Bendición y Esperanza: la ilusión del Polígono Sur por su primera salida procesional como Hermandad
Ángel Hartmann, Hermano Mayor de la Hermandad de Bendición y Esperanza, detalla como está siendo su primera cuaresma como Hermandad y cómo será la procesión del próximo Viernes de Dolores
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Año 1992. Fue ahí cuando los niños del Polígono Sur comenzaron el sueño que ahora consolidan. Una Cruz de Mayo congregó a unos jóvenes ilusionados que, a día de hoy, rinden culto al Señor de la Bendición y a la Virgen de la Esperanza en su Soledad.
La emoción de las primeras veces se nota en los ojos de su Hermano Mayor, Ángel Hartmann. Tanto él como su designada Junta de Gobierno llevan al mando de la –anteriormente Agrupación Parroquial– varios años. Ahora es cuando se preparan para que el Polígono Sur se llene del revuelo de capas blancas y antifaces verdes. Asegura Hartmann que sus nazarenos serán los mismos que, años atrás, portaban su cirio a cara descubierta para acompañar a sus titulares. Un barrio completamente entregado y que, en palabras del Hermano Mayor, no ha presentado ni un impedimento, queja, ni problema en que la Hermandad haya ido convirtiéndose en lo que es ahora.
Son 700 hermanos, cuya antigüedad fue elegida por sorteo. Sin ir más lejos, la hija del Hermano Mayor es varios números inferior al propio Hartmann. Todo ello con un mensaje claro: aquí nadie es más que nadie. Setecientas personas de las cuales muchas colaboran y pertenecen a asociaciones como Cotarro o la Asociación de la mujer. "Somos un brazo más de la Parroquia y el barrio, y queremos prestar mucha atención y ayuda a este tipo de asociaciones’’, decía el Hermano Mayor. El Polígono Sur también es la ayuda que se presta, la familiaridad y las ganas de salir adelante alejados del bullicio que se crea alrededor de ellos durante todo el año. Un barrio que se involucra con su Hermandad. "Nosotros ya somos la Hermandad del barrio’’, y eso emociona para aquellos jóvenes de la Cruz de Mayo.
Las expectativas de cara al ya inminente Viernes de Dolores son altas para los de la Parroquia de Jesús Obrero. Los nervios, como dice Ángel, siguen ahí pese no haber cambiado prácticamente nada del recorrido en comparación a cuando eran Agrupación Parroquial. Pero este año tienen la emoción añadida de haber conseguido algo tan importante para ellos, para el barrio y para Sevilla. Asegura también que la acogida por parte del Consejo de Hermandades y las propias corporaciones de la ciudad ha sido inmensa. Mencionaba muchas: Santa Genoveva –a la cual realizan Estación de Penitencia–, el Polígono de San Pablo, el Cachorro, la Mortaja, la Hermandad de la Esperanza de Triana –que irán en Misión al Polígono Sur y que, por supuesto, están preparando algo junto a la Hermandad, aunque los detalles no los darán hasta pasada la Semana Santa–. Las cofradías de la ciudad volcadas en ayudar y apoyar a una corporación que, sin duda, es una de las citas imperdibles de este año..
Serán en torno a 400 personas las que conformen el cortejo de la cofradía en tan solo unos días. Tocará la banda de Bendición y Esperanza, aquel sueño que se hizo realidad hace ya unos años en el barrio. Hartmann confesaba a este periódico que espera con ilusión puntos clave de la procesión y que, para quienes sean la primera vez –o no– que se acercan a acompañarlos en su primera salida como Hermandad, no deben perderse la llegada al Tiro de Línea, la salida su Parroquia, y la mañana. Las horas previas a la salida. Cuando van las guarderías, las asociaciones y los vecinos del barrio a rezar y acompañar a sus titulares horas antes de la procesión.
De cara al futuro, Hartmann lo dice en una sola palabra "ilusión''. La Hermandad se muestra con ganas de seguir creciendo, de seguir evangelizando en un barrio con tantas necesidades, y seguir apoyando los proyectos de quienes más lo requieren. Asegura no haber encontrado ningún problema a la hora de asentarse en el corazón de las 3.000 viviendas, y que son incluso muchos los hermanos de fuera del barrio los que acuden a la Hermandad para seguir con un proyecto tan bonito como necesario. ''Convivimos sin problema con los vecinos, e incluso con otras religiones de la zona. No nos han puesto ningún problema’’, añadía Ángel.
''Acérquense a ver la Hermandad, compartan algún momento de la procesión. Hay que conocer la realidad de un barrio más allá de lo que se conoce. Nosotros les abrimos las puertas a todos''. Así concluía el Hermano Mayor de Bendición y Esperanza. Resta menos de una semana para que se abran las puertas de la Parroquia de Jesús Obrero, en la calle Padre José Sebastián Bandarán, en la barriada de Murillo. Cita imperdible de esta Semana Santa que ya casi florece.
Una cuaresma intensa y emocionante la vivida en el Polígono Sur. Saldrá a la calle la Cruz de Mayo de aquel 1992, aquella que, ahora mismo, les hace de Cruz de Guía en su caminar. ‘’Llevamos la misma cruz en memoria de lo que fuimos’’, confesaba Ángel. Unas casas de donde cuelgan ya las túnicas blancas y los antifaces verdes en sus salones. Cuaresma emocionante. La de las primeras veces. La de una Hermandad, unos hermanos, y un barrio con la ilusión de demostrar que no todo es lo que se cuenta. Y con la necesidad de expresar a Sevilla que en las paredes que rodean al Polígono Sur hay mucho por hacer, y que su labor como Hermandad es ayudar y apoyar a todo el que lo necesita. Una labor de evangelización que, sin duda, va más allá del Viernes de Dolores.
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