Carlos Navarro Antolín
La pascua de los idiotas
Los hermanos del Cachorro aprobaron en la noche de este jueves, en un largo y concurrido cabildo general extraordinario, la remodelación del paso del Crucificado. La junta de gobierno que preside Marco Antonio Talavera ha trabajado en los últimos meses en un proyecto, cuyo autor es el imaginero José María Leal, que persigue mejorar la integración de una de las obras cumbre de la imaginería española en un paso que muchos consideran demasiado frío.
El resultado, conocido al filo de las doce de la noche, fue de 166 votos a favor, 100 en contra y 12 abstenciones. A pesar de que los hermanos dieron su respaldo a la reforma, la división en el seno de la corporación es patente.
El coste de la remodelación ascenderá a 223.000 euros y básicamente consiste en sustituir los actuales candelabros de guardabrisas, siendo los nuevos para el centro de las andas tan sólo de tres luces y mucho más bajos, lo que permitiría una mejor visión del Cristo; la realización de unos nuevos faldones bordados por Francisco Carrera Iglesias, Paquili; y la sustitución de la mayor parte de los elementos de plata del canasto, cambiando los cuatro faroles de las esquinas por unas esculturas de los padres de la iglesia. En las hornacinas centrales irán los cuatro evangelistas. "Se pretende ordenar visualmente el conjunto, para que el Santísimo Cristo se acomode mejor a sus andas procesionales. Para ello, se pretende que ambas obras formen una figura piramidal cuyo centro esté protagonizado por la Imagen del Cristo. De este modo, se ha actuado en el desarrollo de los candelabros y de las esquinas, manteniendo siempre la matriz del paso intacta. El desarrollo de los candelabros permite una mejor visión de la Imagen, y en la esquina, se ordenan los elementos existentes simplificando soluciones y buscando igualmente la conexión entre la mesa y el canasto del paso", explicó la hermandad en su página web. Aunque la cofradía no quiere ponerse plazos, la fecha prevista para que el paso salga reformado es 2020, tal como señaló el hermano mayor a este periódico.
El cabildo se celebró en una abarrotada basílica. Además del autor del proyecto de remodelación del paso, José María Leal, intervinieron por parte de la comisión técnica creada por la hermandad Sebastián Santos Calero, catedrático de Bellas Artes de la Universidad de Sevilla; Gabriel Ferreras, historiador del Instituto Andaluz del Patrimonio; Emilio Gómez Piñol y Juan Miguel González, ambos catedráticos de Historia del Arte de la Universidad de Sevilla. También tomaron la palabra, en un ambiente bastante tenso, diversos hermanos para defender tanto la reforma como para mostrarse en contra.
El Cristo del Cachorro ha procesionado sobre cinco pasos distintos en los últimos 200 años. Está documentado que en 1819 la hermandad encarga a Vicente Arestoy unas andas que estrena al año siguiente. Se trataba de un paso que fusionaba elementos clásicos con otros barroquizantes, de líneas rectas, con decoración de tipo vegetal y unos pequeños medallones. Destacaban sus dinámicos candelabros de guardabrisas.
Antes de que finalizara el siglo XIX ya encargó el segundo. En el año 1889, la hermandad estrenó un paso dorado e iluminado por candelabros de guardabrisas, obra de Olaya y Govea. Jesús Vega Santos sostiene en su obra Todos los pasos de Cristo de la Semana Santa de Sevilla. Impronta artística, evolución y catalogación que la talla la pudo acometer Antonio Cruz Gómez, cobrando por el trabajo 1.250 pesetas, llevando a cabo su dorado los talleres de Olaya y Govea. Es propiedad actualmente de la Hermandad de San Esteban.
En 1929, la corporación decidió sustituir el paso de Olaya y Govea por considerarlo pequeño para la envergadura del Cristo. Antonio Castillo Lastrucci fue el encargado de diseñar esta nueva obra y de realizar sus relieves y ángeles, siendo el encargado de su talla Francisco Carrero, mientras que Jorge Ferrer labró los faroles de plata. Entre sus características, la más llamativa era que los mismos ángeles y arcángeles provocaban el efecto de sostener el canasto. De líneas barrocas, contaba en sus esquinas con candelabros de guardabrisas. El paso fue vendido a la Hermandad de la Cena de Jerez de la Frontera que lo sigue utilizando cada Semana Santa con algunas remodelaciones.
En el año 1966, la cofradía convocó un concurso de ideas para construir un nuevo paso al considerar que el Cristo se perdía en el de Castillo Lastrucci, estrenado apenas 30 años antes. Entre los artistas que se presentan estaban Antonio Martín y Manuel Guzmán Bejarano. La hermandad elige el diseño de este último, aunque no se empezó a realizar se hasta 1973. El proyecto de Guzmán es de nuevo revisado por él mismo en 1996, siendo hermano mayor Francisco Osorno. Se realizó entonces una nueva canastilla, candelabros, maniguetas y arcángeles. El paso anterior se vendió a la Hermandad del paso Blanco de Huércal-Olvera (Almería), donde procesiona cada Semana Santa.
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