Besamanos extraordinario de la Virgen del Voto de Pasión por el Congreso de Hermandades

Una ocasión inmejorable para contemplar, en la cercanía y en la intimidad, una imagen sobrecogedora. La Virgen del Voto, de la hermandad de Pasión, estará en besamanos extraordinario el próximo mes de diciembre con motivo del II Congreso Internacional de Hermandades, adoptada y aceptada la invitación cursada por Palacio para tal ocasión.

Así lo ha comunicado la propia corporación del Jueves Santo, una vez ha sido informada tal disposición a los hermanos en la última hoja informativa digital. En concreto, esta Archicofradía celebrará el besamanos desde el miércoles 4 al domingo 8 de diciembre, con motivo de la festividad de la Inmaculada Concepción de María y con ocasión del citado congreso. De este modo, Pasión se convierte en la cuarta hermandad en sumarse a la propuesta formulada por la autoridad eclesiástica hace ya varias semanas, y que recogía la posibilidad de que toda aquella corporación que lo desease podía participar de este Congreso organizando besapiés o besamanos extraordinarios. Las restantes cofradías que ya anunciaron su particular adhesión fueron las Nieves de Santa María la Blanca, Jesús Despojado (ambas imágenes) y Montserrat (con la dolorosa).

La imagen de la Virgen del Voto

La devoción y el culto continuado a la Inmaculada en la Sacramental del Salvador se remonta a sus años fundacionales. De hecho, en su primitiva Regla aprobada el 2 de junio de 1543 por Juan Fernández, Provisor y Vicario General de Sevilla y su Arzobispado, se consagra todo el capítulo treinta y ocho a tratar de la fiesta de Nuestra Señora de la Concepción. Un verdadero hito en la historia inmaculista de la Archicofradía Sacramental lo constituye sin duda el voto o juramento público que sus miembros pronunciaron el 1 de junio de 1653, Pascua de Pentecostés, en defensa del misterio concepcionista.

No se trata, por tanto, de un voto de sangre como el que casi cuatro décadas antes había proclamado la hermandad del Silencio. Lo que sí se afirma, en cambio, es el carácter vinculante de dicha promesa, de tal manera que ningún individuo podría ingresar en las filas de la corporación "de aquí adelante para siempre jamás… sin que el mismo día que aya de ser admitido en ella, haga el mismo voto, y juramento". Al calor de este fervor concepcionista, la cofradía del Santísimo Sacramento decidió adquirir en 1654 una efigie mariana, a la que desde finales del siglo XVII otorgaron el título del Voto, pagándose por su hechura 300 reales a un escultor cuya identidad se desconoce. La efigie de Nuestra Señora del Voto es una imagen de candelero para vestir de tamaño natural, erguida y concebida para procesionar.

La imagen de Nuestra Señora del Voto se sitúa desde hace unas décadas, por imperativos litúrgicos, en la embocadura de la Capilla Sacramental, venerándose en el lado del Evangelio del retablo de Cayetano de Acosta.