El cabildo de los Estudiantes aprueba la intervención en el Cristo
La Comisión Provincial de Patrimonio también respalda la actuación de Pedro Manzano
Una doble aprobación. Los hermanos de los Estudiantes, reunidos anoche en cabildo general extraordinario, aprobaron por unanimidad la intervención en el Cristo de la Buena Muerte que realizará Pedro Manzano a partir de septiembre. Por la mañana, fue la Comisión Provincial de Patrimonio Histórico la que informó favorablemente sobre los trabajos que, como avanzó este periódico, tienen un carácter conservativo que busca solucionar algunos problemas en las uniones de las diferentes piezas de sudario y actuar sobre algunas pérdidas de policromía. La Comisión de Patrimonio sí ha recomendado, tanto a la Universidad de Sevilla, propietaria de la imagen, como a la propia hermandad, la constitución de una comisión debidamente autorizada para el seguimiento de los trabajos de restauración y la toma de decisiones en cada momento del proceso.
El propio Pedro Manzano fue el encargado de explicar a los hermanos cómo será la intervención que realizará sobre la imagen realizada por Juan de Mesa en 1620 para la Compañía de Jesús. Será una actuación de "carácter conservativo", calificada como menor, pero necesaria para detener las alteraciones de mayor entidad que pudieran producirse en un futuro. Sin ser preocupante, el estado de conservación del Crucificado no es óptimo. Manzano explicó a este periódico los pormenores de una intervención que durará cuatro meses: "El tratamiento de restauración propuesto tiene por finalidad estabilizar estructuralmente las zonas localizadas en el estudio mediante imágenes médicas que presentan el inicio de desuniones entre sus planos de unión, así como algunas fisuras de alcance menor, aunado a pequeñas perdidas puntuales de la policromía, las cuales serán repuestas. Los trabajos de restauración se van a caracterizar por tener una condición menor y podemos entenderlos como necesarios para detener las alteraciones de mayor entidad si no son atendidos en la actualidad".
La cruz del Cristo, que fue realiza en la restauración de 1995, también presenta una pequeña desunión entre los planos de encuentro del patíbulo con el estipe. "Es algo que se produce por los movimientos naturales de la madera y que va a ser estudiado con mayor profundidad durante el tiempo estimado para la intervención. En principio no parece preocupante", sostiene Manzano.
Estas pequeñas alteraciones que sufre el Crucificado están motivadas por su propio uso cultual, a lo que se une unas condiciones inestables de humedad relativa y temperatura, que habría ocasionado las citadas pérdidas de los estratos polícromos y fisuras en algunos de los ensambles del paño de pureza, como explica el restaurador: "En líneas generales los problemas que presenta son consustanciales a toda imagen de culto, que es sometida a movimientos cuando sale en procesión y su entorno no mantiene unas condiciones constantes de humedad relativa y temperatura. La intervención del año 1985 dotó a la imagen de una sujeción dorsal para afianzarla a la cruz con garantías de que al moverlo no sufriese estructuralmente, como así ha venido siendo. Cierto es que es una imagen que se concibió para recibir cultos en un oratorio y no ser sometida a movimientos extraordinarios".
La imagen fue sometida a un examen mediante imágenes médicas el 9 de noviembre de 2016 que reveló, de forma parcial, la estereotomía de las maderas que conforman el embón de la escultura, algo que hasta ahora sólo se conocía por radiografías. "Con ello he podido conocer la disposición y orientación de las piezas de madera, el estado de conservación de sus planos de contacto, espesores, etcétera, por tanto, algo desconocido hasta el momento", añade Manzano.
Tras esta intervención quedarán protocolizadas dos revisiones a la imagen durante el año: una antes y otra después de la Semana Santa.
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