La búsqueda de la excelencia a la hora del vestir en la Semana Santa de Sevilla
La nueva hornada de vestidores regalan a los cofrades estampas excepcionales
Varias dolorosas recuperan para el culto su mejor presentación
Leandro González será el nuevo vestidor de la Estrella tras la Semana Santa de 2022
Circulan, en el cosmos infinito de visiones sobre nuestra Semana Santa, ciertas opiniones que se asumen como dogmas o axiomas incuestionables, y que a veces limitan la excelencia. La categoría artística de una imagen no siempre sirve para justificar algunas imágenes que, a los ojos de muchos cofrades, son difíciles de digerir. La vestimenta de una imagen es esencial para completar su mensaje iconográfico, potenciar la devoción y dignificar su presentación.
No son pocas las hermandades que (bien por la presión de sus hermanos, bien por pura necesidad) que se afanan en mejorar, todo lo posible, el atavío -se nos acababan los sinónimos- de sus imágenes, muy especialmente, de sus dolorosas. Recientemente varios nombres copan han saltado a la palestra y se han afianzado como grandes vestidores de nuestra Semana Santa. Este viernes hemos conocido una serie de fotografías de la Virgen de la Encarnación, de la Hermandad de San Benito, vestida por el cigarrero Leandro González, a la sazón vestidor de la Virgen de la Estrella. La imagen se muestra vestida para la Exaltación y el Triduo que habrán de celebrarse en su honor. El modo de combinar los encajes, la colocación de las prendas, los pliegues elegantísimamente dispuestos... La estampa habla por sí sola.
Una nueva hornada
Al de Leandro González se unen otros nombres (algunos más presentes, otros que despuntan) que, en mayor o menor presencia, han comprendido y estudiado la función de la imagen ante el fiel y, sobre todo, desarrollan el sentido del gusto, muchas veces en desuso. Joaquín Gómez ha vestido recientemente a la Virgen del Amparo en una instantánea que nos recuerda a otras épocas; Javi Hernández nunca defrauda con la Esperanza de Triana y Vicente Martín atribuye un sello propio a la Virgen de la Paz, sin olvidarnos de Antonio Bejarano. En la provincia también surgen vestidores exquisitos que poco a poco despuntan con sus cambios de vestimenta.
El conformismo nunca hizo avanzar a la Semana Santa. Alguien pensará que estos asuntos son nimios, que carecen de trascendencia y que servidor no es nadie para pontificar -Dios me libre- o influir en decisiones. Tan solo compartimos, estimados lectores, exponentes del buen gusto y de la excelencia.
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