.

Fuentes directas del Arzobispado, en declaraciones a este periódico, han referido los acontecimientos producidos durante las últimas horas y la línea a seguir para con esta señera cofradía. El pasado lunes se celebró una reunión en la Plaza Virgen de los Reyes en la que los principales representantes de la junta de gobierno presentaron formalmente la dimisión y el resto de documentación, que quedó depositada en registro. A partir de ese momento, se iniciaron los movimientos para que, próximamente, quede establecido el grupo encargado de gobernar provisionalmente la hermandad.

Más allá de estas cuestiones, la vida en la capilla se procura que se desarrolle en el marco de una normalidad total, con el capiller al frente y en constante comunicación con el Arzobispado. El pasado martes, el director espiritual, Leonardo Sánchez, volvió a celebrar misa -el templo continúa con sus horarios habituales- y atender a los hermanos que se acercaron para formularle preguntas con el ánimo de conocer, de primera mano, la situación de la cofradía y los acontecimientos acaecidos. Los diversos grupos o colectivos de la hermandad siguen trabajando siempre con el consejo de la autoridad, como por ejemplo el coro, en las dependencias de la corporación de la calle Cervantes, o las sesiones de catequesis, demostrando un verdadero sentido del compromiso y de la "voluntad", que es la palabra que repiten desde Palacio. De hecho, los jóvenes de la cofradía se han organizado para colaborar en las áreas que sean precisas y han depositado numerosos ramos de flores a los pies de los titulares.

Ahora bien; es preciso señalar que, una vez que el comisionado sea nombrado, será quien tenga la última palabra, preservando siempre el interés por la normalidad y, por supuesto, el cumplimiento de los fines esenciales de la cofradía. Será dicha estructura la que organice y decida lo que se considere oportuno, y así deberán cumplir los hermanos, como ha ocurrido en otras ocasiones años atrás en otras hermandades.

¿Y los cultos?

Una de las cuestiones que más preocupan a los hermanos, y a la Sevilla cofrade, es la realización de los cultos de la cofradía, que consagrará la primera semana de marzo el solemne quinario a los titulares. Según dichas fuentes, el quinario se desarrollará con total seguridad -ya hay plata limpiada, está designado el predicador y todo se halla previsto para el montaje- si bien aún no se ha determinado el lugar. Si de aquí a finales de la próxima semana se ha constituido dicho comisionado, y así lo tienen a bien los responsables y es viable, podrá celebrarse en la Misericordia, puesto que el traslado se fijaría para el día 1 de marzo, sábado. De lo contrario, será en la capilla de San Andrés. De cara al Miércoles Santo, de igual modo, se trabajará para que todos los plazos se cumplan y los hermanos puedan, en cumplimiento de sus Reglas, vestir el hábito nazareno y hacer estación de penitencia.

Así las cosas, será ahora "Palacio quien provea" y verifique toda la información para establecer esa normalidad tan deseada. En cuestión de días deberán pronunciarse las dos delegaciones competentes en el asunto: la de Hermandades y Cofradías y la de Asuntos Jurídicos. Primer paso, recapitulamos, establecer dicho organigrama y trazar un plan de trabajo. Atrás e invalidados quedan los decretos promulgados (no existe órgano de gobierno en la hermandad que los ejecute), mientras que los diferentes escritos y documentos presentados serán estudiados y analizados más adelante. En un horizonte indeterminado, la convocatoria de elecciones nuevas, es decir, no se repetirán las de octubre. Pero este será, como es natural, el último de los asuntos a abordar.

Mientras tanto, interpretaremos esos ramos de flores de los jóvenes de la cofradía como símbolo y ejemplo no solo de lealtad y compromiso; también como bandera de un futuro próspero y edificante que, Dios lo quiera, nunca alcance de nuevo a marchitarse.

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